Leído He tardado un poco pero
no lo he dejado, la serie de post/resumen de la saga la Rueda del Tiempo sigue
su propio curso e intentará venir por aquí aunque sea una vez cada tres meses
(o esto se eternizará).
La novela que nos ocupa hoy es
ni más ni menos que Camino a Tear, quinta entrega en España y 3.1 en su inglés
original (ya conocéis la afición de la editorial a partir el libro en dos).
Y sin extenderme más, paso a
la reseña en sí.
Historia capítulo a capítulo:
Prólogo – Fortaleza de la Luz: La novela arranca como
lo hacen todas en su original en inglés: con un prólogo que nos cuenta lo que
está sucediendo en otra parte del mundo, en éste caso en el centro de poder de
los Hijos de la Luz.
Empezamos con Pedron Niall, un
hombre de avanzada edad y férreas convicciones que dirige a los Hijos de la
Luz. Le tenemos en tres escenas distintas, conversaciones con personajes de lo
más variopinto.
Primero recibiendo la noticia
de lo sucedido en Falme por parte de Jaret Byar, el hombre al que Bornhald
envió para comunicar su decisión al final de la novela anterior. Como no podía
ser de otro modo, ésta especie de fanático le da su visión de lo ocurrido: un
falso Dragón (del que le lleva un retrato) se ha alzado en Falme, lugar donde
las Aes Sedai se han revelado como Amigas Siniestras (las ha confundido con las
damane). Las noticias perturban sobremanera a Niall, que recapitula algunos de
los conflictos actuales en los distintos países del mundo (como la creciente
tensión entre Tear e Illian, la guerra en el llano de Almoth, la primera
convoctaria de la Cacería del Cuerno en cuatro siglos, la aparición de tres
Falsos Dragones (Rand, Mazrim Taim y Logain), el avistamiento de Aiel, etc…).
Durante la conversación también sale a relucir el nombre de Perrin, la obsesión
enfermiza de Byar.
Cuando el Hijo Byar abandona
la habitación pasamos al siguiente entrevistado de Niall: Jaichim Carridin, un
Interrogador que sabemos es Amigo Siniestro y con el que parece empezar
teniendo una especie de tensión política. Pero Niall enseguida se impone,
echándole en cara que no apoyara a Bornhald y dándole como misión el evitar la
muerte de Rand, del que sabe que las Aes Sedai apoyan y al que quiere usar como
amenaza a derrotar más adelante para unir bajo su mando al resto de países.
Niall es un estratega, y piensa que en el corto medio plazo llegará la Última
Batalla, y quiere a los Hijos de la Luz liderando la lucha contra el Oscuro.
Para terminar con Niall le
tenemos en una breve conversación con un tal Ordeth, alguien del que enseguida
deduciremos que se trata de Padan Fain. Parece que es ahora consejero de Niall,
al que habla de Rand, Perrin y Mat y le pone en la cabeza una futura actuación
contra Dos Ríos. Es interesante ver cómo éste último en aparecer con Niall se
muestra como alguien demente, al que el Capitán General parece usar por su
evidente inteligencia. E interesante es también el trato que le da Ordeth a
Niall: gran señor (en minúsculas) por si no teníamos suficientes pistas sobre
su alineamiento.
El prólogo termina con la
llegada de Carridin a sus aposentos. El interrogador se encuentra con un
Myrddraal en ellos, alguien que le recuerda su misión de acabar con Rand
al’Thor (que choca con la recibida de Niall) y le amenaza (como el otro) para
que cumpla con lo que debe hacer.
Un prólogo intenso que pone en
primer plano los planes de Pedron Niall, o el poder que pueden llegar a
ostentar los Hijos de la Luz. También está bien ver que no tienen toda la
información, desechando algunas de las cosas que realmente han sucedido por
creer que se trata de habladurías (que realmente sea el Dragón, que se viera a
Arthur Hawkwing o que los seanchan existan realmente).
Empezar con un personaje con
tanta personalidad y enfrentado a tres personalidades tan distintas una tras
otra y sin dejar de maquinar y urdir planes de futuro le da un empaque a Niall
que difícilmente se le podría haber dado de otra manera. Y luego el contraste
en la actitud de Carridin cuando está frente a su superior oficial y el real,
un Myrddraal que da mucho miedito y deja al personaje en cuestión en una
situación muy apurada.
Como siempre Jordan nos regala
un prólogo muy bueno que nos devuelve a su mundo, nos coloca en situación y nos
presenta un nuevo personaje importante. Genial.
