Animado a verla ahora hará un
año, entre cervezas y alguna otra tapa, la verdad es que tardé unos meses en
ponerme a ello. Concretamente hasta finales de octubre del año pasado (sí, la
entrada está programada desde entonces XD).
De qué os estoy hablando? Pues
de una miniserie llamada Black Mirror de la que muy probablemente ya habréis
oído hablar.
Qué hace especial a ésta
miniserie?
Primero que son tres capítulos
que no guardan nada en común entre ellos, a no ser un uso cuanto menos curioso
de la tecnología, con un enfoque de ciencia ficción cercana (vamos, que podría
pasar en breve) y unos guiones transgresores y distintos de lo que estamos
acostumbrados a ver.
Probablemente sea el primer
capítulo de la miniserie (son tres) el que más comentado he visto, en el que se
rapta a una hipotética princesa inglesa, y se amenaza con matarla a no ser que
el primer ministro salga por televisión copulando con un cerdo. Sí, como lo
leéis.
Un buen ejercicio de qué
pasaría si… en el que las nuevas tecnologías (youtube a la cabeza) muestran
hasta que punto se puede empujar a un gobierno y lo imposible de controlar todo
el tráfico de información. Además de ver cómo nos hemos vuelto, y el morbo que
esa posibilidad podría despertar en la sociedad.
Está todo muy bien llevado, y
sin tener ninguna escena explícita logra removernos algo por dentro.
El capítulo de en medio es una
crítica feroz a los reallity shows, redes sociales y televisión basura en
general. En él, seguiremos a un chaval que cada día hace ejercicio sobre una
bici con tal de ganar créditos, unos créditos que se pueden gastar para muy
distintas funciones.
Una historia que pasa de ser
de amor dentro de un sitio cerrado y con una vida monótona a lo deshumanizados
que nos estamos volviendo y la importancia que le damos a cosas que ni tan sólo
existen.
Y el último capítulo parte con
la hipótesis de una sociedad en la que nos han implantado chips de memoria, con
los que podemos visualizar toda nuestra vida al segundo, teniendo imágenes de
cada uno de los momentos que hemos vivido.
Eso va derivando en una trama
de celos que es mejor que veáis por vosotros mismos.
Tres capítulos que dan una
buena hostia a la sociedad de consumo actual y su dependencia de la tecnología,
así como a lo inhumanos y poco críticos que nos estamos volviendo a medida que
pasan los años.
Vale la pena verla; estoy
seguro que alguna reacción os sacará, de eso estoy convencido.
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