Segunda temporada en poco tiempo que nos cae de éste
sorprendente serie en la que un profesor de instituto se prostituía para poder
pagar las facturas.
La primera temporada fue sorprendente por el tratamiento
adulto y el humor socarrón que desplegaba la serie, con un planteamiento
original y unas estupendas actuaciones.
Así, la segunda temporada debía hacerlo algo mejor para
seguir sorprendiendo; y lo ha hecho.
La trama sigue girando en torno a Ray (el profe) y su
profesión oculta; pero se la de mayor peso a su exmujer y la relación que tiene
con su nuevo marido; al ayudante de entrenador que tiene en el colegio; y, sobretodo,
a la pugna que hay entre las dos mujeres que son sus proxenetas para dominarle
y deshacerse de la otra a base de controlar a la clientela.
Ayuda mucho para poder desarrollar las tramas el que ya
conocemos a los personajes y sus distintas situaciones, con lo que meternos más
en su piel se hace cómodo y agradable.
Entre las neuras de Tanya (la primera proxeneta), sus
diálogos con un proxeneta de mujeres, la relación de Ray con su exmujer, el
putiferio humano que es la que mas clientes trae, los hijos de Ray, la relación
entre su amigo y una de sus clientas… un cúmulo de cosas que nos muestran parte
de la miseria humana que genera el dinero, así como los roces entre personas
que no se tragan.
Sólo me queda seguir recomendando éstos nuevos diez
capítulos, seguro que a poco que tengáis algo de edad (mayores de edad) la
disfrutaréis. Y no porque haya escenas de sexo, sino porque tanto la temática
como el humor están dirigidas a un público adulto.
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