Capítulo 1 – La Espera: Cada vez que empiezo un libro
de la Rueda del Tiempo se me ponen los pelos como escarpias al leer la famosa
entrada sobre el viento. Un viento que en ésta ocasión nos lleva hasta Perrin.
Desde su punto de vista
empezaremos a conocer lo que han estado haciendo desde la Batalla de Falme: un
grupo de hombre con el Dragón Renacido escondidos entre las montañas, con el
Estandarte del Dragón y recibiendo la visita de varias mujeres que traen
noticias a Moraine y con un invierno que empieza a caer sobre ellos.
Esperando a una de éstas
mujeres estaremos durante casi todo el capítulo, notando los cambios en la
actitud de Perrin, así como su negativa a ponerse en contacto con los lobos. El
joven está al cargo de un grupo de shienarianos, entre los que destacan Ino y
Masema (es curioso cómo éstos aceptan los dones de Perrin, tratándolos como
algo natural).
La conversación aparentemente
intrascendente acaba cuando una mujer del Pueblo Errante llega y pide que la
lleven ante Moraine.
Un capítulo con poca
información destacable, salvo el evidente hecho de la autorepulsión que siente
Perrin hacia su condición, así como hacia su necesidad de ir armado (cosa que
sale a colación en la conversación con la gitana). Toca ir montando el relato
poco a poco y ver en qué estado están nuestros protagonistas.
Capítulo 2 - Saidin: Seguimos con Perrin en el campamento,
en ésta ocasión charlando amigablemente con Min. Durante la charla se les unirá
Loial también, y discutirán sobre dos temas recurrentes en la saga: el don de
Min y el ser Ta’veren. Sobre lo primero conocemos más a fondo cómo funciona (la
joven ve halos sin control alguno, y a veces sabe qué significan; sólo los ve
siempre sobre Aes Sedai y Guardianes) y sobre lo segundo se nos da una
explicación algo más detallada sobre el Deus ex de la saga, por qué siempre les
pasan las cosas a los mismos (además de escapársele a Min que quiere a un
ta’veren).
Mientras los tres siguen
discutiendo amigablemente Rand sale enfadado de la tienda de Moraine y se
dirige hacia una zona apartada a pensar. La escena tiene cierto interés por que
vemos cómo le tratan los del campamento: como si fuera un rey de reyes, con una
deferencia importante y tratándole de lord.
Para acabar el capítulo hay
una conversación entre Perrin y Rand a solas; los dos amigos hablan sobre las
discusiones de Rand y Moraine, sobre la necesidad del primero de ir en auxilio
de aquellos que están muriendo en su nombre. Pero la conversación va derivando
hacia lo que siempre estará presente con Rand en éstos inicios de la saga: su
capacidad para encauzar y el que se volverá loco por ello.
Seguimos con un capítulo
introductorio, más de recordatorio de algunos conceptos importantes y de cómo
están las relaciones de los personajes (y dónde está cada uno, con Mat y las
otras chicas yendo a Tar Valon). Va bien que te refresquen algunas cosas, y si
es con protagonistas charlando mejor que mejor.
Lo mejor es la conversación
entre Rand y Perrin, cuando vemos que el Dragón Renacido sigue sin estar seguro
de lo que se espera de él, tiene dudas, e incluso da algún síntoma de que se le
va la cabeza (ya sea por la infección o por la tensión que soporta); una
tensión que explota con un encauzamiento involuntario en el que sabemos que no
encauza cuando quiere (así que es un espontáneo con un bloqueo del estilo del
de Nynaeve).
Buen capítulo, con algo más de
ritmo que el primero.
Capítulo 3 – Noticias procedentes del llano: Por tercer
capítulo consecutivo seguimos al bueno de Perrin, que vuelve al campamento para
ver las secuelas del terremoto causado por Rand (apenas unas contusiones y
algún árbol caído). Llama la atención el que vea a Rand escabullirse para no
tener que sentir las miradas del resto del grupo.
El resto es todo una escena al
lado del fuego mientras cae la noche, una puesta al día por parte de Moraine y
Lan de las noticias que traía la gitana, cosas que ya sabemos: el llano está en
guerra y los Capas Blancas lo pacifican. Lo curioso es que éstos no atacan a
los fieles a Rand (las órdenes de Pedron Niall del prólogo), algo que el grupo
no entiende. La otra noticia, más perturbadora, es la muerte de varios jóvenes
con una descripción similar a la de Rand; en todos los casos ha sido cuando
nada podía haberse acercado al objetivo sin ser visto (se habla de algo llamado
los Sin Alma).
El grupo está tenso, y se
dispone a dormir pensando que algo está a punto de suceder.
