Tras unos meses de merecido
descanso (me trae bastante trabajo hacer éstos post) vuelvo con la cuarta
reseña exhaustiva de la Rueda del Tiempo. Una ayuda a la lectura (o a la
memoria) que se centrará en La Batalla de Falme, cuarto libro de la saga.
Como siempre, os dejo un linkal pdf de la reseña para los que queráis leerlo en otro sitio, más cómodamente.
Y sin extenderme más, paso a
la reseña en sí.
Historia capítulo a capítulo:
Capítulo 1 - Espías: La novela empieza con la desaparecido
por un tiempo Moraine buscando información en casa de dos Ancianas Aes Sedai,
unas hermanas llamadas Adeleas y Vandene (del Ajah Marrón y del Verde
respectivamente) que se retiraron voluntariamente hace muchos años y que se
dedican a recopilar la historia del mundo.
En éste ambiente tendremos
tres escenas importantes.
La primera es entre Moraine y
Lan, hablando de cómo se conocieron hace veinte años y de lo que supone el
vínculo para el Guardián. Lo que empieza como un momento bastante tierno deriva
en una discusión forzada por la Hermana. Y es que ha preparado su vínculo para
que pase a otra Aes Sedai si ella muere (una tal Myrelle, del Ajah Verde) que
deberá transferirlo a su vez a alguien que lo necesite (no se dice el nombre
pero se piensa en Nynaeve). El hecho de ser tratado como un objeto y ver puesta
en duda su lealtad hace que Lan se enfade con Moraine (una Moraine que tantea
la lealtad de su Guardián, en el que siente el amor que profesa por Nynaeve).
La segunda tiene como
protagonista de nuevo a Moraine, en ésta ocasión buscando información de la voz
de Vandene. Le consulta varias cosas, además de comentar la situación en el
mundo y la posible proximidad de la Última Batalla, entre las que destacan las
siguientes:
- El Cuerno de Valere y el Dragón están vinculados?
No, simplemente deben estar en la Última Batalla ambos.
- Existe algún vínculo con la Punta de Tomán?
Vandene le recita una parte de una profecía que reza así: “Cinco cabalgan hacia adelante y cuatro regresan. Sobre los vigilantes
se proclamará, con estandarte cruzará el cielo en llamas”. Según Vandene,
esto quiere decir que se revelará ante el mundo en la Punta de Tomán (donde se
dirige Rand).
- Sobre Shador Logoth comentan la maldad del ser
llamado Mordeth, partícipe de la caída de la ciudad y entidad que no debe salir
de allí. Parece que odia por igual a la Luz y al Oscuro.
- Hay cierta preocupación por la relación pasada
entre Lanfear y el Dragón Renacido.
Y la última escena aparece de
golpe, cuando Moraine está sola reflexionando sobre lo que ha oído y leído. En
ese momento, un Draghkar se lanza sobre ella. El ser alado está a punto de
acabar con su vida, pero Lan y el Guardián de Vandene acaban con el ser que
absorbe almas. Quitando el ataque del engendro del Oscuro, lo más interesante
es que no le han detectado, y eso sólo puede ser porque alguien capaz de usar
el Poder Único le ha puesto una salvaguarda. Una hermana del Negro? O un
Renegado?
Del capítulo me ha gustado
todo, pero igual destacaría la escena entre Moraine y Lan. Primero por extraño,
ya que no es habitual ver a éstos dos personajes interactuando a solas, y menos
con la Aes Sedai tensándole para ver hasta dónde puede llegar.
Buen capítulo para empezar el
libro: elementos personales, información (alguna importante) y un ataque que proporciona
algo de acción (breve pero intensa).
Capítulo 2 – La Prueba: Saltamos a Nynaeve, a la que vemos en una sala
subterránea de Tar Valon en la que hay tres arcos unidos por un aro de plata.
Está acompañada por Sheriam (Maestra de Novicias) y una Aes Sedai representante
de cada Ajah. Su objetivo no es otro que pasar las pruebas para ser Aceptada
(un rango intermedio entre novicia y Aes Sedai) y para ello deberá cruzar el
arco tres veces.
El arco es un Ter’angreal, un
objeto creado con el Poder en la Era de Leyenda para un propósito determinado.
Los hay de varios tipos, como el que se usa una vez se es Aes Sedai y que
obliga a ésta a cumplir los siguientes tres Juramentos:
- No pronunciar una palabra que no sea cierta.
- No forjar armas para que un hombre mate a otro
hombre.
- No usar el Poder como arma salvo contra Amigos
Siniestros, Engendros de la Sombra o como último recurso para salvar la propia
vida, la de su Guardián o la de otra Hermana.
Éstos juramentos fueron
adoptados tras la guerra de los Trollocs con el objetivo de hacer que los
reinos del mundo se fiaran de las Aes Sedai.
Antes de empezar la prueba a
Aceptada le advierten de que puede ser mortal, que de dejarla a medias será
expulsada de la Torre y que sólo puede decir que no la hará en dos ocasiones, a
la tercera será expulsada igualmente.
Lógicamente Nynaeve se lanza
(desnuda) a pasar la Prueba (que le enfrentará a sus temores).
Primera vez, por el Pasado:
aparece en un laberinto de piedra, sin recordar su pasado y sin saber qué hace
allí, pero sabiendo que el camino de salida sólo aparecerá una vez. En medio
del laberinto se encuentra con Aginor, que empieza a perseguirla (poniéndola
furiosa, lo que le permite Encauzar contra él) hasta que dicha furia le hace
darse la vuelta y empezar a ser ella la perseguidora, usando el Poder como si
fuera una experta. Y justo cuando está a punto de derrotar al Renegado se le
aparece la salida. Dudando entre perseguir al derrotado Renegado o usar la
salida, finalmente atraviesa el arco y sale a la estancia donde todo ha
empezado (recordándolo todo de golpe). Le parece que la experiencia ha sido
real, y Sheriam no puede decirle si lo es o no.
Se supone que no debería haber
sido capaz de Encauzar dentro del arco.
Segunda vez, por el Presente: aparece
en Campo de Emond, un pueblo distinto al que recuerda, dejado y sin el brillo y
la alegría que tenía. Y es que resulta que hay una nueva Zahorí, una tirana
capaz de matar para salirse con la suya, que ha eliminado a todos los que le
llevaban la contraria (el padre de Egwene, el herrero, su mujer…) se decide a
enfrentarse con ella para volver a ser la Zahorí de su pueblo (sigue sin
recordar que está en la prueba). Cuando la susodicha malvada aparece lo hace
también el arco, teniendo que abandonar a sus seres queridos para seguir
adelante. Al salir se enfrenta a lo que ha hecho y es informado que el tercer
arco será el peor de todos, pero se lanza corriendo hacia él antes de que pueda
pensar.
Tercera vez, por el Futuro:
aparece en Malkier, pasando una velada de ensueño con Lan, su marido y padre de
sus hijos. La guerra ha acabado, se han casado y son felices. Ésta es la visión
que más daño a Nynaeve, que llega a perder el arco del Ter’angreal hasta que lo
reabre por la fuerza de su Poder. Una ensoñación durísima, en la que tenía todo
lo que quería, los recuerdos de una vida en común, una vida feliz con el hombre
al que ama.
Al salir con el odio en la
boca, odio hacia las Aes Sedai por le que le han hecho afrontar. Pero lo ha
conseguido, es una Aceptada, y la mismísima Amyrlin se lo hace saber.
Estamos ante un pedazo de
capítulo, tanto por saber cómo es una de las pruebas que hay que pasar antes de
ser Aes Sedai como por conocer de forma más íntima al personaje de Nynaeve y
las cosas que ha de afrontar para conseguir sus objetivos.
De las tres pruebas la tercera
es especialmente dura, y en ella la chica está a punto de romperse y abandonar.
Pero no, está hecha de otra pasta y consigue salir adelante.
Es curioso pensar que todas
las Aes Sedai han tenido que pasar por esto, igual éstas pruebas tan extremas
son parte de lo que las hace tan frías y distantes.
Capítulo 3 – Nuevos amigos y viejos enemigos: Seguimos en la
Torre Blanca, pero en éste caso seguimos a Egwene, a la que llevan a su
habitación. Allí conoce a Elayne (la heredera de Andor) con la que enseguida
hacen migas y hablan un poco sobre Rand.
Veremos en la conversación y
el paseo algunas costumbres de la Torre y de las tareas de las novicias (como
el vestido blanco para ellas y blanco con los siete colores para las Aceptadas,
o que deben fregar suelos o ayudar en la cocina). Durante el paseo hablan
también de las pocas novicias que hay (apenas 40), y cada vez hay menos; la
teoría que esgrimen es que se amanse desde hace siglos a los hombres que pueden
encauzar, eliminando poco a poco la capacidad de la especie.
Durante el paseo se cruzan con
algunos personajes importantes.
Empiezan con Logain, el falso
Dragón al que ya han amansado, un hombre que ha perdido las ganas de vivir y
que produce lástima nada más verlo.
Luego está Min, la chica de la
posada de Baerlon, que también conoce a Rand y que hace un par de profecías
sobre las chicas (que Elayne compartirá su marido con otras dos mujeres y una
llama blanca sobre Egwene). De nuevo cuchichean sobre Rand, por el que es
evidente que sienten algo.
Siguen para encontrarse con
Gawyn y Galan, los hermanos de Elayne. Ambos están entrenando con los
Guardianes (siendo el más diestro Galad). Éste último causa una profunda
impresión en Egwene, y es que es extremadamente bello. De los dos el gemelo de
Elayne se queda con las chicas, hablando un poquito de todos y comentando la de
gente que parece conocer a Rand.
Para acabar aparece Elaida (la
Aes Sedai Roja que aconseja a la reina Morgase de Andor) que llama la atención
a las dos novicias e interroga sobre Rand a Min (que acaba cabreada y pensando
de nuevo en el omnipresente Rand).
Un buen capítulo muy calmado
en el que empiezan a crearse lazos afectivos entre las jóvenes que conocen a
Rand (Min, Elayne y Egwene), le presentan a la chica de Campo de Emond a los
dos hermanos de la futura reina y aparece Elaida para devolverles a la realidad
hacia el final.
