Y otro tochaco de Ranma que adorna las estanterías.
Con éste tercer volumen, se afianza un poquito mas la
sensación que me está dando la obra: es divertido y en ocasiones disparatado;
simpático y con personajes carismáticos; pero a veces se nota que le pesan los
años en según que gag, o simplemente en la obsesión enfermiza de la autora por
el tema del matrimonio.
Y es que a veces parece que si no se juegan el matrimonio
de alguien, no sean capaces de montar una historia en la que Ranma tiene que
luchar por algo: ya sea por Akane, por no casarse con Shampoo, luchando por la
boda de un hombre que hace ceremonias del te…
Un poco cansino tanta posible ceremonia de excusa. Por lo
demás muy divertido, se pasa el tomo (y mira que es gordo) volando entre
presentación de nuevos personajes (el chico del vodoo, el cegato, la vieja, los
del té…), combates y gags con el cambio de forma.
Tres tomos ya y no me arrepiento de haber empezado a
leerlo; porque pese a lo dicho sobre el cambio cultural en todos éstos años
sigue siendo un manga bastante fresco y desenfadado que te da lo que le pides.
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