Llegamos al número de la mala
suerte, el 13. Un tomo que lejos de lo que cabría esperar aporta nada a la
historia.
Vale, es cierto que muere uno
de los dos malos que quedaban, siendo ya una cosa entre el trío protagonista y
el malo por excelencia. Pero ni el duelo entre malos está demasiado conseguido
(ocupa 1/3 del manga, más o menos) ni la historia del ganador superviviente se
hace lo suficiente interesante o empática como para que me importe lo más
mínimo.
Resultado? Posiblemente el
tomo que menos me ha interesado desde que empezó el manga, y eso en la recta
final no me lo esperaba.
Lo mejor es que quedan sólo dos
tomos, y o se lían uno con la historia de Kiriyama o empiezan las hostias y los
momentos duros (que es lo bueno de Battle Royale).
A ver qué tal esos dos tomos,
porque mucho depende de ellos para mi opinión final, espero que no se desinfle
en diálogos estúpidos y sin sentido y se queda en las hostias estúpidas y sin
sentido.
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