Llama la atención lo
importante que es alguna información que se da de pasada (como lo de Elayne y
Egwene, que sorprenderá mucho más adelante en la saga y ya se decía aquí) o la
presencia de Logain y el que se conozcan Egwene y los hermanos de su nueva
amiga.
Me gusta que se empiece a ver
el día a día en la Torre para las que entran a aprender, perdiendo poco a poco
el misticismo que tenía todo al principio y empezando a comprender nosotros a
la par que las chicas que aprenderán aquí en qué consiste realmente ser Aes
Sedai y que se espera de ellas.
Capítulo 4 - Cairhien: Por fin volvemos al protagonista
principal de la saga, con un Rand que ya ha llegado a la ciudad de Cairhien
junto a Loial y Hurin y escoltado por unos cincuenta soldados que creen que es
un lord andorreño.
La ciudad de Cairhien es una
ciudad cuadrada, rodeada de un gran muro y unas torres veinte veces más altas
que éste (torres construidas sobre las antiguas Ogier, que fueron quemadas
veinte años atrás por los Aiel). La ciudad es muy distinta entre el exterior
(vivo, con multitud de artistas –pagados por el rey Galldrain-, construcciones
de madera y callejones por doquier) y el interior (calles rectas, edificios de
piedra, nobles de ropajes oscuros con una banda que indica su rango…). Además
es, junto a Tanchico, la sede de los Iluminadores (artesanos que hacen fuegos
artificiales).
El grupo acaba llegando a una
posada en el interior de la ciudad, donde queda patente que toda la población
juega al Da’es Daemar (Juego de las Casas) y cualquier movimiento por parte del
nuevo noble andorreño será tomado en cuenta en el mismo. Así, el primer día
Rand recibe tres invitaciones de casas menores (que quema implicándose más en
el juego).
Cansado de la tensión dentro
de la ciudad y pidiendo señas para encontrar a Selene, acaba extramuros paseándose
hasta que por casualidad (Ta’veren) se encuentra con el no difunto Thom
Merrilin, que le comenta cómo escapó del Fado (recibiendo una herida que le
hace cojear), cómo se alegra que no fuera él a quien buscaba Moraine
(sospechando que a quien buscaba era capaz de Encauzar), pidiéndole sus
instrumentos, mostrando pesar por que Moraine no esté con él y emplazándole a
unas cuantas horas más tarde para ponerse al día.
Un capítulo de transición con
dos elementos importantes, primero el empezar a ver el Juego de las Casas y lo
jodido que puede ser para Rand si permanece en la ciudad demasiado tiempo. Y
segundo, la reaparición de Thom (mucho menos emotiva de lo que esperaba).
De esos capítulos que
contienen bastante información para ambientar y que preparan a algún personaje
en un terreno nuevo y que no conocemos (pero que conoceremos a la vez que el
personaje en cuestión).
Un ir descubriendo el mundo a
la vez que los protagonistas que se me antoja de los grandes aciertos de ésta
saga en sus inicios.
Capítulo 5 - Discordia: Éste quinto capítulo es uno bastante
sencillo, en el que apenas tenemos una escena en la que Rand se reencuentra con
Thom y hablan un rato.
El juglar parece haber rehecho
su vida desde que se separaron, viviendo más o menos bien y estando enamorado
de una chica (Dena, cairhiena) a la que enseña el oficio.
La antigua confianza entre los
dos personajes se pone de manifiesto cuando Rand le cuenta que tienen el Cuerno
de Valere, y le pide a su viejo amigo que le acompañe en la aventura que será
devolverlo a Shienar. Thom de entrada no le cree, pero acaba rehusando por
miedo a perder la tranquila vida que tiene en ese momento.
Antes de despedirse y cortar
por lo sano (pese a que Thom siga pensando en Rand y lo que le costará verse
involucrado en el Juego de las Casas) ambos hablan un poco sobre el sobrino que
podía encauzar de Thom y las Profecías del Dragón (o Ciclo Kareathon), de las
que se saca lo siguiente:
“Dos veces será marcado, dos veces para vivir y dos veces para morir.
Una vez la garza, para señalar su camino. Dos veces la garza para darle su
verdadero nombre. Una vez el Dragón, para el recuerdo perdido. Dos veces el
Dragón, por el precio que ha de pagar”.
“Dos veces amanece el día
cuando se derrama su sangre. Una por el luto, otra por el nacimiento. Roja
sobre negro, la sangre del dragón mancha la roca de Shayol Ghul. En la Fosa de
la Perdición su sangre liberará a los hombres de la Sombra”.
Además, pese a que no sea una
profecía hablan sobre que debe tomar la ciudadela de Tear (inexpugnable) para
empuñar la Espada que no Puede Tocarse (Callandor).
Al quedarse sólo, Thom piensa
en Rand y no cae en lo que han hablado, pensando que si las Aes Sedai le han
dejado libre no debe poder encauzar, así que podrá apañárselas bien.
El capítulo es una especie de
despedida entre dos personajes, pero también deja la puerta abierta a que Thom
empiece a comerse la cabeza con ayudar al que conoció como joven pastor, y más
al darse cuenta de su apariencia noble y de que las Aes Sedai ya no le acompañan.
A parte de eso también son muy
interesantes las profecías, que de nuevo nos hacen ver que Robert Jordan tenía
muy bien pensados ciertos momentos de su saga, anticipando bastantes cosas de
las que pasarán en un futuro ligeramente lejano.
Por si fuera poco siempre es
agradable ver que los personajes secundarios tienen una vida más allá de la que
se puede ver alrededor de los protagonistas, vida que rehacen y que se ve
distorsionada a más no poder cuando uno de los ta’veren está cerca (como previsiblemente
le pasará al bueno de Thom).
Como última curiosidad tenemos
un retazo de información al inicio del capítulo en el que Loial está preocupado
por si lo llevan de vuelta a su Stedding (del que se marchó sin decir nada) y
que hay algún motivo (que conoceremos más adelante) por el que no puede estar
mucho tiempo fuera de un Stedding.
Capítulo 6 – La Sombra de la Noche: Ahora toca un capítulo no muy grande que
recupera parte del espíritu inicial de la saga. Aquí empezamos viendo algo de
ambientación nocturna en Cairhien, con Loial y Rand paseando y definiendo más
la personalidad del primero. Hasta que se topan con trollocs y Amigos
Siniestros. Primero combaten contra ellos (Rand mata a uno y Loial a otro) y
cuando es evidente que hay demasiados empiezan a huir hasta llegar a una gran
casa, que resulta ser el cuartel general de los Iluminadores.
A las afueras de la hacienda
se encuentran con la misteriosa Selene, que durante toda la escena parece
pinchar sin parar a Rand para que logre la gloria, incluso parece pedirle que
encauce (cosa que no debería saber) para desaparecer al final de todo.
El resto de la escena consiste
en el grupo escondido, intentando no ser descubierto por los Iluminadores (que
matan a los intrusos y de los que conocemos a dos nombres: Aludra y Tammuz).
Como no podía ser de otra forma, Rand acaba usando los fuegos artificiales
contra los trollocs, destrozándoles y destruyendo parte del complejo en el
proceso. Se impone una huida.
Al final les vemos en la
posada, reuniéndose con Hurin y recibiendo una carta de Selene en la que le
dice que volverán a verle e insiste en que piense en la grandeza (pesadilla de
mujer).
Es evidente a éstas alturas
que Selene no es normal, su comportamiento y formas para con Rand hacen
bastante evidente su auténtica personalidad, además de saber y hacer cosas
imposibles para alguien de la edad que aparenta (como hablar un idioma
desconocido).
En general es un capítulo
correcto, con esa Selene apareciendo demasiado de golpe (y desapareciendo
igual) y que plantea el interrogante sobre quién envía a los trollocs, si Fain
como piensa Rand u otra persona (lo más probable).
El tema de los fuegos
artificiales y los Iluminadores queda bastante difuminado también, quedando
como curiosidad la aparición de Aludra, un personaje recurrente a lo largo de
futuros libros de la saga.
Como último apunte comentar
que es la primera vez que Rand intenta usar el Poder Único voluntariamente y es
incapaz de Encauzar, notando sólo la infección. El por qué se me escapa ahora
mismo, pero seguro que lo conoceremos algo más adelante.
Capítulo 7 – Un nuevo hilo en el Entramado: Lo que empieza
siendo un capítulo en el que el grupo de Perrin, Mat, Verin, Ingtar, Ino,
Masema y los demás shienarianos siguen el rastro que pueden encontrar de Rand y
el Cuerno de Valere, usando los lobos como exploradores y descubriendo que Fain
persigue al Exterminador de la Sombra (posible nombre lobuno para Rand); bien,
pues esto cambia de golpe cuando se encuentran con un Aiel en el camino.
El Aiel se presenta como
Urien, un hombre alto armado con lanzas cortas, arco y unas ropas pardas que le
confunden con el entorno (además de un pañuelo al cuello). Dicho Aiel les dice
que está buscando a un hombre, el que Viene con el Alba. Un hombre que estará
marcado, procederá del oeste y será de sangre Aiel, irá a Rhuidean y guiará a
los Aiel bajo el antiguo símbolo Aes Sedai para sacarles de la Tierra de los
Tres Pliegues.
Dicho Aiel da bastante
información a modo de profecías de su pueblo por un lado y de mujeres con poder
por el otro.
Entre las profecías están:
“Cuando los trollocs abandonen la Llaga ellos abandonarán la Tierra de
los Tres Pliegues y retomarán sus antiguos lugares”
“Si fallan de nuevo a las Aes Sedai, éstas les destruirán”
Profecías interesantes y en
las que se nos cuenta porqué el nombre de Tierra de los Tres Pligues. Por la
roca que da carácter, por el terreno que da valía y por el castigo para el pecado
que han de pagar (un pecado de su pasado que sólo recuerdan las Sabias y jefes
de clan).
En cuanto a las mujeres con
poder llamadas Sabias, parece darse a entender que son mujeres con capacidad de
Encauzar (confunde a Verin con una de ellas) y que deben pasar (junto a los
jefes de clan) por un rito en la ciudad de Rhuidean (hogar del decimotercer
clan Aiel y lugar del que se vuelve marcado).
