La serie que hoy nos ocupa es
la más famosa serie de época que se emite actualmente, y es que Downton Abbey
ha supuesto un fenómeno mundial en audiencia y repercusión.
En ésta segunda temporada la
serie sigue una línea continuista (cómo no) pero sin dejar de avanzar en el
tiempo, cruzando la primera Guerra Mundial y todo lo que trajo consigo.
Además, se añaden un par de
personajes “malos” más para darle algo más de una mala leche necesaria y que no
era suficiente con la que tenían los dos sirvientes.
Lo mejor? Ver cómo afecta el
paso del tiempo y de ideas a la casa y a los que viven en ella: convertirse en
hospital militar durante la guerra, la aparición de un pretendiente de la plebe,
la apertura de mente en la hija más joven… y los problemas domésticos que le
dan vida a ésta casa de dos niveles. La vida sigue adelante y no se para por nada.
Como en la primera temporada,
todo lo que es el envoltorio es soberbio: música, decorados, actuaciones, color
de la imagen… un gusto por el detalle que se ve en todos y cada uno de sus
fotogramas y que hacen que te guste o no la serie no puedas dejar de admirar la
calidad indiscutible que respira por todos lados.
Personalmente me ha gustado
bastante más ésta segunda tanda de capítulos que la primera, tienen más ritmo
(dentro de sus posibilidades) y pasan bastantes más cosas.
La recomiendo? Si tenéis
tiempo para degustarla sí. Si la vais a ver deprisa y sin fijaros no. Culebrón bien hecho.
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