Además de contarnos alguna
cosilla de lo que está sucediendo en el resto del mundo, el capítulo sirve para
seguir recordándonos personajes (Moraine y Lan), incluso con nuevas
descripciones de los mismos. En general es un capítulo algo más lento que el
anterior, pero es cortito y tiene algo de humor (en la forma de Ino).
Capítulo 4 – Sueños de las sombras: Debe ser la primera vez
que tenemos en tantos capítulos seguidos a Perrin como protagonista, aunque en
ésta ocasión se trate de un capítulo corto y centrado en un sueño. Sueño que se
puede dividir en varias partes.
La primera transcurre en una
posada, donde todo parece ir cambiando cuando no se concentra en ello. Allí
recibirá una oferta de un hombre en las sombras, incluso le ofrecerán vino.
Pero Perrin la rechazará. De éste segmento llama la atención la lucha
luz/oscuridad insinuada, así como los detalles que nos dan una pista de quién
es el que está ante Perrin.
El segundo encuentro se
produce con una mujer, cuya descripción cuadra perfectamente con la de Lanfear.
Ésta le ofrece sueños de gloria si acepta su oferta (a sellar con la misma copa
de vino), cosa que Perrin rechaza de nuevo. Es curioso lo poco que le interesa
a éste personaje la gloria, sólo el seguir adelante y cumplir con las
obligaciones.
La tercera escena es la más
extraña, en ella verá como unos hombres se reúnen y discuten, hombres de los
que nos da descripciones que más adelante podremos ligar con la de algunos de
los Renegados. Por suerte para Perrin ve la reunión sin que éstos le vean a él.
La cuarta y última escena es
más profética: un salón de grandes columnas y techo enorme en el que flota una
espada que parece de cristal (Callandor), una promesa de poder a la que no
puede llegar.
El sueño termina cuando en el
salón (que reconoceréis como la fortaleza de Tear) aparece un lobo y le da un
aviso: se acercan los Degenerados de la Sombra. Perrin despierta y sigue oyendo
la advertencia del lobo en su cabeza.
A estas alturas de la saga los
sueños de los personajes ya han aparecido en varias ocasiones, sueños más
reales de lo que uno esperaría y en los que hay alguien intentando tentarles.
Pero ésta es la primera ocasión en la que se nos dan ciertos detalles
importantes para lo que más adelante descubriremos que está haciendo Perrin,
cosas como que la chimenea cambie a la que no la mire o el poder trasladarse de
un lugar a otro con apenas un pensamiento.
Y la advertencia del lobo oída
consecutivamente en el sueño y en el mundo real anticipa lo que Perrin se temía
desde que Min tuvo la visión con la gitana muerta: un ataque por parte de los
Engendros del Oscuro.
Los capítulos algo crípticos o
con elementos que no nos cuadran con la información que tenemos en ese momento
son ya una constante para la obra de Robert Jordan, es por ello que en una
relectura se ven tantos detalles anticipando acontecimientos futuros, detalles
que ayudan a dar cohesión a ésta gran obra.
Capítulo 5 – Pesadillas reales: Quinto capítulo consecutivo
con Perrin de protagonista, y de nuevo justo en el momento donde había acabado
el anterior: con Perrin despertando, saliendo de la tienda y viendo a trollocs
deslizarse alrededor del campamento. Cuando va a dar la alarma aparece Lan y la
de en su lugar.
El resto del capítulo hasta la
escena final se limita a ver cómo luchan contra los trollocs y Myrddraal, con
Lan, Moraine y Loial haciendo gran parte del trabajo, shienarianos (y la
gitana) muriendo y Perrin luchando por su cuenta.
La lucha del propio Perrin va
cambiando, empezando matando trollocs e incluso un Fado y acabando siendo
llamado por los lobos (y le llaman Joven Toro) para matar trollocs junto a
éstos. Mientras lucha con los lobos se siente uno más de ellos, se comunica con
ellos y ve lo que ven algunos de ellos, al menos hasta que vuelve en sí, cierra
la comunicación con los lobos y se promete no volver a establecer contacto por
miedo a no poder volver a ser humano si se deja llevar por su parte de lobo.
El final del capítulo nos deja
con una escena en la que Rand confiesa que ha sido incapaz de controlar el
Saidin para luchar en combate, sintiéndose un inútil. Además, el Dragón dice
que es capaz de detectar a los Engendros de la Sombra, aunque no sabía qué era
lo que notaba hasta que los ha visto. Justo cuando van a calmarlo Perrin y Min,
Lan y Moraine aparecen, curando a Perrin y dándose cuenta de que Rand está
cubierto de sangre: se le ha abierto la herida recibida en Falme. Moraine le
cura y cae inconsciente (no sin antes hablar con Rand sobre las Profecías del
Dragón, sobre las que el joven se ha estado informando).
