Hoy me apetece hablaros de la
segunda temporada de esa serie que ha devuelto a Kevin Spacey al primer plano
de la actualidad televisiva. Una segunda temporada en la que interpreta al
vicepresidente de los Estados Unidos.
En ésta nueva serie de
capítulos veremos cómo el personaje que interpreta sigue incansable en sus
maquinaciones para conseguir el máximo poder posible, haciendo todo lo
necesario para ello, ya sea asesinato o traición.
Un espectáculo de serie para
los que disfrutamos de serie políticas en las que se ven las vergüenzas más exageradas
de lo que un político puede llegar a hacer para sentarse en la siguiente silla
en su carrera política, y más en una sociedad como la Americana, donde
prácticamente todo se mueve por intereses.
La temporada ha sido bastante
redonda, con unos tramos inicial y final realmente buenos, flojeando un poquito
en el medio.
Lo mejor (dejando a un lado la
interpretación de Stacey y la que hace de su mujer) es la cantidad de tramas
juntas que van avanzando, ya sean personajes muy secundarios que parecen no
tener nada que ver u otros a los que les vas cogiendo cariño (como el que hace
las costillas), el caso es que todo el mundo pilla, ya sea en unas
negociaciones con china, con un productor de energía o para tirar adelante una
ley en el congreso.
Todo esto saben amenizarlo con
una buena banda sonora y un ritmo bastante alto pese a tratarse del tipo de
serie que se trata.
Una de esas que todo el mundo
debería ver, es cortita y no dejará a nadie indiferente.
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