Toca volver con Sons of
Anarchy, esa serie cortita (de sus 12/13 capítulos por temporadas) y que no
lleva a un pueblo cualquiera de Estados Unidos donde una banda de moteros
controla quién entra y sale del pueblo.
Una banda que ha ganado
prestigio al hacer que no entren otros al pueblo y que se comporta como una
familia para sus miembros.
En ésta segunda temporada
tendremos la aparición de los nazis, una nueva facción que quiere controlar el
pueblo, a la que hay que unir la de los mejicanos y la de los negros. Ésta
nueva inclusión revolucionará el equilibrio de poder en el pueblo y dará más
problemas a la familia que son los Hijos de la Anarquía.
Por si fuera poco, el tráfico
de armas (con el que se ganan dinero) implica al Ira y una investigación
federal.
Nuevos personajes, problemas internos
del club, lucha de poder entre Clay y el prota, nuevas fuentes de ingresos,
tiroteos, guerras de bandas… Un buen montón de elementos nuevos que se juntan a
los que ya estaban y funcionaban perfectamente, dando como resultado una
temporada incluso mejor que la anterior.
Y es que parece que han dado
con la tecla correcta con ésta serie, dando unas tramas consistentes que se
apoyan en unos personajes muy fuertes y bien interpretados, a los que podemos
llegar a entender incluso cuando hacen auténticas burradas.
Un equilibrio entre la vida
personal y la profesional del club que hace mucho más interesante la serie, una
de esas que están tan bien hechas y con tan buen gusto que no puedo menos que recomendar
a todo el mundo.
Qué ganas tengo de ver la
tercera!
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