En ese afán extraño mío de
seguir buscando comedias de treinta minutos, que es lo que va mejor para cenar,
me hice con la primera temporada de Happy Endings (o finales felices, aquí en
las Españas).
Lo primero que tengo que decir
es que no seáis marranos, que Finales Felices no hace referencia a nada
parecido a peluquerías chinas.
Luego, el argumento. Habéis
visto Friends? Pues imaginad que los que se van a casar al inicio son Rachel y
Ross.
Pues eso tenemos aquí, un
grupo de seis amigos que se parece bastante al de Friends, pero puesto al día
(un gay, un negro…) y bastante más exagerado.
Una serie de capítulos
inconexos, desordenados (que tiene tela) que irán de menos a más a menos, trece
capítulos en concreto, que parecen más una serie de pruebas para ver por donde
tira la serie que un todo coherente y unificado.
La temporada en sí es
divertida, los personajes son todos muy identificables, y las relaciones entre
ellos también. El problema está en que no acaba de despegar, hasta el punto que
todavía no me sé los nombres de los protagonistas.
Es divertida? Sí, sin lugar a
dudas. De hecho tiene algún capítulo francamente bueno. Un casting muy completo y una producción a la altura.
Pero el problema es que es
demasiado irregular, como si ésta primera temporada no fuera en serio.
Espero que la segunda tome lo
bueno de la serie y siga a partir de ahí, porque material hay para convertirla
en una imprescindible.
Vale la pena verla? De momento
os diría que mejor esperéis, ya veremos en el futuro.
PD: Tiene tantas cosas de Friends, que hasta se autoparodia al
respecto XD.
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