Como curiosidad del capítulo
cabe destacar el elogio de Lan a Perrin por su forma de luchar, algo
dificilísimo de obtener. También vale la pena mencionar el incipiente fanatismo
de Masema, al que Ino debe parar para que se vaya de madre, lo bien que se
relacionan los lobos con Perrin o el nombre que les dan a los Myrddraal:
Nonacidos.
Durante éste capítulo
recibimos una dosis muy necesaria de acción para volver a ponernos las pilas y
darnos cuenta de que la amenaza es real (los Myrddraal parecen querer matar a
cualquiera de los tres ta’veren), además de ver que el poder de Moraine tiene límites
o cómo Perrin puede dejarse llevar por los lobos. Ah, y la especie de
autocompasión que Rand desarrolla consigo mismo en éstos primeros compases tras
revelarse como el Dragón Renacido se hace más patente.
Capítulo 6 – Se inicia la cacería: El capítulo empieza de
forma brusca, con Perrin siendo despertado por Lan y recibiendo la noticia de
la desaparición de Rand. Tras esto tenemos tres escenas separadas con distinto
nivel de interés.
La primera tiene como
protagonista un encuentro de Perrin con Masema mientras va hacia la tienda de
Moraine. Masema da signos inequívocos de estar ya un poco ido, alabando a Rand
como a un Dios y tomando la determinación de ir a dar la noticia de su
advenimiento, algo que tendrá consecuencias.
La segunda tiene lugar en la
tienda de Moraine, con Lan, Perrin, Loial, Min e Ino. Básicamente tenemos una
discusión entre el protagonista de éste inicio de libro y Moraine, con el
primero echándole en cara la desaparición de Rand. La Aes Sedai parece un poco
sorprendida (como todos) por la vehemencia de Perrin, y les comunica su temor
de que esté siendo perseguido por algún Renegado. Durante dicha conversación
sale a colación el hecho que casi todos los del campamento han tenido un sueño
similar al de la espada de Perrin; sueño que indica claramente a Callandor, una
espada de cristal que se encuentra en la mayor fortaleza del mundo y que debe
ser tomada por el Dragón para ir cumpliendo las Profecías de su llegada (una
toma que parece ser imposible y en la que se nombra al Pueblo del Dragón). Se
nombran también otros elementos de las profecías (como la hija de las nueve
lunas) que nos dan una idea de lo bien atado que está todo en la saga, ya que
hay cosas que no sucederán hasta que ésta esté muy avanzada.
Moraine acaba por convencer a
Perri y Loial de que vayan con ella y Lan en pos del desaparecido Rand (que ha
dejado una nota que menciona sus sueños y la posibilidad de estar acosado de
nuevo por Ba’alzemon), a Min a Tar Valon para dar parte a la Sede Amyrlin (sin
que nadie se entere, ya que el estar con el Dragón sería visto como traición
por las Aes Sedai) y a Ino y los shienarianos que se recuperen de las heridas e
esperen instrucciones.
Para finalizar hay una breve
conversación amistosa entre Min y Perrin, en la que éste descubre el amor de la
chica por Rand (que deberá compartirlo con más mujeres) y una serie de
profecías interesantes sobre el propio Perrin, todas acabarán cumpliéndose.
-
Un Aiel en una jaula
-
Un gitano con espada
-
Un halcón y un azor (hembras) sobre sus hombros.
-
Oscuridad a su alrededor.
-
La advertencia de huir de la mujer más hermosa
que haya visto nunca.
Si el capítulo anterior sirvió
para darle acción al libro, la discusión entre Perrin y Moraine nos da pie a
poner a todos en movimiento de nuevo, además de a conocer algunos detalles
sobre las Profecías del Dragón (un eje central en lo que sucederá en la saga).
Por si fuera poco, la
discusión nos muestra lo que ha avanzado Perrin como personaje, capaz de
plantar cara a una Aes Sedai sin siquiera ser consciente de que lo está
haciendo, llegando a culparla de la huida de su amigo.
Y ese final entre Perrin y Min
le da cierta ternura y descompresión a la tensión acumulada hasta el momento,
además de ser una hoja de ruta de varias de las cosas que le pasarán al joven
herrero.
Por último llama la atención
de nuevo el hablar de sueños (que Rand sea capaz de proyectarlos a su
alrededor, la peligrosidad de los mismos o el que Moraine ponga salvaguardas en
los suyos), más miguitas de pan para que veamos la importancia que tienen los
mismos dentro del mundo de la Rueda del Tiempo.