Verin reacciona rápidamente
sobre la profecía que habla (evidentemente) sobre Rand, e insta a seguir adelante
por suelo Cairhieno.
La verdad es que es un
capítulo curioso, en él nos bombardean con unos cuantos términos nuevos que no
volveremos a oír hasta algo más adelante en la saga, que ahora mismo puede que
nos desconcierten por lo rápido que nos dan la información, pero que más
adelante serán sumamente familiares.
Es interesante también la
semejanza entre el Aiel y Rand, así como algunos detalles menores sobre el Aiel
(como expresiones, clan, asociación guerrera, etc…)
En general un capítulo
desconcertante en una primera lectura pero altamente disfrutable para los que
ya somos duchos en la saga.
Capítulo 9 - Seanchan: Estamos ante un capítulo extremadamente
interesante por su curioso enfoque y la nueva información que nos da sobre los
misteriosos invasores que hay en la Punta de Toman (especialmente en Falme), a
donde se supone acabará dirigiéndose Rand.
Primero tendremos noticias de
parte de Bornhald, el Capa Blanca que ya hemos visto anteriormente y que parece
estar dirigiendo un ejército cerca de la posición Seanchan. El buen soldado
(del que vemos más matices de su carácter) reniega de las acciones de sus
propios Interrogadores (matando mujeres y niños) y desobedece órdenes directas
para ir a enfrentarse a los Seanchan.
Sobre éstos misteriosos Seanchan
sólo sabe rumores: se dice que son los ejércitos perdidos de Arthur Hawkwing
que retornan (se hacen llamar los Precursores, los que Retornan al hogar), se
dice que luchan junto a Aes Sedai y que tienen monstruos en sus ejércitos.
De éste estupendo personaje
pasamos a otro viejo conocido, el capitán Bayle Domon, un hombre al que vemos
siendo perseguido por un barco Seanchan ante el que debe rendirse cuando se usa
el Poder Único contra él (poder único ejercido por una mujer a la que llaman
Damane tratada como posesión y que está atada con una correa que lleva otra
mujer). Es curioso (por cómo irán las cosas) que la capitán del barco que le
asalta sea una tal Egeanin (vestida con la armadura Seanchan que imita a un
insecto).
Con su barco escoltado a Falme
vemos lo grande de la invasión, con una flota como no ha visto nunca y soldados
Seanchan conviviendo por las calles con los lugareños. Llama la atención que
les permitan ir armados, pero parece que te hacen Jurar lealtad (obedecer,
esperar y servir) a los que retornan y te aceptan como parte de su pueblo desde
ese momento. Efectivamente, hay monstruos por las calles que sirven de montura
a algunos soldados.
El destino quiere que Bayle
sea llevado ante el Augusto Señor Turak, el dirigente del Retorno por culpa de
un objeto que guardaba el capitán: un disco de Cuendillar que resulta ser uno
de los sellos de la prisión del Oscuro (y del que el Augusto Señor tiene otro).
Éste tal Turak empieza a mostrar algunas cosas de la nobleza Seanchan (a la que
llaman la Sangre), como sus peinados (con la cabeza rapada en parte) o la
costumbre de lacarse unas uñas muy largas (más como más alto sea su rango).
Así, dejaremos a Bayle
atrapado por éste hombre que parece quererlo para saciar su curiosidad.
Como he dicho al principio es
un capítulo atípico pero que se repetirá con el tiempo: saltar a personajes
secundarios para ver cómo van las cosas en otros lugares del mundo, en concreto
en éste en Falme y la Punta de Toman.
Está claro que un ejército
desconocido está haciéndose rápidamente con la zona, gente con mujeres que
Encauzan a las que atan con correa y con un gran ejército en el que hay varias
bestias desconocidas. Son una gente que parecen creer que están en su derecho a
que la gente les deba obediencia, como si hubiera un antiguo Juramento que se
ha olvidado.
Con la llegada de éstos
Seanchan y los primeros esbozos de su cultura tenemos a otro de las grandes
pilares de la saga ya en acción, un punto que entra pronto en la historia y del
que poquito a poquito iremos conociendo más cosas, aunque para ser un solo
capítulo el bombardeo de información ha sido bastante importante (aunque como
siempre recibimos la información a la vez que alguien que no la conoce de nada,
así que nuestra comprensión sobre la misma irá siendo gradual a medida que
éstos personajes se adentren más en dicha cultura).
Capítulo 10 – Da´es Daemar: De nuevo con Rand en Cairhien
veremos un par de escenas interesantes con él, Hurin (cada vez más servicial) y
Loial. La primera con Rand recibiendo dos nuevas cartas de casas nobles, pero
en ésta ocasión del mismísimo rey Galldrain Riatin y de Barthanes Damondres,
segundo en poder en la ciudad. Tras mucho meditarlo y sabiendo que cualquier
decisión al respecto podría acabar con sus huesos en una zanja, Rand decide
ganar tiempo mostrando que aún no ha abierto los sobres. Se les acaba el
tiempo: en la ciudad alguien actuará contra él si se ve que no tiene aliados, y
no pueden irse porque fuera acecha Fain con sus trollocs.
La segunda escena empieza muy
tranquila, con Rand y Loial haciendo su ronda habitual para ver si Ingtar ha
llegado a la ciudad (y Rand pensando en cómo controlar el Saidin); pero de
golpe ven que su posada está en llamas, concretamente el piso donde se
hospedan.
Tras llegar a la habitación
entre toses y apartando las llamas ven que Hurin está inconsciente y el arcón
con el Cuerno de Valere y la Daga han desaparecido. Pese a ello, consigue
recuperar el estandarte del Dragón y sacar a Hurin con vida de la posada.
Curiosamente todo acaba fuera de la posada, con un Hurin que parece tener algo
roto en la cabeza (del golpe recibido antes de que le robaran el arcón); en ese
momento de desesperación máxima aparecen Mat, Perrin e Ingtar.
Es un capítulo más cortito, de
esos que parecen de relleno para ir viendo cómo evoluciona el Da’es Daemar y
cómo Rand tiene que empezar a pensar como un cairhieno para no salir escaldado.
Y cuando menos te lo esperas hay un giro en el argumento que cambia la situación
del protagonista totalmente: sin Cuerno y con la reaparición de sus amigos.
Capítulo 11 – Tras la pista: Con el grupo reunido de nuevo
Rand y Hurin reciben curación por parte de Verin (una de las tres Aes Sedai de
las que Rand se fía) y les comentan que el resto de shienarianos están
Extramuros. Mat se muestra jovial, aunque parece algo enfermizo; a Perrin le
toman por un Husmeador y Rand (que no deja de darle vueltas al poco futuro que
tiene como hombre que puede encauzar) se comporta como un noble, tomando el
mando sin darse cuenta y tratando de igual a igual a Verin e Ingtar.
Una vez puestos al día sobre
el Cuerno de Valere y el extraño viaje a través de los Portales de Piedra
(Verin se interesa por Selene, diciendo que debe ser fácil encontrar a una
noble Cairhiena alta).
Al cabo de un poco de tiempo
Hurin vuelve con la noticia de que el arcón con el Cuerno y la Daga (objeto que
realmente preocupa a Mat) están en una residencia de Barthanes Damondred, del
que curiosamente Rand acaba de recibir una invitación para ir a cenar para el
día siguiente (que aceptarán para infiltrarse en la casa).
Una vez trazado el plan hablan
como de pasada sobre la estatua que encontraron de camino a Cairhien, una
estatua que parece ser un sa’angreal, el más poderoso jamás creado. Un
artefacto para usar más poder y que actúa de forma conjunta con uno que está en
Tremalking (islas de los Marinos) y que sólo puede usar una mujer. Por suerte
para el mundo (porque el Poder a encauzar podría destruirlo) sólo hay un puñado
de mujeres (según Verin) capaces de usarlo: Moraine, Elaida, la Amyrlin, un par
más de las que no dice el nombre (una de las cuales me viene a la cabeza) y
tres muchachas en entrenamiento (Nynaeve, Egwene y Elayne). Es un artefacto por
el que no vale la pena preocuparse, al menos hasta que el auténtico Dragón se
proclame.
El capítulo tiene bastante
jugo (como la explicación del sa’angreal) pero resulta interesante sobre todo
por ver lo que han evolucionado los personajes en el poco tiempo que han pasado
de viaje (bueno, Mat menos) y es que Rand ya se comporta como un noble y Perrin
parece que cada vez tiene más vertiente lobuna (apetencia por la carne,
sentidos aumentados, reconocer a Rand como el Exterminador de la Sombra…)
Además, el que Rand tenga invitaciones
para la casa Damondred justo cuando las necesitan da como resultado un trozo
gracioso en el que Hurin se siente orgulloso de su señor, con Ingtar incluso
cediendo el mando sin darse cuenta.
Buen capítulo, que deja a los
personajes con un objetivo claro por primera vez en bastante tiempo.
Capítulo 12 – Palabras peligrosas: En ésta capítulo tenemos
un bienvenido cambio de registro, en él veremos a Rand, Ingtar, Loial, Verin,
Mat, Hurin, Ingtar y otros diez shienarianos ir a la fiesta de Barthanes.
En ella se nos da una breve
descripción sobre la forma de vestir de los nobles cairhienos, además de
algunas pinceladas del comportamiento de su sociedad. Es un baile con
espectáculo por toda la casa, que está llena de nobles (que alucinan un poquito
al escuchar los títulos del grupo y ver la espada de Rand).
La conversación entre
Barthanes y Rand no se hace esperar demasiado; una aparente conversación
intrascendente de la que Barthanes parece inferir varias cosas (como el apoyo
de Rand a Galldrain, o que le parece que tiene rasgos de la casa real andoreña
–en serio, ya?-). En general se trata de una conversación en la que se ve cómo
se juega al Gran Juego en Cairhien, con dobles sentidos a cada palabra que se
da.
Con la conversación acabada,
Rand es abordado por tres nobles (Alaine, Blevaere y una tercera más mayor) que
se insinúan con no demasiada sutileza (con referencias a su flauta incluidas),
de las que se libra al ver a Thom actuando en la casa. Desgraciadamente la
conversación con su viejo amigo no es demasiado larga, poniéndole al corriente
y declinando su ayuda (parece que es verdad que se han alejado ya).
