Hoy os traigo un juego del que,
históricamente, siempre ha sido mi género favorito: los JRPG, esos juegos de
rol japoneses que han destacado siempre por sus historias con una sensibilidad
especial.
En concreto con uno de los
últimos exponentes de una gran saga, la Tales of, de la que tengo un par de
representantes ya rondando por casa. Veamos pues, qué nos trae el Tales of
Xillia.
Historia: La trama de
Tales of Xillia nos traslada a un mundo ficticio, que de entrada puede parecer
medieval, pero cuyos habitantes gozan de un nivel de tecnología bastante
avanzado, con máquinas de guerra o electricidad en las casas.
En dicho mundo, además de los
ingenios mecánicos también hay artefactos que funcionan con espíritus
elementales, a los que la población puede llamar para que cumplan distintas
tareas.
En éstas que en un laboratorio en
plena ciudad se está desarrollando un arma que absorbe los elementos para
funcionar, dejándolos secos y haciéndolos desaparecer. Lógicamente, dicho
efecto hace que el equilibrio del mundo empiece a decantarse, con la
posibilidad eventual de que la magia y los espíritus que la hacen funcionar
desaparezcan.
Aquí es donde entramos nosotros,
ya sea encarnando a un personaje masculino o femenino entraremos en el
laboratorio donde el arma se desarrolla, momento en el que la cosa empezará a
despegar.
Estamos ante una aventura que nos
obligará a visitar multitud de paisajes, con tramas secundarias e incluso
personales centradas en los miembros de nuestro grupo. Será una aventura larga,
con una historia principal satisfactoria que irá de menos a más, con un final
bastante trepidante (y con acción, traición, intriga, momentos emotivos e incluso amor y amistad).
Sé que soy bastante vago en la descripción de la trama, pero tened en cuenta que es por lo que vale la pena jugar al juego, y prefiero no hacer destripes (ni de personajes ni de sus distintas situaciones).
Apartado Técnico: En el
momento de jugarlo (escribo la reseña en octubre de 2013 y lo jugué hace un mes)
el juego venía con un retraso de dos años respecto a su salida en Japón, lo que
puede explicar varios de los defectos que le veo.
De entrada, cuando juegas no
parece que estés ante un juego de PS3, casi parece que sea de la anterior
generación.
Los escenarios están lejísimos
del nivel de detalle que pueden ofrecer otros juegos de su época (Uncharted 2,
por ejemplo) con unos escenarios vistosos, pero vacíos casi por completo de
elementos, con una campiña bastante desangelada y unas ciudades que en ningún
momento nos dan la sensación de estar vivas.
Una vez en combate tampoco es que
destaque demasiado, pero al menos las animaciones y las magias se recrean sin
que baje el framerate.
Lo que sí destaca y entra por los
ojos son los personajes, que están mucho más trabajados y mejor acabados que el
escenario por el que se mueven. Por no hablar de las escenas anime (abundante y
algunas hasta largas) que no tienen nada que envidiar a ninguna película del
género.
En cuanto al sonido, melodías a
tutiplén bastante conseguidas, con la típica canción para combates que os
hartaréis de escuchar.
Jugabilidad: Sin ningún
tipo de duda estamos ante lo mejor del juego. Sobre todo en lo que a combate se
refiere.
En dichos momentos controlaremos
a un personaje en tiempo real, pudiendo ejecutar combos predefinidos en
distintos botones, pudiendo moverlo hacia donde queramos o esquivando con él.
Todo mientras la máquina controla
a nuestros compañeros (con bastante acierto).
Dicho sistema da como resultado
un sistema muy dinámico, con multitud de golpes a elegir y con los que podemos
superataques combinándolos con los de nuestros compañeros. No se hacen pesados
en ningún momento, y eso que son muchos y bastante seguidos.
Fuera de los combates nos
limitaremos a ir del punto A al B, con algún que otro camino alternativo y un
par de puzles, e incluso misiones secundarias que aderezan nuestro periplo. No
es muy original, pero como nos moveremos mucho tampoco se hace pesado.
Como siempre en éste tipo de juegos,
tendremos multitud de armas y armaduras para equipar a nuestros personajes, así
como un sistema de subida de nivel muy parecido al de Final Fantasy X (bueno,
se da un aire), que es en mi opinión de los mejores que se han hecho en el
mundo del rol.
Además, los Tales destacan por
tener un sistema de conversaciones intrascendentes entre los miembros de
nuestro grupo, divertidas o profundas que hacen que les cojas cariño. Son
opcionales pero muy recomendables.
Opinión Personal: Tales of
Xillia nos proporciona casi cuarenta horas de aventura, unas cuantas más si nos
da por intentar sacar todos los secretos y el doble si jugamos el juego con los
dos personajes (que tienen algunas escenas distintas).
Así que como inversión si nos
gusta el género no está nada mal.
Encima tiene un buen sistema de
combate y jugarlo es divertido, enganchando a ver un poco más, subir otro nivel
o ir a ver qué hay en ese camino que no hemos explorado aún.
Desgraciadamente viene con un
envoltorio visual que no está a la altura de otros juegos del género (como Ni
no Kuni e incluso anteriores como Lost Odyssey), incluso queda por detrás de
producciones bastante más modestas.
Éste descuido en cuando a crear
un mundo vivo y que entre por los ojos lastra bastante a una aventura bien
planteada, con secundarios y villanos muy carismáticos y que se hace divertida
de jugar. Una auténtica pena, porque el mismo juego con unos gráficos a la
altura hubiera estado en el excelente sin dudarlo.
Tal y como está se queda en un
notable (que no está mal), dejando un sabor agridulce por lo que podría haber
sido.
Por mi parte no me queda más que
recomendarlo si os van los JRPG y os da igual el apartado visual (que tampoco
es tan horrendo simplemente uno espera más a éstas alturas).
Valoración Personal: 8.
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