Capítulo 7 – La salida de las montañas: Éste séptimo
capítulo nos propone un capítulo más cortito, en el que básicamente vemos a los
perseguidores de Lan pasando días hasta bajar de las montañas y luego llegar a
un pueblo llamado Jarra, cerca de Amadicia.
Durante el viaje la vieja
costumbre de hacer lo que Moraine dice se va instalando en Perrin, que intenta
resistirse pero se le hace difícil no ceder a la manipulación de la Aes Sedai.
Llama la atención que el paisaje se va volviendo más primaveral, lo que nos da
una idea del tiempo pasado desde el libro anterior, que los lobos siempre están
a cierta distancia del grupo, como protegiendo a Perrin o los comentarios
acerca de una hermana Verde llamada Myrelle a la que Lan deberá llevarle algo a
la muerte de Moraine (su vínculo, algo comentado en libros anteriores) y con lo
que Lan no está de acuerdo.
Para acabar comentar una
escena en la que Moraine pesca con las manos, me he hecho especial gracia ver
la gracia casi infantil que muestra al coger la primera. Es intrascendente,
pero entre ello y la charla Perrin/Loial al respecto me ha hecho mucha gracia.
Capítulo relajado y de vuelta
a empezar con los viajes, aunque parece que ahora serán más cortos.
Capítulo 8 – Jarra: Seguimos justo donde lo dejamos en el
capítulo anterior, con el grupo entrando en el pequeño pueblo de Jarra y
dirigiéndose a la posada. Allí se enteran de que durante dos días ha habido una
epidemia de bodas, y que hace nada un grupo de viente Capas Blancas desertó y
se fue cada uno por su lado. Éstos elementos le dan a Moraine información
suficiente como para saber que Rand ha pasado por el pueblo, y es que su
naturaleza de Ta’veren (el más poderoso del que se tenga constancia) le hace
plegar el Entramado a su alrededor y hace que ocurran casualidades extrañas.
Perrin pregunta por Rand (algo
que Moraine le echará en cara) a un tal Simeon, y éste le dice que estuvo en el
pueblo y partió justo el día anterior, de noche, tras despertarse de unas
pesadillas. Éste tal Simeon también le dice que Rand hablaba sólo y reía como
un demente.
Simeon también hace que Perrin
tenga una escena perturbadora, pidiéndole a Moraine que mire si puede curar a
su hermano. Resulta que su hermano (Noam) está encerrado, tiene los ojos
amarillos y se comporta totalmente como un lobo. Tras examinarlo, Moraine
declara que se ha perdido totalmente al hombre que pudiera haber en su interior,
y Perrin le percibe como si fuera un lobo más. Para finalizar el capítulo el
joven e Dos Ríos libera a Noam con la bendición de su hermano, para que sea al
menos libre como lobo.
Lo que parece un capítulo
intrascendente de persecución y constatación de que no son los únicos tras la
pista de Rand, acaba siendo tanto un ejemplo perfecto de lo que la presencia de
un Ta’veren puede hacer a su alrededor como de un posible futuro para lo que le
está sucediendo a Perrin (algo a lo que dará vueltas durante mucho tiempo). En
agradecimiento Simeon le cuenta que los Capas Blancas buscaban a un Amigo
Siniestro con los ojos dorados llamado Perrin Aybara.
Por lo demás, un par de
curiosidades más, como el que nunca hubieran visto a un Ogier (Loial se
indigna) o el que Perrin ya de por hechas cosas como su olfato lobuno.
Me gusta cuando un capítulo da
un giro hacia una dirección inesperada y te da ejemplos muy gráficos de
conceptos que hasta el momento se habían tratado de forma teórica.
Capítulo 9 – Sueños de Lobos: Como no podía ser de otro
modo, la impresión que se lleva Perrin al ver el estado de Noam le empuja a
pedir información sobre lo que le sucede a Moraine. Ésta admite desconocer casi
todo de lo que es, pero que existe desde la era de la Leyenda y sólo algunos
(no sabe cuántos) de los que son como él acaban como Noam. Le advierte que
parte de lo que hace a los lobos como son es su conexión con el Mundo Onírico
(primera mención directa al mismo), algo que les permite comunicarse y que sólo
las Soñadoras (de las que no dice nada) poseían.
