La primera temporada nos
pareció más bien flojita, aunque en el tramo se redimía un poco y dejaba un
sabor de boca aceptable. No entendía porque la crítica la había dejado tan
bien, ni su base de fans ni el proyecto crowfunding para hacer una película…
así que me dispuse a ver la segunda temporada por si la cosa mejoraba.
La trama es nueva, con un
nuevo caso principal que ocupa toda la temporada y que no diré para no
spoilear. Tenemos además un par de casos grandes más, lo que unido al de la
temporada pasada da para unas cuantas tramas más o menos jugosas.
Pero al plasmarlo en la
pantalla se hace aburrida a más no poder. Era llegar a casa y pensar, todavía
faltan capítulos de Veronica Mars? No puedo dejar puestas las noticias, que al
menos no me duermen? Sí, ese ha sido el nivel de hastío que me ha producido la
temporada, y es que llegado un punto me importaba tres pepinos si el culpable
era uno, otro, o si se ponían a matar personajes como si fuera Juego de Tronos.
Probablemente, si la serie me
hubiera pillado hace quince años me la hubiera tragado contento (no es
descartable), pero hoy por hoy Veronica Mars no es serie para mí (y lo dice
alguien que está viendo Smallville, Buffy o Crónicas Vampíricas).
Y eso que las actuaciones han
mejorado un poco y el final es bastante bueno, con giros de guion, sorpresas,
etc… pero un buen capítulo y algún momento distraído no compensan los más de
veinte capítulos que hay que ver para llegar a él.
Es posible que acabe viendo la
tercera temporada, para tener una visión global de la serie, pero tardaré mucho
en ponerme con ello. De momento no os la recomiendo de ninguna de las maneras.
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