Para acabar aparece Hurin, que
parece haber encontrado algo (o él o Mat) y le dan la señal para que vaya a la
zona de los criados.
Como curiosidad queda la
mención de Loial a que siente una puerta a los Atajos bastante cerca.
Como ya he dicho al inicio del
capítulo, es agradable cambiar el registro en el que se mueve el protagonista,
pudiendo estar ya en una fiesta del noble más poderoso de Cairhien sin
desentonar y siendo incluso el centro de atención.
Por lo demás, un capítulo
cortito y bastante interesante que da alguna que otra perlita de información
que no recordaba se diera tan pronto (o tan de pasada).
Capítulo 13 – Un mensaje de la Oscuridad: Otro capítulo
cortito que tiene lugar casi entero en la
hacienda de Barthanes. La escena
principal deja a Hurin (que ha seguido el rastro de los trollocs), Loial y Rand
en la puerta a los Atajos que hay en la casa del noble Damondred. Ashí Rand abre
los Atajos, para demostrar a Hurin que es posible entrar en ellos, pero se
encuentra de cara con El Machin Shin (o Viento Negro) montando guardia. Para
rechazarlo encauza luz pura contra él (cosa que los otros dos achacan al Viento
Negro) mientras Loial cierra la Puerta.
De vuelta en la casa noble y
antes de irse, Barthanes (desenmascarándose como Amigo Siniestro) le da un
mensaje a Rand: Fain le espera en la Punta de Tomán, y si no va matará a todos
sus seres queridos.
Una vez en la posada discuten todos
el curso de acción a seguir: seguirán a Fain hacia la Punta de Tomán, y lo que
sería un viaje de varios meses se hará más cortos cogiendo otra puerta a los
Atajos cercana, intentando esquivar al Viento Negro. Una puerta que está en el
stedding Tsofu, al que Loial no quiere ir por nada del mundo.
Así, con un nuevo objetivo en
perspectiva tenemos al grupo encarado de nuevo.
Es un capítulo interesante
sobre todo por el momento en que Rand encauza, lo que demuestra que no va a
poder evitarlo. Por lo demás siempre es de agradecer que reaparezcan elementos
de libros anteriores (el Viento Negro).
Por lo demás, de esos
capítulos que recolocan a los personajes y siguen definiendo su crecimiento
personal (con Mat consumiéndose, apenas le quedan unas semanas) y Rand
aceptando cada vez mayor papel protagonista.
Como mención curiosa queda la
de que Galldrain (el rey) no paga a los Ogier que trabajan en la ciudad, acto
que les ha hecho dejar la reconstrucción de las Torres y volver a sus Stedding.
Capítulo 14 – La Rueda teje: Misma ubicación, distinto
personaje. Porque cuando pensábamos que habíamos dejado atrás ya a Thom
descubrimos que ha querido ir a hablar con Rand (sin encontrarle) y que vuelve
a su habitación. Allí descubre para su consternación que Dena ha sido
asesinada, y que dos sujetos le esperan para acabar con él. Un Thom muy rápido
con las manos acaba con el primero e interroga al segundo para descubrir que
Barthanes quiere información sobre Rand Al’Thor, y que el ataque sólo ha sido
parte del Gran Juego.
Cuando Thom ha matado al
asesino y quiere dirigirse hacia la casa de Barthanes, la posadera (amiga del
juglar) le dice que huya de la ciudad, que no vale la pena ir a por Barthanes
porque ya ha sido asesinado, y que esos hombres en realidad son de Galldrain
Riatin, el rey de Cairhien. Un momento más tarde, Thom deja la posada y se
pierde en la noche.
La segunda parte del capítulo
nos reserva un protagonista muy especial: Padan Fain. Éste ha llegado ya a
Falme, a la que entra sin oposición (dejando a los trollocs fuera de la ciudad)
y fijándose en los elementos que ya nos llamaron la atención con Bayle Domon.
Una vez en presencia de la Guardia, dice que quiere entregar un arcón (el del
Cuerno) al Augusto Señor Turak, ante lo cual le llevan a su presencia.
Ya con Turak tendremos una
conversación la mar de interesante, en la que el Augusto Señor consigue abrir
el arcón sin problemas y reconoce el Cuerno (que no la daga). La pregunta es
obvia, a lo que Fain se inventa una historia en la que su familia ha sido la
custodia del Cuerno hasta la llegada de los descendientes de Hawkwing (reconoce
el emblema de Turak como una derivación del hijo de Hawkwin) para entregárselo
y poder ser uno de sus consejeros.
Sorprendentemente un sincero
Turak niega que quiere hacer usar el Cuerno, queriendo entregarlo a la
Emperatriz para que no piense que quiere ser su sucesor (en cuya línea ocupa el
doceavo puesto actualmente) y menos cuando ya ha elegido a una favorita (una
tal Tuon). Le habla también de que la Alta Sangre son todos descendientes del
hijo de Hawkwing, de la existencia de los Buscadores de la Verdad
(interrogadores seanchan) y de la ciudad de Saendar, donde está la Corte de las
Nueve Lunas. Ante ésta información Fain sólo quiere estar lo más cerca posible de
un dirigente seanchan para envenenarle el oído y hace algo parecido a lo
sucedido en Shadar Logoth.
Antes de partir Fain advierte
a Turak sobre Rand, diciendo que es un Amigo Siniestro que le sigue los pasos y
que debe ser detenido cuando llegue a la ciudad. Tras esto es despedido con la
condición que vuelva al día siguiente, quedándose Turak con el Cuerno y la
Daga.
Capitulazo el que se marca
Jordan en ésta ocasión, con una primera parte que supone un shock total (ese
asesinato, Thom con una pena tan honda que casi le empuja a ir a por el rey de
Cairhien y una muestra de lo que supone el Da’es Daemar. Y luego la segunda
parte, con un villano protagonista, lo que siempre supone un soplo de aire
fresco; y si encima tiene un duelo verbal con el dirigente de la invasión
Seanchan… pues mejor que mejor.
Capítulo 15 – Stedding Tsofu: A unas pocas horas de Cairhien
el grupo llega al Stedding Tsofu, un Stedding es un sitio donde las criaturas
de la sombra no acostumbran a entrar (ni las Aes Sedai, que no puede notar el
Poder Único ni Encauzar). Al entrar en el límite del Stedding todo el grupo se
nota revitalizado, con reacciones más acusadas en Ingtar y Verin.
El resto del capítulo nos
sirve para tener mayor información sobre el modo de vida Ogier, con casas y
mobiliario que parecen crecer del paisaje, Grandes Árboles que datan del
Desmembramiento del Mundo y que tienen más de cincuenta metros de diámetro y, en
general, un ambiente de paz y sosiego como no han notado en ningún sitio
(incluso Hurin dice que es el primer lugar donde no huele violencia).
Un encuentro fortuito hace
saltar chispas, y es que tres Doncellas Lanceras (mujeres Aiel armadas con arco
corto, escudo, lanzas y cuchillos) están a punto de caer sobre el grupo de Rand
(velándose el rostro antes de hacerlo), pero la intervención de Verin y de los
Ogier les hace entrar en razón, aludiendo a un Pacto de no agresión que todo el
mundo acepta al entrar en el Stedding. Éstas tres mujeres miran mucho a Rand,
del que destacan con asco que lleva espada (algo que entenderemos más
adelante). En éste momento Mat y Perrin ponen al corriente a su amigo de que
los Aiel buscan a uno de los suyos que ha crecido en ésta parte del mundo, y
ellos creen que es él (Rand sigue pensando que no es Aiel, pese a los evidentes
parecidos físicos).
Un poquito más de descripción
de los Ogier (con la explicación al fin de lo que es la añoranza: un
sentimiento que tienen los Ogier desde el Desmembramiento del Mundo mediante el
cual no pueden estar alejados mucho tiempo de un Stedding sin morir, aunque hay
casos de algunos que han aguantado hasta diez años). Además, hay trozos
graciosos en los que Loial intenta pasar desapercibido (recordemos que se fugó
sin permiso de su Stedding) y hace alusión a cómo se casan los Ogier: mediante
una conversación entre la futura novia y la madre del novio, sin mediación por
parte del interesado. Y tiene miedo de que lo casen (aunque destaca la belleza
de una Ogier que encuentran al entrar en el Stedding llamada Erith) porque cree
que no podrá volver a viajar con sus amigos.
Para acabar les llevan ante
los Mayores Ogier, al centro del pueblo en el que hay un tocón de ochenta
metros de diámetro.
Como curiosidad se menciona
que Loial es un Cantor de los Árboles de mucho talento, aunque no se diga
específicamente su nombre.
Como siempre digo, es de
agradecer cuando vamos conociendo pinceladas y detalles de nueva culturas del
mundo de la Rueda del Tiempo, y es que constituyen una de sus grandes riquezas.
En éste caso se trata de los Ogier, una raza distinta a la humana, lo que les
hace aún más interesantes (es la única que parece compartir el mundo con los
seres humanos).
Capítulo más tranquilo (aunque
también más largo) en el que los personajes sienten también cierta urgencia por
el estado de Mat, además de verse que los vínculos de amistad de su juventud se
están rehaciendo pese a lo que conocen unos de otros.
Capítulo 16 – Entre los Mayores: Tras un capítulo largo toca
uno corto, en el que apenas tenemos un par de escenas. En una está la
entrevista con los siete Mayores (sabios, autoritarios y serenos como nadie que
han conocido) del Stedding (con Alar como más anciana y voz cantante). La
verdad es que no les cuesta mucho convencerles de que les dejen usar los atajos
(diciendo la verdad sobre el Cuerno de Valere). Eso sí, antes les muestran a
alguien que se encontró con el Viento Negro y salió sin alma. Durante la
conversación sale a colación Loial (al que los tres chicos protegen), del que
hacen responsable a Rand como ta’veren poderoso (lo pueden sentir incluso sin
el talento específico).
Una vez en la Puerta y fuera
del Stedding, al abrirla ven que les espera de nuevo el Viento Negro, como si
les estuviera persiguiendo. Ante esto Verin declara que no podrán usar los
Atajos en ninguna puerta, a lo que un sorprendente Hurin hace alusión a los
Portales de Piedra, cuyo uso les haría hacer el viaje en una semana. Verin
asiente, diciendo que sabe cómo pueden usarse dichas piedras (conocimiento del
Ajah Marrón lo llama) y Alar les conduce a una cercana.