La siguiente escena nos deja a
Perrin durmiéndose y recibiendo un aviso de Saltador (el lobo que murió), un
peligro parece perseguirle, por lo que echa a correr huyendo de una especie de
sombra. Durante la huida se encuentra con alguien (una persona normal que ha
tocado el Mundo de los Sueños de forma fortuita), persona que es alcanzada por
la sombra y reventada sin compasión salpicando a Perrin de sangre. En su huida
se encuentra con una mujer (Lanfear, aunque no lo digan) que se sorprende al
verle. Cuando ésta parece que va a hacer algo contra él, Perrin es llevado al
mundo de la vigilia (despierta) por parte de Saltador, despertando en su cama
empapado por la sangre del hombre de su sueño. Asustado a más no poder
intentará no dormir profundamente nunca más.
Para finalizar veremos por
primera vez en la novela un trozo del capítulo protagonizado por alguien que no
es Perrin: Rand sigue en su viaje hacia Tear, perseguido por perros negros
enviados por el Oscuro (Sabuesos del Oscuro) a los que parece que se ha ido
enfrentando por el camino (le vemos usar una barra de luz ¿Fuego Compacto?
contra ellos). El joven parece ansioso por llegar a Tear y enfrentarse a lo que
parece su destino, pensando que algo terminará allí. Se nos sigue describiendo
lo que supone para él Encauzar, y da la sensación que poco a poco empieza a
hacerlo cuando quiere.
Es un capítulo que nos muestra
cosas nuevas que tendrán importancia en la saga: el Mundo Onírico (del que
vamos viendo más “normas”) y a Rand usando cosas que no debería saber.
Personalmente el tramo de Perrin me gusta más, ya que se ven cosillas que
comprenderemos más adelante (la sorpresa de Lanfear o lo que le sucede al
hombre) y que le dan aún más coherencia a la saga.
Como curiosidad sobre Moraine,
ésta habla de dos amigas (las hermanas que conocimos hace poco?) y admite no
saber demasiado sobre algo.
Estamos ante un capítulo más
corto, muy rápido de leer y que transmite cierta urgencia por parte de los dos
personajes protagonistas, añadiendo a Perrin el miedo a convertirse en lobo y
en Rand la ansiedad por seguir adelante y acabar con todo.
Capítulo 10 - Secretos: La primera sorpresa que un se lleva al
empezar el capítulo es que se deje a un lado a Rand con apenas un par de
páginas en el capítulo anterior y se pase al grupo compuesto por Egwene,
Elayne, Nynaeve, Verin, Hurin y Mat. Todo desde el punto de vista de Egwene
(obsesionada con no ser capturada nunca más) y a la vista de Tar Valon y el
Monte del Dragón.
El grupo ha pasado el invierno
viajando, llevando consigo a un Mat que cada vez estaba peor (a punto de morir
en éstos momentos) y un arcón con el Cuerno de Valere entre otras cosas. Los
pensamientos de Egwene están para con sus curiosos sueños (hay quien cree que
es una Soñadora), centrados en los seanchan, Rand y Galad.
Estamos en una conversación
animada entre las tres chicas, con piques por Lan, hablando de Perrin, Rand,
etc… hasta que tanto Nynaeve como Hurin preveen problemas (la primera siente
una tormenta, el segundo debe “oler” algo). Éste tramo del capítulo nos
recuerda quienes son los personajes del grupo y parte de sus personalidades,
así como la misión que tenían y el miedo a que las Neutralicen por su
participación en la batalla de Falme.
En medio de la discusión
aparece un grupo de Capas Blancas (unos veinte) que quiere llevarlas al
campamento e interrogarlas, la conversación entre el oficial y Verin va
subiendo de tono, hasta que la tensión puede con Egwene y hace explotar el
suelo a los pies del oficial, tirándolo al suelo. Antes de que el resto pueda
reaccionar las otras dos chicas ayudan a Egwene, lanzando al suelo a los demás
y haciéndolos huir despavoridos, dejando sólo al oficial con el grupo.
El oficial se desvela como
Dain Bornhald (perfectamente deducible con las pistas que se nos dan antes de
que se revele el nombre), el hijo del Capitán que luchó y murió en Falme. El
joven oficial acaba ofuscado con el grupo, jurando que se acordarán de él (por
culpa en parte de la boca de Egwene, a la que se le escapa de dónde vienen).
Para finalizar tenemos una
críptica advertencia de Verin sobre el peligro de Tar Valon, justo después de
reñir a las chicas por haber usado el Poder Único y advertirles que deben
comportarse como si ya fueran Aes Sedai.
