Segunda temporada de ésta
extraña serie con la que nos hemos encontrado llamada 30 Rock. Y digo lo de
extraña porque tiene un humor muy particular, que aprovecha lo que puede las
coñas internas de la televisión y las personalidades (a cuál más rara) de los
personajes que van desfilando.
Y dentro de su rareza, tengo
que reconocer que ha sido una temporada mucho mejor que la primera.
Los personajes han encontrado
ya su lugar, sus manías y sus tics, lo que les hace mucho más reconocibles
además de ser más sencillo entender sus coñas.
Por otro lado me he
acostumbrado al nivel de desfase mental que tiene la serie, porque capítulo
tras capítulo harán humor sobre cualquier cosa (desde el mundo gay, los negros
o el porno: no se respeta a nada ni a nadie).
Además, tenemos una trama más
o menos de fondo en la temporada, con la sucesión del presidente de la cadena y
las putadas varias que se hacen entre ellos (los directivos) para conseguir el
puesto.
Mucho más gamberra, mucho más
suelta, y como diría aquél “mucho más mejor”.
Sigue sin ser mi comedia
favorita, pero ya me he descubierto varias veces riéndome a mandíbula batiente,
y eso siempre es una buna señal.
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