Lento pero seguro voy viendo
las temporadas de los Soprano, esa serie que puso en el mapa a la HBO y que
empezó en cierta forma su manera de ver el mundo de las series.
Uno de esos clásicos que
siempre salen entre las mejores series de la historia. Una historia sobre una
familia de la mafia y sus problemas, tanto internos como con la ley.
Los personajes siguen con sus
problemas, ganando protagonismo el hijo de Tony, que le recuerda a éste su
pasado. O la doctora, que sufre un abuso y le da una nueva óptica del tipo de
poder que ostenta su paciente. Multitud de pequeñas tramas, que se desarrollan
durante los trece capítulos y van cerrándose a medida que la temporada avanza.
Es sorprendente la cantidad de
personajes que tienen protagonismo, y cómo todas esas pequeñas tramas se van
uniendo en una temporada más completa que las anteriores, con personajes algo
más vulnerables.
Y lo mejor es ver cómo se
mezcla la vida en la mafia con la personal, cambiando hábilmente de la
preocupación por la hija a tener que lidiar con uno de sus hombres, todo de forma
natural y dando verdadera sustancia a la serie.
Lo dicho, una serie que va
ganando conforme pasan las temporadas, de la que debo reconocer que hace un
buen retrato de una familia mafiosa, con buenos valores de producción, buenos
actores y buenos guiones, pero que sigue sin llegarme a parecer una de las
mejores series de la historia.
Buena sí, legendaria no.
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