Otra serie a la que he tardado
un tiempo en volver, pero entendedme: un tomo de Ranma en la edición Big Comic
(así, con mayúsculas) ocupa mucho tiempo, y no es que Ranma sea de los mangas
que te atrapan por su gran historia, es de los que hay que tomar en dosis
controladas para no sufrir un empacho.
La primera y ¿más? absurda está
el final de la competición de comer deprisa entre Ranma y un señor con la boca
muy grande. Todo muy bizarro, al más puro estilo de las competiciones extrañas
y sin sentido que tiene de vez en cuando éste manga.
La segunda empieza cuando
Nabiki pasa a ser la prometida del protagonista; y la verdad es que es más
entretenida, con los típicos equívocos y abusos de poder…
Y la última es la que más me
ha gustado pese a tener una base totalmente carente de sentido: un chaval
aparece en la vida de la familia Saotome buscando al abuelo, y es que quiere
que le cambie el nombre que le dio al nacer. De verdad que entre la
transformación del muchacho, la duración de la historia (medio tomo, más o
menos) y lo divertido que resulta todo, creo que es la que más me ha gustado de
todas.
En conjunto se trata de un
tomo bastante entretenido, en la línea (o algo mejor que los anteriores) que
sólo recomiendo a los más nostálgicos o a los que disfruten con el humor más
absurdo que despliega la gran familia de Ranma.
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