Ésta ha sido la primera semana
de las cinco en las que llevo haciendo ésta sección en la que tenía una pereza
horrible por ver la película: las referencias no eran demasiado buenas y el tráiler
me había dado una impresión de psicodelia sin argumento que tiraba de espaldas.
La vida secreta de Walter
Mitty nos cuenta la historia de dicho Walter, cómo un buen día la revista para la
que ha estado trabajando 16 años es comprada y desmantelada, siendo él el
encargado de buscar la imagen para la portada de la misma. Una imagen que ha
desaparecido y que le llevará a cambiar bastante su forma de vida.
Porque Walter es un soñador,
pero de esos a los que se les va la cabeza en medio de una conversación,
evadiéndose de la realidad y viviendo sus sueños como experiencias reales (de allí
lo que parecía psicodelia en el tráiler).
Por suerte la cinta va
separándose poco a poco de ese Walter con su mundo interior para ir hacia un
Walter distinto y del que no os contaré nada.
Personalmente debo admitir que
la película me ha gustado bastante, un argumento de crecimiento personal (eje
central de la película) aderezado con una fotografía simplemente soberbia y una
gran banda sonora.
Me detengo un momento en la
fotografía porque es realmente buena, con una paleta de colores muy determinada
consigue imágenes preciosistas tanto en los exteriores como en algunos de los
interiores, notándose sobremanera el gran trabajo que se ha realizado en éste
aspecto.
En cuanto a los actores, no
pasan de ser correctos, destacando el protagonista: un Ben Stiller mucho más
contenido de lo habitual y que da bastante el pego como Walter Mitty. No será
una actuación memorable pero sí que está bastante bien.
La lástima es que al inicio de
la película hay unas pocas escenas (cuando Walter está “ausente”) que sacarán a
más de uno del metraje (mi padre, por ejemplo); son escenas que sirven para ver
lo totalmente metido dentro de sí mismo que está el protagonista, pero están
algo pasadas de rosca y se hubieran podido hacer de otra manera.
Dicho lo cual creo que es una
buena película para ver con calma y disfrutar de sus evocadoras imágenes. No es
para todo el mundo, pero sí que creo que vale la pena verla (no llega ni a la
hora cincuenta).
Valoración Personal: 8,1.
No hay comentarios:
Publicar un comentario