La verdad es que es un
capítulo en el que apenas vemos a los Mayores y qué transporte va a usar el
grupo para llegar a la Punta de Toman. Y aun así es agradable ver a los cuatro
chicos (incluyo a Loial) comportándose como tales durante un rato, hablando de
chicas (Erith le ha regalado unas flores a Loial y le considera atractivo) y,
en definitiva, actuando con la edad que tienen.
Capítulo 17 – El reino de lo posible: Se despiden de Alar al
llegar al Portal de Piedra. Allí Verin reconoce ante Rand que no tiene el Poder
suficiente para usar el Portal, pero le explica el funcionamiento de las
piedras: hay un símbolo para el mundo de destino y uno para la Piedra, y ella
conoce el de la Piedra de la Punta de Toman (el resto es conocimiento perdido,
igual que Viajar). Así que Rand deberá elegir otro símbolo para concentrarse,
pero sabiendo que elegir el erróneo puede dar con la muerte de todos. Se decide
y encauza.
El trozo siguiente y casi todo
el resto del capítulo consiste en la experiencia de Rand desde que encauza
hasta que llega a su destino (la Punta de Toman, pero 4 meses tarde). En ella
le veremos vivir cientos de vidas, de las que se nos detallan tres, y en las
que veremos muchos elementos y detalles
que hacen referencia a cosas que sí pasarán en el futuro. Eso sí, en todas
ellas al final moría y oía una voz que le decía “he vuelto a ganar, Lews
Therin”.
En dichos mundos veremos
resúmenes de posibles historias de Rand, desde las que le mantienen en su
pueblo mientras el mundo se va al carajo hasta las que lo sacan con mil y un
pretextos.
Al acabar tan traumática
experiencia, todo el grupo está en shock, sin acabar de asumir que han vivido
cientos de vidas distintas para las distintas formas que hubiera podido adoptar
la realidad.
Finalmente se ubican y deciden
ir hacia el oeste, hacia las ciudades más cercanas, esperando no llegar tarde.
Es un capítulo cuanto menos
curioso, que desconcierta un poco y que ayuda a meterse en la piel de Rand.
Aparte de eso, únicamente tenemos la información que el protagonista es
muchísimo más poderoso con el Poder que Verin (y algún detallito que no
mencionaré para no hacer spoilers del futuro).
Es posible que en una primera
lectura sea de esos capítulos que te atrapan por su intensidad, pero que te
desubican por la de información que hay en ellos, parte de la cual no tiene
referencia en lo que sabemos en éste momento.
Capítulo 18 - Prácticas: Como le gustaba a Robert Jordan
hacer capítulos en los que todo transcurre en una habitación o en un espacio
bastante acotado. En ésta ocasión todo pasa en la habitación de novicias de
Egwene. Primero con el grupo de chicas de la misma edad (Egwene, Min, Elayne y
Nynaeve) hablando de su día a día en la Torre: que si Galad atrae las miradas
de todo el mundo (y está interesado en Egwene), que si Nynaeve tiene problemas
de disciplina, que si Elayne está harta de limpiar cacharros, que si Min no
quiere hacer más predicciones… Un inicio tranquilo que ayuda a ver lo que es
aprender en la Torre Blanca y qué límites tienen (como la prohibición de
Encauzar sin permiso).
Pero no todo podía ser una
charlita de amigas, ya que Liandrin Sedai aparece en la habitación y despide a
Min y Elayne. El motivo? Parece ser que se han recibido noticias de Moraine
indicando que los chicos están en peligro en la Punta de Tomán. Por motivos
desconocidos la Aes Sedai Roja pida ayuda a las dos chicas del mismo pueblo que
ellos, advirtiéndoles de la presencia del Ajah Negro en la Torre y la necesidad
de mantener la partida en secreto. Todo es bastante extraño, con la Aes Sedai
avasallando un poco a las chicas y negándose a contestar a preguntas bastante
lógicas.
Una vez Liandrin se va, las
dos chicas que habían dejado la habitación vuelven a entrar y declaran que les
acompañarán en su viaje (Elayne parece querer echar el guante a Rand y Min
librarse de las Aes Sedai).
Una extensión más que decente
para un capítulo tan pequeñito pero lleno de detalles (el rey de Cairhien ha
muerto y el Falso Dragón de Saldea ha sido capturado; dos noticias de
importancia capital que se dan de pasada). Además, hay un par de imágenes muy
evocadoras, como aquella en la que Egwene y Elayne se pasan bolas de luz hechas
con el Poder; o la percepción de Min de que están todas juntas en algo, y que
ese algo será muy peligroso.
De nuevo otro capítulo que
cambia el rumbo al que se dirigían unos cuantos personajes, porque lo que
parecía iba a ser un tiempo de instrucción va a convertirse en una fuga en
plena noche para ir hacia la Punta de Toman.
Capítulo 19 – La huida de la Torre Blanca: Dos escenas nos
deparan en éste capítulo. Una primera en la que las chicas, vestidas como
nobles (Min como su sirviente y Nynaeve y Egwene incómodas con esas ropas), se
escabullen de la Torre Blanca (mirando a cada paso para que no las reconozcan)
haciéndose pasar por solicitantes (de los que hay de cualquier país
imaginable). El que Nynaeve se haga pasar por Aes Sedai para conseguir caballos
llama la atención, así como la vista de la ciudad cuando salen: Torres y
puentes blancos hechos por Ogier, como si fueran de encaje; y una gigantesca
Arboleda con Grandes Árboles dominando el norte de la ciudad.
La segunda escena tiene lugar
cuando las chicas llegan hasta Liandrin (que se pone furiosa al ver que son
cuatro, y no dos) y consiste en su entrada a los Atajos, así como el viaje por
los mismos. Durante éste las chicas intentan aliviar la tensión hablando entre
ellas, de Rand (y el interés que tienen por él Min y Elayne). Es un viaje
tenso, con Liandrin hosca con las chicas y éstas nerviosas por lo perturbador
del lugar (además de sentir la infección del Saidin).
Estamos ante otro capítulo de
transición, en el que sigue escamando cosa mala el personaje de Liandrin Sedai,
que parece empujar a las chicas sin dejarles pensar, sin dar explicaciones y
poniendo al Ajah Negro como amenaza para que sigan adelante y estén asustadas.
Aparte de eso es interesante ver cómo va cambiando la opinión de Egwene sobre
Rand y crece el interés de Min y Elayne sobre el mismo.
Cortito, directo y funcional.
Capítulo 20 – Damane: Cuando crees que la historia empieza a
acomodarse o que tendrás un capítulo plácido: Zas! Resulta que al salir de los
Atajos se encuentran en medio de un campamento Seanchan, en él espera una mujer
de la Sangre (contraviniendo órdenes de Turak), una mujer que está esperando a
Liandrin.
En éste momento se hace
evidente que Liandrin es del Ajah Negro, habiendo mentido a las chicas de forma
descarada, además de hablar con Suroth (Amiga Siniestra dirigente de la partida
Seanchan) sobre las órdenes de su Señor (llevar a Nynaeve y Egwene a Seanchan).
Cuando parece que las
apresarán a todas, un estallido de Poder les da tiempo a Elayne y Nynaeve de
huir, dejando a Egwene atrás (con Min). Así, antes de poder reacciones, Egwene
recibe un collar como el de las que están atadas con correa. Un collar de
damane.
El resto del capítulo hasta
que volvemos con Nynaeve nos da información sobre el funcionamiento de los adam
(correa + collar). Un artefacto creado por una Aes Sedai para capturar al Ajah Negro, pero que en Seanchan
ha acabado usándose con todas las mujeres capaces de Encauzar (a los hombres se
les mata). Dicho artefacto devuelve el dólar hecho a la sul’dam duplicado hacia
la damane, además de permitirle a la que controle el brazalete sentir lo mismo
que su damane e infringirle sensaciones (dolor, picor, etc…) sólo con el
pensamiento. Desde ese momento se ha atado a todas las mujeres que Encauzan
para que no puedan suponer un peligro para el poder reinante.
La sul’dam que le pone el
collar (Rena) le cuenta también que las damane no acostumbran a mantener su
nombre una vez atadas; y trata a Egwene como si fuera un perro al que hay que
amaestrar.
Egwene, desesperada, empieza a
obedecer las órdenes de Rena; mientras que Min es llevada como garantía hacia
Falme.
Tras el shock que supone ver
capturado a un personaje tan importante como Egwene, saltamos a Nynaeve. La
joven ha conseguido escapar de su perseguidores Encauzando (invocando rayos y
viento) y ahora empieza a discurrir (junto a Elayne) un plan para entrar en
Falme y liberar a sus amigas (cambiándose de ropas para pasar desapercibidas).
La verdad es que hacen falta
capítulos de éste estilo de vez en cuando, de esos que no te esperas para darte
una patada en el estómago y sacarte del lugar cómodo a donde te estaba llevando
la narración. Parece mentira la de repercusiones que tendrá (sobretodo en la
personalidad de Egwene) la captura para el futuro.
Capítulo 21 – Discrepancias: Tras tres capítulos con las
chicas toca volver al grupo de Rand, que lleva ya tres días en la zona y le
quedan dos más antes de llegar a Falme. El grupo parece deprimido, a lo que
ayuda una lluvia persistente, las noticias sobre los Seanchan y que Hurin no
haya encontrado el rastro.
En uno de los pueblos vacíos
que encuentran en su periplo se paran para pernoctar, en una escena que deja
claro que los demás ya dejan las decisiones en manos de Rand, de forma natural.
Para acabar tenemos una escena
que llevaba tiempo sin salir: cuando el protagonista se va a dormir se le
aparece en la habitación Ba’alzemon, que ya deja claro que no es el Oscuro (un
Renegado tal vez, pero cuál?) y le avisa que en Falme el Entramado se cerrará
sobre él (proclamándole el Dragón Renacido). Rand Encauza a lo bestia contra la
figura, estando a punto de consumirse a sí mismo y parando al recordar a Mat y
la Daga (y sin hacer apenas nada a su visitante). Como siempre, el enviado del
Oscuro le habla como si fuera Lews Therin, sobre lo cíclico que es lo que está
ocurriendo y ofertándole un lugar de poder a su lado además de a Encauzar sin
peligro para su mente (a lo que el joven se niega). Una vez acabada la
conversación, Ba’alzemon desaparece, no sin antes dejar marcada a fuego la
silla en la que reposaba.
