La guerra en el mundo ninja
parece que está llegando a su fin y pasando a ser algo casi irrelevante en el
momento actual de Naruto. Todos esos personajes dándose de ostias no han valido
para nada, porque ahora ya sólo nos quedan tres frentes, tres enemigos
importantes y poco más.
Un tomo que tira por la borda
parte de que mejor había hecho últimamente, que devuelve a primera línea a
Orochimaru de forma bastante patillera, que sigue con el combate del hombre de
la máscara y que deja suelto a una auténtica bestia parda contra los Kages.
Los combates no acaban de
estar a la altura, las revelaciones en lugar de sorprender cansan y, en
definitiva, estamos ante un tomo bastante flojo y más en la altura de la
historia en la que nos encontramos.
A veces pasan éstas cosas, el
autor no acaba de tirar por el lado correcto y tenemos tomos muy flojos.
Veremos si remonta en los
siguientes.
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