Y más si su negocio consistía
en la publicidad, como es el caso.
Seguiremos el día a día (o año
a año) de la gente de la agencia, conociendo pequeñas historias que ayudan a
comprender mejor la sociedad de esa época, relaciones interraciales,
homosexualidad, infidelidad, alcoholismo, el ver a la mujer como una igual en
el trabajo…
Todos los problemas de una
gente que vivía por las apariencias (o al menos da esa sensación). Y todos los
personajes de la serie sufren con sus propios problemas (incapacidad para
quedarse en estado, un hijo no deseado, sospechas de infidelidad, incomprensión).
Vamos, que el retrato de la
sociedad lo tenemos por todo lo alto. Sobretodo mediante la figura de Donald
Draper, el publicista que parece tener una vida perfecta pero al que debe
fallarle algo para hacer lo que hace, una doble vida que le arrastra y contra
la que no sabe hacer nada (o no quiere).
Resumiendo, que si sentís
curiosidad por la época (en la sociedad americana), no podéis dejar de verla:
gran producción, buenas interpretaciones, interesantes guiones… Pero si la
época no os llama la atención, es posible que no os guste, y es que de momento
creo que sigue faltándole ese plus de calidad que diferencia una buena serie de
una gran serie, y Mad Men para mí sigue siendo una buena serie que no acaban de
dar el salto.
Veremos en la siguiente
temporada.
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