Sigo con el manga del chico
con sangre de Satán (bueno, bastante, que se supone que es su hijo), ese chaval
que parece tenerlo todo en contra pero que tampoco se come la cabeza y sigue
adelante con lo que tiene.
El tomo en sí nos acaba toda
la saga del rey de la inmundicia (que se ha hecho un pelín larga) de forma más
que digna, y luego nos empieza una (espero que más corta) sobre un Kracken
atacando una playa.
La saga nueva de momento ni fu
ni fa, y el tomo en sí, pese a las escenas finales de una saga larga tampoco me
ha parecido nada del otro mundo. No sé, me da la sensación que tenemos una
historia con el freno de mano puesto y que se dedica a otras cosas de menos
interés (aunque entretenidas y bien plasmadas).
Me ha bajado un poco las ganas
que le tengo al siguiente tomo, y eso que tampoco es que sea malo…
Ah, y la portada no me gusta
demasiado (y eso que creo que éste manga tiene algunas portadas preciosas).
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