Agradable cambio al grupo de
Rand, para bajar algo (al principio) la tensión y dar a entender que todo se
precipita hacia el mismo sitio. Es curiosa la naturalidad con la que todos
aceptan ya el liderazgo de Rand (que sigue obstinado a no tener nada que ver
con las Aes Sedai (como Verin) ni con el Dragón).
La escena con Ba’alzemon nos
recuerda que la lucha final es con el Oscuro y sus emisarios, aunque la
evidente confrontación más próxima parece que vaya a ser con los Seanchan (de
los que todos los personajes van estando informados).
Capítulo 22 - Falme: Otro capítulo con dos escenas y dos
protagonistas distintos.
En la primera vemos a Nynaeve
y Elayne vestidas como campesinas y sobreviviendo como pueden en Falme (donde
llevan ya unas semanas). Ambas parece que llevan escondidas desde que llegaron,
intentando no ser detectadas por las sul’dam y investigando la manera de
liberar a Egwene (Nynaeve parece haber averiguado como se abre un a’dam).
Es sorprendente ver cómo la
población de la ciudad no se rebela (ni lo piensa siquiera), aterrados por las
monturas Seanchan y las mujeres capaces de Encauzar. Como curiosidad queda que
los precios han subido mucho en la ciudad y el que Nynaeve haya visto a Fain
vestido como un Seanchan (lo que confirma que sigue esperando a Rand).
Y la segunda es mucho más
descorazonadora, en ella vemos a un Egwene en una pequeña habitación intentando
usar el mínimo Poder para descubrir el cierre de su a’dam (no puede usar más
porque las náuseas la incapacitan, y no puede tocar el brazalete sin sufrir un
dolor atroz). Mientras está en ello recibe la visita de Min (ahora criada de
las sul’dam) con la que hablan sobre el entrenamiento que recibe de Renna (que
la ha hecho mucho más fuerte),del descubrimiento de su afinidad por la Tierra
(uno de los cinco aspectos del Poder, muy raro en una mujer), su pronto viaje a
Seanchan (por lo valioso de su habilidad, siendo capaz, por ejemplo, de
encontrar minas) y de que hay dos Aes Sedai capturadas (ambas rotas
prácticamente y adaptadas a su nueva vida como damane). La pobre Egwene empieza
a temer que se doblegará sin querer por culpa del a’dam, que les está cambiando
a base de dolor incluso la forma de pensar (Min insiste en que no se rinda, que
sigue viéndola vinculada a Mat, Perrin, Rand e incluso Galad).
Cuando están hablando de un
posible plan de huida por parte de Min, aparece Renna, que detecta el anterior
Encauzamiento de Egwene y pasa a cambiarle el nombre. Ahora se llamará Tuli.
Un gran capítulo sin nada de
acción que nos muestra lo desesperado de la situación de Egwene y lo cruel que
es el a’dam para con una mujer que lo lleva puesto: una herramienta capaz de ir
cambiando poco a poco la personalidad de una mujer, anulándola y convirtiéndola
en poco más que alguien que únicamente quiere servir correctamente a su amo.
Escalofriante.
Capítulo 23 – Un plan: Empezamos con Min saliendo de la
habitación de Egwene y llorando al oír el castigo que le están propinando,
sintiéndose culpable y miserable por no ayudar a su amiga.
Al salir a la calle se
encuentra con Elayne (en la que ve un halo con un hacha y un hierro rojo) y
Nynaeve (un halo con el anillo de Lan), con las que se pone al día y les habla
de un capitán dispuesto a salir de Falme si le aseguran que las damane no le
destrozarán el barco.
Las tres van a verlo (momento
en el que vemos que es Bayle Domon), y durante la conversación Nynaeve se hace
pasar por Aes Sedai, diciéndole que necesita pasaje para cuatro personas, tres
de las cuales pueden enfrentarse a las damane. El capitán, tras comentar que ya
ha visto a Aes Sedai caer bajo los Seanchan (una de las que ha hablado Egwene
en el capítulo anterior) acepta.
Es un capítulo cortito, en el
que vemos desde el punto de vista de Min cómo Nynaeve empieza a tener un plan en su cabeza, además de
ponerse clarísimamente al mando del grupo de mujeres. La conversación con Domon
es interesante tanto por el comportamiento de Nynaeve como por las cosillas que
aprendemos de él (la escena de la captura de la Aes Sedai, corta pero intensa).
Parece que las cosas empiezan a coger ritmo para el grupo de Nynaeve, como si
estuviera a punto de saltar todo.
Capítulo 24 – Los cinco jinetes: Primero vemos a Perrin, Mat
y Hurin en medio de un pueblo discutiendo sobre lo que hacer, ya que Hurin ha
recuperado el rastro de Padan Fain (del que dice que huele peor que un
Myrddraal). Cuando parece que irán con Ingtar y el resto, aparece un ejército
de Capas Blancas, que les hacen huir más deprisa para no tener problemas. Una
escena cortita, con Perrin usando su telepatía con los lobos para controlar a
los Hijos de la Luz y que sirve para enlazar con la siguiente.
Saltamos al capitán de los
Hijos que han llegado al pueblo donde estaban Perrin, Mat y Hurin. Geofram
Bornhald (que parece reconocer a Perrin cuando se va) y su segundo al mando
(Byar) hablan sobre la inminente batalla contra los Seanchan; una batalla que
Bornhald sabe que no podrá ganar pese a que haya podido acercarse tanto a Falme
sin que le hayan detectado (aniquilando a tres patrullas Seanchan y
descubriendo que hay “Aes Sedai” entre ellos). Ante la inminente batalla, le da
como última misión a Byar la siguiente: buscar a su hijo Dain Bornhald y
contarle lo que ha pasado; luego deberá llevar un mensaje al capitán general
Pedron Niall donde le cuenta que las Aes Sedai entran en batalla junto al
invasor y que los Interrogadores han intentado manipular a su ejército
Para acabar pasamos a Rand con
el resto del grupo, él practicando con la espada (una figura que parece
asegurar la muerte de los dos luchadores) mientras esperan la vuelta de los
tres exploradores. Al llegar dan las noticias, lo que hace que se plantee lo
siguiente: Ingtar, Hurin, Rand, Mat y Perrin irán a Falme a recuperar el
Cuerno: un grupo reducido para no llamar la atención (aunque los demás les
seguirán un tiempo después) y sin Verin, ya que las damane parecen poder
detectarla (momento en el que advierte a Rand que igual pueden detectarle a él
también). El grupo emprende la cabalgada.
Un capítulo interesante, en el
que de nuevo vemos a un grupo encaminado y cerca de su objetivo final, con esa
sensación de que las cosas se están precipitando hacia su conclusión que ya dio
el capítulo anterior de Nynaeve. Además, la inclusión de la llegada de los
Capas Blancas y del honorable Bornhald le dan un elemento más a tener en
cuenta, una fuerza militar capaz de hacer frente (aunque probablemente muera en
el intento) a los Seanchan.
Capítulo 25 – Maestro espadachín: Empezamos con el inicio
del plan de Nynaeve, uno que no podía ser más sencillo: a primera hora, en una
calle poco concurrida, espera a que pasen una sul’dam y su damane, momento en
el que encauza en el collar y lo abre; en ese momento atan a la sul’dam y la
damane sale corriendo.
Ya en un establo desierto
deciden probar el a’dam con la cautiva, y sorprendentemente funciona (cosa imposible
ya que sólo debería funcionar con gente que Encauza). El acto horroriza a la
sul’dam, que se vuelve sumisa y aterrorizada de que le vean con el collar
puesto. Así pues está decidido: Nynaeve se vestirá de sul’dam y las otras dos
chicas de criadas, y llevarán a la sul’dam capturada (Seta) atada hasta el
cuartel general de las sul’dam en Falme.
Después de éste momento tan
intenso veremos en un breve inciso a Bayle Domon preparado y esperando a las
chicas.
Y ahora el plato fuerte del
capítulo, aquí empezamos con Rand y su grupo entrando en la ciudad (él
ocultando las marcas de su espada). Una vez dentro van siguiendo a Hurin
mientras éste intenta encontrar el rastro más nuevo de Fain (que está por todas
partes) hasta que Mat nota la Daga dentro de una casa (la de Turak, por la
descripción del estandarte).
Ingtar entra en la casa por el
jardín trasero y el resto del grupo le sigue, guiándose por Mat y llegando
hasta la sala en la que están tanto el Cuerno como la Daga (que coge Mat).
Cuando tienen los dos objetos Rand ve a Egwene a través de la ventana y se
dispone a ir en su rescate, momento en el que aparece Turak con unos cuantos
guardias.
La acción empieza cuando Mat
usa la Daga para acabar con un guardia (que muere entre convulsiones y con
la piel negra), allí los guardias luchan
con los seguidores de Rand mientras éste se ve en un mano a mano con Turak.
El combate es apasionante, ya
que el noble Seanchan es un maestro espadachín con una marca de la garza en su
espada. En él las cosas no empiezan demasiado bien para el protagonista, pero
poco a poco y con la ayuda del Vacío se va haciendo con la iniciativa, hasta
que acaba con un elegante movimiento con Turak.
El momento de la muerte de
Turak vuelve a devolver a Rand al mundo: los demás han ganado también sus
combates particulares, y los criados (los que no se han quitado la vida al
morir su señor) siguen quietos sin decir nada. Una discusión protagonizada por
el ir a rescatar a Egwene acaba con el grupo saliendo de la casa sin que nadie
les pare los pies, con Mat portando Cuerno y Daga e Ingtar cada vez más
obsesionado con portar él el Cuerno.
Es un capítulo algo más largo
que los anteriores, con las acciones de los personajes ya precipitándose: no
sólo el plan de Nynaeve parece empezar a ir bien, Rand ha acabado con Turak y
han recuperado los objetos. Se ha hecho con una escena de lucha con espadas muy
buena.
