Oh yeah! Hay que ver lo que ha
llegado a gustarme ésta segunda temporada de Arrow, y eso que la primera no me
acabó de dejar claro si me gustaba o no.
Una segunda temporada que gira en
torno a la venganza de alguien de la isla, a la par que las secuelas de lo
sucedido en la primera, así como la decisión del protagonista de no volver a
matar.
En términos generales tenemos más
o menos lo mismo pero con mucha más acción y grandes dosis de epicidad (muy
grandes en ocasiones) con un protagonista que va avanzando psicológicamente, así
como todos aquellos que le rodean.
Aunque igual lo mejor es la
inclusión de unos cuantos personajes nuevos, o el dar poderes a alguno ya
existente. Y es que una serie basada en un comic de superhéroes no sería lo
mismo sin superpoderes (por limitadillos que sean) o con referencias al
universo comiquero que le rodea (con Flash o la Liga de las Sombras).
Sigue teniendo los mismos grandes
fallos que tenía: actuaciones mediocres en la mayoría de los casos (con los jóvenes
a la cabeza en lo malo) y un nivel de suspensión de la realidad excesivo
incluso para el tipo de serie que es. Pero cuando superas esos dos escollos
tienes un divertimento en estado puro, de esas series que te atrapan por lo
exageradas que son y la de giros de guión culebronescos que llegan a tener.
Y sí, si tras su primera temporada
no tenía claro si me gustaba o no, tras la segunda debo decir que ha tenido
algunos de los momentos que más he disfrutado de ésta temporada de series.
Blockbuster llevado a la pequeña
pantalla.
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