Vuelvo a la carga con un nuevo
tomo Saint Seiya, de la que poco a poco voy poniéndome al día.
Concretamente con un noveno
tomo que sigue con la saga del Santuario, concretamente con los últimos tres
combates antes de llegar al Sumo Sacerdote. Porque la verdad es que no hay nada
más en éste tomo que los tres combates, a cual más bizarro de la saga del
Santuario.
Y digo lo de bizarros porque
va cansando el patrón repetido de perder de calle/mostrar nuevo poder/ganar
sacrificándose. De verdad que no se les ha ocurrido pegarle una paliza entre
todos al caballero de oro y seguir corriendo? Irían mucho más rápido y no
morirían cada tomo todos XD.
Un tomo hijo de su época que
de publicarse hoy sería cancelado nada más empezar, y que incluso así tiene ese
regusto añejo y nostálgico que me hace seguir leyendo (su anime me encantaba
cuando era pequeño). Por lo menos los combates no son muy largos, y aunque las
técnicas sean risibles se hacen fáciles de seguir.
Recomendada sólo para
nostálgicos que no teman ver un mito de la infancia destrozado.
2 comentarios:
Yo creo que Marc Bernabé lo clavó en su comentario de Kinnikuman/Musculman: éste y Saint Seiya son mangas cuyo encanto reside en ser formulaicos, implausibles y tener un guion con errores constantes. La fuerza que le falta al guion o al dibujo la ganan los personajes, a los que a uno coge cariño, las armaduras y esa sensación de vacile constante que constituye una de las bases del shönen ochentero-noventero, antes de que los mangas juveniles buscaran una narraciôn más fluída y preocupada por los detalles (aunque el vacile sigue allí).
Completamente de acuerdo con el comentario.
Publicar un comentario