Sé que ya tocaba, así que hoy
os traigo un tomo de manga, para dejar de lado tanto Sandman.
El tomo en cuestión es el 37
de Fairy Tail, esa serie que Mashiba va haciendo avanzar a la buena de Dios y
que, generalmente, lo hace bastante bien.
Pues bien, ha sido ponerme a
leer el tomo y quedarme totalmente desubicado, no tenía ni idea de qué estaba
pasando, quién se pegaba con quién ni prácticamente nada. Tanto ha sido así que
he tenido que ir a la estantería a mirar si no me había saltado un tomo.
Pasado el pasmo inicial y
vuelto a ubicar lo que he tenido ha sido un tomo de ostias como panes en
combates de todo tipo. Sí, es cierto que se ha contado no sé qué de viajes en
el tiempo o miles de dragones… pero su importancia para el tomo en cuestión ha
sido 0.
Y aun así me ha gustado
bastante. Porque no nos engañemos, el punto fuerte del autor no es la historia,
su punto fuerte es un dibujo que entra por los ojos unido a saber cómo plasmar
la emoción de los combates con personajes carismáticos.
Me ha gustado? Sí. Me ha dado
justo lo que busco en ésta obra.
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