La serie que paso a comentaros
hoy es una de esas de las que no me acuerdo hasta que veo que se ha llevado
algún premio o empieza una nueva temporada, momento en el que me hago con la
siguiente que me toque y la veo del tirón. Y normalmente vuelve a olvidarla
hasta que las condiciones anteriores vuelven a cumplirse.
La temporada en cuestión es la
cuarta de Mad Men, esa serie de los hombres que beben y fuman y no son
considerados prostitutas. Hombres metidos en publicidad durante los años 60.
La temporada arranca con la
nueva agencia de publicidad creada al final de la temporada anterior; una
agencia que debe hacerse un nombre y ser algo más austera debido a que no tiene
tanta liquidez ni tantos clientes como tuvo en su momento, pero que cuenta con
otras armas en su haber.
Lógicamente no sólo de la agencia
de publicidad y sus problemas vive la serie, pero sí que nos sirve de nexo de
unión entre los distintos personajes que trabajan en ella y sus familias.
Y es en la mezcla entre la
vida privada, la profesional y el retrato de la época donde Mad Men sobresale
en ésta cuarta temporada, la mejor de todas hasta el momento sin ningún tipo de
duda.
Hasta el momento me estaba
pareciendo una buena serie a la que le faltaba acabar de despegar para hacerse
una imprescindible, y no sé si es el cambio de Status Quo de los protagonistas
o que me he hecho con ellos (geniales todos los actores, pero el que hace de Don Draper es espectacular), pero el caso es que me han parecido capítulos
mucho más redondos, con más elementos interesantes y un desarrollo de la
temporada más interesante.
Ahora sí que entiendo la
cantidad de premios que se ha llevado la serie. Eso sí, me extrañaría que en la
quinta se mantuviera el nivel, está altísimo!
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