Un par de detalles
interesantes sobre el capítulo son el que Fain haya matado al sirviente de
Turak (el que le despreció cuando se conocieron), que Turak reconozca a Rand
como un maestro con el que probarse, que Ingtar cada vez parece más consumido
por su deseo de llevar el CuernoDesgraciadamente, cuando van a huir de la sala
con los dos objetosSalto a Rand entrando en la ciudad ocultando la espada con
la marca y el resto de los cinco jinetes, entran separados. Hurin siente a
Fain, sigue llevando el estandarte del dag´no. Es primero hora, Hurin siente a
Fain por todas partes, lo que le difculta encontrarlo. Van cruzándose con
soldados, damane y grolm (se da el nombre a las monturas seanchan el mismo de
los seres que vio en el to moundo=. Mat siente la daga. Ingtar obsesionado con
el Cuerno. Ingat quiere entrar en la ca de sa por detrás, acaban con un guardia
(la casa es la de Turak, por el estandarte que hay encima). Dentro de la casa,
Mat les guía hacia la daga. Encuentran el Cuerno y la Daga.Ingtar dice que esta
salvado al encontrar el Cuerno. Antes de ir mira al patio del edificio
contiguo: ve a Egwene atada con correa y que Rand y Hurin reconozcan en los
seres que montan los Seanchan a las mismas criaturas que vieron en su viaje al
otro mundo: los grolm.
Ya sólo quedan cinco capítulos
para acabar el libro, y visto éste prometen ser realmente espectaculares.
Capítulo 26 – El rescate de la Sombra: Cómo se nota que
queda poco libro y que las cosas han cogido ya un ritmo imparable. Para empezar
(el trozo más largo del capítulo) tenemos a Nynaeve encontrando a Egwene y
soltándola del a’dam. La joven les explica que cree que tanto las sul’dam como
las damane pueden encauzar, siendo las primeras pasadas por alto porque sólo lo
conseguirán con entrenamiento (las damane son Espontáneas).
En el momento de salir de la
habitación las sorprende Renna, a la que Egwene neutraliza en un momento,
poniéndole el a’dam y empezando a torturarla. Nynaeve la para, pero su amiga
parece rota por la tortura. Pese a ello consiguen salir a la calle (dejando a
Setta y Renna atadas con la correa en la habitación de Egwene).
Ya en la calle parece que dos
patrullan Seanchan las cerquen, Egwene, aterrorizada por volver a ser capturada
Encauza destrucción contra las dos, matando hombres en décimas de segundo. Eso
sí, la respuesta desde el edificio de las sul’dam no tarda, y empieza un
auténtico combate entre las chicas y las damane que han reaccionado a tiempo.
Tras tan épico momento pasamos
a un breve pasaje en el que Bayle Domon ve la destrucción causada por el poder
desde su barco, y en contra de la opinión de su tripulación decide esperar a
las chicas. Es un hombre de honor.
Otro personaje secundario que
cobra protagonista brevemente es Bornhald, que ve la destrucción desde las
afueras de Falme y decide ese momento para cargar contra la ciudad con sus mil
Hijos de la Luz.
Y cuando parecía que el
capítulo acabaría aquí, volvemos a Rand y su grupo viendo también la
destrucción. Curiosamente, en ese momento de estrés total, Ingtar decide
confesar que ha sido un Amigo Siniestro, siendo él el que permitió la entrada
al arquero que atacó a la Amyrlin (con la promesa de que su país no caería ante
la Sombra) y que quería redimirse tocando el Cuerno y cargando contra Shayol
Ghul (lo que explica su obsesión por el artefacto). Rand no da crédito a lo que
oye, pero tras unos segundos le perdona y deja que se sacrifique luchando
contra los Seanchan para que los demás ganen tiempo y puedan huir
Puff, qué decir de éste nuevo
capítulo con acción, el uso del Poder y la confesión de Ingtar. Los pelos como
escarpias. Y por si fuera poco la revelación sobre la verdadera naturaleza de
las sul’dam, lo que implica que uno de los pilares de la cultura Seanchan está
basado sobre una mentira y que mujeres que pueden Encauzar ostentan lugares de
poder.
Creo que Jordan supo darle el
clímax perfecto a ésta novela, con un crescendo que aún no ha concluido pero
que ya va dejando momentos memorables.
Capítulo 27 – La tumba no constituye una frontera a mi llamada:
Pelos como escarpias al leer el título del capítulo. Un capítulo que empieza
con Ingtar cargando contra el enemigo mientras el resto consigue huir de la
ciudad entre la confusión. Una vez fuera Rand parece tomar una decisión: los
tres que quedan llevarán el Cuerno a Verin mientras él vuelve a por Egwene (que
está en una ciudad que sigue recibiendo descargas de Poder sin apenas
descanso). Por desgracia, cuando parece que se pondrán en movimiento se dan
cuenta que están atrapando entre el ejército de Capas Blancas de Bornhald y el
de Seanchan (que está formando para hacerle frente). Mat toca el Cuerno de
Valere.
Saltamos a Bornhald oyendo el
sonido del Cuerno, con una niebla formándose entre los dos ejércitos. Por si
fuera poco las damane empiezan el ataque cuando la niebla lo ciega todo: los
Hijos de la Luz cargan contra el enemigo.
Rand perplejo ve aparecer a
los héroes de leyenda que el Cuerno ha llamado (les reconoce): Rogosh Ojo de
Águila, Gaidal Cain, Birgitte, poco menos de cien grandes héroes, incluso el
mítico Arthur Hawkwing. Se dirigen a ellos, llamando a Rand como Lews Therin,
comentando que han luchado muchas veces juntos (y el uno contra el otro) y le
piden a Rand que desenvuelva el Estandarte del Dragón, que le seguirán en la
carga. Perrin monta el Estandarte, Mat toca el Cuerno, Rand encabeza la carga,
los Héroes y Hurin les siguen. Todos cargan contra Falme y los Seanchan.
En plena carga Rand es
arrancado de la realidad y llevado ante Ba’alzemon, a un lugar desde el que ve
el transcurso de la batalla, los primeros compases de la lucha contra los miles
de Seanchan que abarrotan Falme. La conversación y la lucha entre los dos
personajes es inevitable, las embestidas se suceden a la par que las promesas
de poder; una lucha que tiene su eco en el suelo, donde los dos ejército
avanzan y retroceden al compás de la lucha de Rand.
Llega un momento en el combate
en el que el joven pastor acepta quién es en realidad y lo que debe hacer: abre
su guardia, recibe una profunda herida en el costado y atraviesa el corazón de
Ba’alzemon con su propia arma.
Pedazo de capítulo se marcó
Jordan aquí, qué grandiosa intensidad en todas sus líneas. El hecho de que el Cuerno
suene a éstas alturas de la saga y que todos los Héroes de las Eras hablen con
los chicos, convenciendo a Rand sobre su identidad pasada y ayudándole a
proclamarse al izar el estandarte del Dragón es simplemente épico. Y luego está
el combate, a dos bandas entre Rand y Ba’alzemon mientras en tierra sus amigos
luchan junto a los Héroes contra un ejército muy superior y pese a ello lo van
empujando hacia el mar.
Es por capítulos como éstos,
espectaculares los mires como los mires (aunque un pelín más de descripción de
la batalla en tierra hubiera estado bien, y sí, ya sé que hubiera ralentizado
un poco el paralelismo entre el duelo a muerte y dicha batalla) que la Rueda
del Tiempo ha atrapado a tanta gente, momentos de inflexión donde la vida de
los protagonistas cambia y la historia evoluciona hacia algo más grande.
Capítulo 28 – La primera reivindicación: Parece que el
combate ha acabado en Falme, Min está corriendo por sus calles mientras busca a
sus amigas: está en una ciudad aterrorizada, donde los Héroes dan caza a los
Seanchan que quedan e incendian los barcos que aún no han huido. Incluso ve
cómo Bayle Domon ha conseguido escapar con su barco de la carnicería.
Tras éste breve resumen de lo
sucedido en la ciudad tras la batalla, vemos que encuentra a Rand tirado en un
patio y con una herida cauterizada en el costado, una herida que parece robarle
el calor del cuerpo y estar acabando con él. Ni corta ni perezosa le lleva
hasta una habitación de la casa y se acuesta a su lado, dándole lo único que
puede: su calor y su compañía, contándole que le ama y que serán tres las
mujeres que lo harán (Elayne, ella misma y una desconocida).
Egwene aparece en la
habitación, diciendo que ha sentido un tirón por parte de Rand (ta’veren) y que
las otras dos del grupo están preparando los caballos para salir de la ciudad.
Las dos muchachas tienen una breve discusión sobre la naturaleza de Rand (que
sigue inconsciente), tras la que Min le dice que le ama y Egwene se va a por
Nynaeve para que le ayude a curar a su amigo.
Cuando parece que todo acabará
así, aparece en el umbral Lanfear (o Selene, ya que la descripción que se nos
da es la misma): una de las Renegadas. Ésta mujer le dice a Min que no se haga
ilusiones, que Rand es suyo y siempre lo será, pero que de momento debe
ausentarse y que se lo cuide hasta que vuelva a reclamarlo. Antes de irse
menciona a otro renegado: Ishamael.
Antes de finalizar el capítulo
tenemos una última escena en la que Byar, el último de los Hijos que han ido a
Falme, está huyendo a caballo para informar de lo que ha visto: los Amigos
Siniestros han luchado en Falme, y sobre el cielo de la ciudad ha visto algo
aún más perturbador.
Me gusta el capítulo, pero
supone un breve bajón de ritmo tras lo de los capítulos anteriores. Está claro
que la batalla ya ha acabado, y ahora el autor empieza a contarnos algunas de
las consecuencias de la misma, como que Min le confiese su amor a un Rand
inconsciente o que parece que todos saben ya quién es realmente: el Dragón
Renacido.
Capítulo 29 – Ineludible acontecer: Como no podía ser de otra
forma asistimos al despertar de Rand, en un bosque, junto a Min. La chica le
explica al dolorido paciente lo que ha pasado: que casi todos se han ido a Tar
Valon, que lleva cinco días inconsciente y que su herida tiene algo raro que
impide que la curen con el Poder. Mientras, Rand se da cuenta de que cada una
de sus manos ha sido marcada con la garza, signo de la llegada del Dragón.
