Si ayer fui justito para
publicar el post de manga, hoy me ha pasado exactamente lo mismo. Espero coger
con ganas alguna serie, porque parece que me cuesta.
En fin, al tema.
Hoy os comento el quinto tomo
de la eterna serie Inu-Yasha, una serie que empecé con bastantes ganas y que
pese a no estar mal no me impulsó a seguir, con lo que hacía bastante tiempo
que me leí el cuarto tomo.
Pese a ello, me he podido
poner enseguida en la historia, y es que la cosa sigue sin tener demasiadas
complicaciones: final de la saga del monje asesino e inicio de saga nueva. Y es
precisamente esa saga lo mejor del tomo.
Porqué? Pues porque usa el
pasado de Inu-Yasha y su relación con la sacerdotisa de hace cincuenta años. La
excusa es bastante mala, pero el resultado está lo suficientemente bien como
para que me haya quedado con ganas y vaya a leerme el sexto tomo bastante más
rápido.
La verdad es que el manga
sigue sin decirme nada, pero como es gracioso y sencillito entra bastante fácil
y no se hace pesado. Lectura ligera para pasar el rato.
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