Como siempre con los capítulos
que nos devuelven a personajes que hace tiempo que no vemos Jordan se toma su
tiempo para que nos familiaricemos con ellos, nos presenta su problema actual y
de pasada nos da pinceladas de lo que han pasado desde la última vez que los
vimos. Por lo demás poco que destacar salvo el tema del Sueño de Egwene y su
obsesión por no ser capturada.
Para terminar el resumen queda
decir que se dice de pasada en un par de frases, pero se insinúa un cambio de
política por parte de Morgase (reina de Andor y madre de Elayne) respecto a las
Aes Sedai, cambio que veremos en el futuro.
Capítulo 11 – Tar Valon: En ésta capítulo tenemos
básicamente la llegada del grupo a la Torre Blanca. Lo primero que llama la
atención es lo amplia que es la descripción de la ciudad y de sus gentes (con
mención especial a la gran cantidad de soldados), una descripción que se prolonga
durante varias páginas.
Luego tenemos básicamente un
par de escenas más, la primera (la más corta) una conversación con un guardia
de la ciudad que confirma que los Capas Blancas están causando problemas en los
pueblos de los alrededores y que las noticias de lo sucedido en Falme han
llegado a la ciudad. Es tras ésta conversación que Hurin se despide del grupo,
diciendo que debe ir a informar al rey de Shienar de lo sucedido (la
proclamación del Dragón). Por último una primera advertencia de Verin a las
chicas para que estén calladas.
La segunda escena tiene lugar
a la entrada de la Torre, allí les reciben Sheriam y tres Aceptadas (Faolin,
Theodrin y otra) junto a dos hombres que se llevan la camilla de Mat; acto
seguido Verin se va a hablar con la Sede Amyrlin y las chicas se quedan a solas
con Sheriam y las tres Aceptadas. Lo primero es un rapapolvo por haber
abandonado la ciudad sin permiso con el potencial que tienen las tres (algo que
nunca esperaba ver la Maestra de Novicias), rapapolvo que empieza a cabrear a
la susceptible Nynaeve (con tirones de trenza incluídos) y lo segundo es
dejarlas a cargo de las Aceptadas hasta que la Sede Amyrlin las haga llamar. Faolin
pica sin parar a Nynaeve, que está a punto de estallar, pero por suerte
Theodrin se la lleva antes de que la cosa pase a mayores.
Y así dejamos a las chicas, a
la espera de ser llamadas y se decida el castigo por haber abandonado la Torre
Blanca (un castigo que según Faolin bien podría ser la Neutralización).
Está bien ver lo rápido que se
adaptan las chicas a la disciplina de la Torre, aunque les cueste a unas más
que a otras, con unos códigos de conducta férreos que no están acostumbradas a
seguir, y menos tras tanto tiempo de viaje, aprendiendo por ellas mismas.
Capítulo 12 – La Sede Amyrlin: Sorprendente es que pasemos a
un capítulo protagonizado por la Sede Amyrlin, Siuan Sanche, en su propio
estudio (lujoso por el legado de las anteriores Amyrlin pero austero por el
mobiliario propio). Sabremos cosas sobre el origen de ésta mujer: nacida en
familia humilde de pescadores en Tear lleva 10 años como Amyrlin y 20 tramando
los planes sobre el Dragón. A su lado veremos a Leane (mujer alta, de piel
cobriza), su Guardiana de las Crónicas y conocida desde los tiempos de novicia,
que sin embargo se comporta de forma ceremoniosa en todo momento con ella.
Al salir de su cabeza
asistiremos a una conversación a solas (y con salvaguardas) con Verin, la otra
junto a Moraine que sabe que han dejado al Dragón solo en el mundo. Hablan
sobre que Rand es el auténtico, como confirma el hecho que los dos que estaban
sueltos hayan dejado de dar problemas (Mazrim Taim capturado y uno sin nombre
ejecutado) como si el Entramado no quisiera a otros Dragones ahora que el
verdadero se ha dado a conocer. Luego hablan sobre el Cuerno de Valere,
vinculado a Mat hasta que éste muera, y se plantean dejarlo morir para
vincularlo a un Guardián (no se decide nada al respecto). Para finalizar Verin
le habla de los seanchan (a los que Siuan quita importancia) y sobre el
ejemplar castigo que deberían recibir las tres amigas recién llegadas a la
Torre.
Un capítulo cortito con un
personaje del que no sabíamos casi nada y que muestra parte de lo que es estar
en la cúspide del poder de las Aes Sedai, un puesto que Siuan perdería de
saberse lo que han hecho con Rand, llegando incluso a Neutralizarla. Es
agradable ver cómo estando a solas sale la personalidad de pescadora de la
mujer, con metáforas constantes aludiendo a su pasado.