Tras una breve charla entre
ambos aparece Moraine, que le insta a que asuma su responsabilidad. El chico se
siente traicionado al no haber recibido ayuda por parte de la Aes Sedai, pero
pese a ello charlan sobre lo sucedido en Falme y en el mundo desde la batalla:
los Seanchan han vuelto al océano, el combate con Ba’alzemon se vio en kilómetros
a la redonda como una proyección en el cielo, así como el estandarte del Dragón
(lo que ha hecho que los rumores corran como la pólvora); en Cairhien hay
guerra civil; en Ajah Negro se ha dado a conocer por primera vez en 2.000 años;
tres de los siete sellos de la prisión del Oscuro se han roto. Una serie de
portentos que no hacen sino poner presión sobre Rand.
También hablan sobre Fain, el
que parece ser el siguiente objetivo de Rand. El antiguo buhonero es ahora algo
mucho más peligrosa, una mezcla entre una criatura del Oscuro y la maldad de
Mordeth, algo que puede llegar a ser una amenaza muy grande.
Con tanta información no es de
extrañar que el chico quiera dar un paseo por el campamento, viendo que su
estandarte está desplegado y que tanto Loial, Perrin, Lan y los shienarianos (con
Ino a la cabeza) están allí. Unas palabras con sus amigos preceden a otro punto
de inflexión que hace decidir al protagonista: los shienarianos se arrodillan
ante él, jurándole lealtad y rompiendo sus vínculos para con su país y su rey.
Es interesante ver que las
repercusiones de lo sucedido en Falme van bastante lejos, ya que el mundo
parece haber aceptado que el verdadero Dragón Renacido ha vuelto al mundo, lo
que ha hecho que haya mucho movimiento por todos lados. Pese a ello vemos que
Rand sigue sin querer asumir la responsabilidad: las profecías dicen que no
sólo estará para luchar contra el Oscuro, sino que también volverá a Desmembrar
al Mundo. Y es ésta segunda parte la que le ha hecho resistirse durante tanto
tiempo. Pero parece que el juramento de sus compañeros de armas le hará tomar
la decisión definitiva.
Es curioso además ver que el
grupo ha vuelto a partirse, algo razonable teniendo en cuenta que Mat y las
chicas deben estar en Tar Valon por distintos motivos. Lástima que no hayamos
asistido a la separación y simplemente desaparezcan de la narración y les
envíen a otro lado.
Buen capítulo, una especie de
epílogo de lo sucedido en los dos libros precedentes y una apertura a lo que
está por venir: el Dragón ha Renacido.
Capítulo 30 - Después: Último capítulo, con apenas una
página a modo de despedida donde se nos cuenta que las noticias de lo sucedido
en Falme han viajado por el mundo, cambiándolo para siempre y llevando la mayor
noticia de todas: el Señor de la Mañana ha vuelto, la batalla contra el Oscuro
está próxima.
Personajes: El crecimiento personal de varios de los protagonistas
de los libros es muy acusado en ésta novela (casi todos menos Mat), y es que
parece que todos viven experiencias que les hacen madurar de forma
considerable, ya sea por las malas (como Egwene) o asumiendo lo que realmente
son y pueden hacer (como Rand).
Han sido bastantes los meses
que han pasado en la novela, y las situaciones que tienen que vivir en ella son
bastante extremas: la lucha en Seanchan, la búsqueda del Cuerno, la instrucción
en la Torre Blanca, el Daes Daemar en Cairhien… experiencias que hacen que
jóvenes atolondrados de la primera novela se hayan convertido en hombres y
mujeres que van entendiendo su lugar en el mundo.
Posiblemente sea Perrin el que
más rápido haya aceptado que las cosas no son siempre como uno quiere,
haciéndose a sus nuevos “poderes” e intentando hacer lo correcto en todo
momento. En el otro extremo estaría Rand: inactivo en el Daes Daemar está
siempre ansioso por quitarse de en medio e ir a morir a algún lugar apartado,
renegando de su condición de Dragón y de su capacidad para Encauzar. Creo que
el condicionamiento de su educación le hacen pensar en sí mismo como si fuera
alguien abominable, e intentando apartarse de ese camino.
Mat es el que sigue más o
menos igual, de los chicos el que menos protagonismo tiene, consumido por su
necesidad de la Daga apenas parece reparar en otra cosa.
De las nuevas incorporaciones
me quedo con Verin (actuando totalmente como Aes Sedai) y con la degradación de
Ingtar durante la persecución del Cuerno de Valere. Éste último es un personaje
interesante, cayendo cada vez más y más en la obsesión hasta estallar en una
confesión final y una muerte heroica.
Además, los personajes
Seanchan (con Turak a la cabeza) me han gustado: gente que se cree en su pleno
derecho de tomar las tierras que antaño fueron suyas, con una cultura muy
distinta de la del pueblo conquistado y que usa a las mujeres que Encauzan como
meras herramientas. Su aparición en la novela y lo que vamos sabiendo de ellos
le dan aún más profundidad al mundo de la Rueda del Tiempo, que ya no sólo
cuenta con las naciones del mapa, los Aiel y los Marinos. Ahora también hay una
de más allá del océano que está dispuesta a regresar y conquistar a todas las
demás.
En general creo que la
evolución de los personajes está bien llevada, apuntando sólo como puntos
negativos el que a veces son demasiado cándidos (cuando Liandrin les dice de
dejar Tar Valon ya podrían haber sospechado un poco) o tienen actitudes que se
nos repiten demasiado (Rand renegando de su condición y queriendo librarse de
las Aes Sedai). Son errores menores, algunos obligatorios para poder seguir con
la trama, pero que desmerecen un poquito el estupendo trabajo de desarrollo que
Jordan lleva en ésta novela.
Opinión Personal: La batalla de Falme es la segunda mitad de un
libro inglés, lo que implica que tiene unas cuantas conclusiones y que su ritmo
es algo mayor que el del libro anterior.
Así pues, estamos ante un
nuevo punto de inflexión en la saga, un momento que marcará todos los libros
que están por venir y que sucede al final de la novela. Es en ésta donde las
cosas dejan de ser literatura fantástica al uso para demostrar que se puede
convertir en algo más, algo mucho mayor y muy rico.
Creo que en la Batalla de
Falme se juntan infinidad de elementos que hacen de ésta novela una de las
mejores y más redondas de la saga. La mezcla de elementos como la política en
Cairhien, el sufrimiento que transmiten las damane, la cultura seanchan, la
búsqueda del Cuerno, la prueba de Nynaeve… un montón de elementos que conforman
un relato muy rico y en el que pasan muchas cosas (sin sensación de estar
acelerado).
El autor nos sigue demostrando
que tiene las ideas claras, las referencias a momentos futuros son constantes y
las profecías se van cumpliendo una a una. Esto nos ayuda a tener la sensación
de que la saga es una sola obra partida en varias novelas, un gigantesco puzle
que lleva mucho tiempo armar y del que ahora podemos empezar a atisbar la forma
general.
Si con ésta novela no quedáis
atrapados por la Rueda del Tiempo es posible que ya las siguientes no lo
consigan: aquí suben las apuestas, la escala del conflicto y la madurez de los
personajes. Así que ya sabéis: si éste no os ha gustado, no hace falta que
sigáis, la Rueda del Tiempo no es para vosotros.
Si por el contrario habéis disfrutado
con la Batalla de Falme y tenéis curiosidad por saber hasta dónde puede llegar
la trama de ésta saga os digo: seguid leyendo, os quedan cientos de sorpresas,
personajes, batallas, giros de guion y momentos épicos por descubrir. Os
encariñaréis como nunca con algunos de los protagonistas, odiaréis a otros…
pero en definitiva disfrutaréis de la mejor obra de ficción jamás escrita.
Y si queréis saber mi opinión
sobre algún acontecimiento del libro en particular no tenéis más que ir al
capítulo en cuestión y leer lo que pienso del mismo, que tampoco quiero
agobiaros más con la reseña y con mi opinión personal. Simplemente pensad esto:
me encanta ésta saga, y pese a ser la tercera vez que leo ésta novela no he
podido evitar sentir los pelos como escarpias en todo el tramo final, y
disfrutar del ritmo peculiar que Jordan sabía imprimir en sus narraciones,
siendo capaz de hacernos disfrutar de una escena en la que dos personas están
tomando café.
Como siempre, no sé cuándo
saldrá la siguiente reseña sobre la saga, pero no os preocupéis, seguirán
saliendo me lleve el tiempo que me lleve.
Valoración Personal: 10.
4 comentarios:
Durante años un amigo me recomendó leer esta saga, pero siempre que la empezaba la dejaba porque me aburría y daba la sensación de no enterarme bien de la historia. Hasta que descubrí este blog y leí las magníficas reseñas spoiler-free de cada uno de los capítulos de los primeros libros. Cada dos o tres capítulos me leía las reseñas correspondientes y esos pequeños resúmenes me ayudaban mucho a la lectura fijando mi atención en detalles que podrían haberme pasado desapercibidos (aunque cada vez son menos). Ya voy por el libro VII y he de decir que me encanta la serie y tengo hasta ansia de ver cómo continúa la historia. JaJA
Muchas gracias por tu trabajo. Estoy deseando leer la reseña del sexto volumen.
Gracias Victor, mensajes como éste hacen que no pierda las ganas de seguir con el proyecto. Éste año al menos habrá un post más, probablemente dos.
Ya contarás tus impresiones a medida que avances en ésta gran obra maestra.
He leído el último, hay cositas que se me habían pasado por alto y con tu ayuda me doy cuenta sin tener que releerlos.
Aún estoy por la mitad de "El Señor del Caos" (en la edición que es el 6º libro), hasta ahora el más lento con diferencia, pero me han dicho que es el que "mejor" termina, un amigo muy entusiasta de la saga me ha dicho "que suerte tienes que puedes leerlo por primera vez".
Gracias por seguir con estos resúmenes. =) (no me deja comentar en la última entrada)
Disfrutalo porque como te ha dicho tu amigo, ese libro tiene un tramo final espectacular, a ver cuando llego yo XD.
Publicar un comentario