Es una serie de éstas de gran presupuesto de la HBO (Roma), pero ambientada en el Oeste americano. Concretamente en el pueblo de Deadwood, en el que veremos cómo vivía la gente en esa época en que matar a alguien no estaba demasiado mal visto. Y en la que el mas tonto se podía hacer rico buscando oro.
La serie pintaba bien, la caracterización realmente impresionante, buena música, personajes creíbles... pero (sí, hay un pero y bien grande) me aburre pronfundamente.
A lo largo de doce capítulos las cosas van cambiando en Deadwood, pero lo hacen a un ritmo tan increíblemente lento que se podrían haber ahorrado nueve capítulos para dejar una cosa mas o menos interesante. Y es que cuando lo mejor que pasa en un capítulo es que a la discapacitada que friega el salón le ponen una ortopedia... pues en fin.
El propietario del salón es el personaje mas interesante, mafioso, extorsionador, asesino... y los demás tampoco están mal concevidos; el problema es el mismo que con el resto de la serie, que te quedas un poco: vale, sí, es un cabrón, y¿?
Igual a otra persona le engancha y me dice que no tengo buen gusto (probablmente tenga razón), pero tengo tan pocas ganas de ver la segunda temporada como de hacerme un análisis de sangre.