Está bien que se introduzcan
capítulos con nuevos puntos de vista, ayudan mucho a ampliar la visión del
mundo, ya que los personajes habituales tienen un conocimiento bastante
limitado del mismo, y ese es el que se nos transmite a nosotros (algo que hace
que el aprendizaje sobre el mundo de la Rueda del Tiempo sea gradual y
equiparable al que tienen sus protagonistas).
Capítulo 13 – Castigos: Las chicas ya están en las
habitaciones que ocupaban antes de irse de la Torre (de las que tenemos una
amplia descripción), encerradas y vigiladas hasta nuevo avisto. Por suerte para
ellas sigue habiendo un agujero entre las paredes de Egwene y Elayne, lo que
les permite hablar sobre el miedo a la Neutralización y la posibilidad de huir
luchando si eso llega a pasar. Es curioso que se muestren un poco sorprendidas
por no ser recibidas como heroínas, ya que han traído el Cuerno de Valere y la
confiramción de la existencia del Ajah Negro.
Al fin las van a buscar (con
Faolain a la cabeza) por orden de la Amyrlin, uniéndose a Nynaeve y recibiendo
el odio evidente de la Aceptada a su cargo.
Ya en el estudio de la Amyrlin
viene la verdadera chicha del capítulo: la entrevista con Siuan Sanche (que
sigue con sus metáforas marineras). En ella descubrirán que Liandrin huyó con
otras diez hermanas del Ajah Negro, matando a tres Hermanas y dos Guardianes y
robando algunos ter’angreal. En éste punto se hace un inciso para explicar la
diferencia entre los tres tipos de objetos creados con el Poder.
-
Angreal: objeto que sirve para encauzar más de
lo que normalmente se podría.
-
Sa’angreal: misma función que el angreal pero
infinitamente más poderosos y escasos (un ejemplo conocido sería Callandor).
-
Ter’angreal: objetos creados con el poder y que
no tienen por qué necesitarlo para funcionar, los hay de infinidad de formas y
utilidades, además de que muchos de ellos no se sabe para qué sirven (un
ejemplo es la Vara Juratoria, que obliga a cumplir los juramentos hechos con
ella en las manos).
Tras ésta información tan
interesante pasamos al castigo por dejarse engañar e irse de la Torre (mucho
menor que el que impondría la Antecámara –Neutralización- si supiera con quién
se fueron). De entrada unos azotes públicos, seguidos de una estancia
indefinida en las cocinas y terminando por una promoción a Asentadas
(obligatoria debido a la inmensa cantidad de Poder que pueden manejar ya, la
mayor vista en los últimos mil años).
Antes de despachar a Elayne
para quedarse a solas con las dos chicas de Dos Ríos, le comenta que Morgase
sabe de su desaparición, lo que ha causado que por primera vez en siglos no
haya una consejera Aes Sedai en Andor (Elaida se ha quedado en la Torre).
Hay unos pocos detallitos más
en el capítulo que creo vale la pena mencionar, como el que Leane lleve una
estola Azul (marcando el Ajah al que pertenecía), que Elayne repudia a Gawyn
como hermano, el vocabulario marinero de Siuan o lo rápido que ésta domina a
las tres chicas.
Es un capítulo en el que no
hay acción pero que sabe mantenerte enganchado y en tensión a lo largo de todas
sus páginas, algo que su autor sabe hacer muy bien cuando hay en un diálogo
alguien con tanto poder y personalidad como la Sede Amyrlin. Un gusto que
muestra lo diferentes que pueden ser los capítulos en función del personaje que
los protagonice y lo basto y variado que es el mundo de la Rueda.
Capítulo 14 – La mordedura de las espinas: Y seguimos
exactamente donde lo habíamos dejado, con la Sede Amyrlin hablándoles con
franqueza. Resulta que ha propagado el rumor de que ha habido un robo por parte
de Amigos Siniestros, y no sabe en quién confiar para ir a por el Ajah Negro
(nombra a Sheriam, Leane, Verin y Moraine, vaya ojo tiene…) llegando a la
conclusión que las únicas de las que tiene certeza de su lealtad son ellas (a
Elayne la excluye por su madre) así que les propone ayudarla a perseguir al
Ajah Negro (son más poderosas las chicas, aunque no sepan tanto). Y tras una
leve vacilación ambas aceptan.
Antes de partir del despacho
Egwene pregunta por Mat, a lo que Siuan las despacha con rapidez, no sin antes
darles un documento en el que dice que actúan en su nombre (a usar en casos
extremos).
Es de destacar el nerviosismo
de la Amyrlin y la franqueza con la que habla a las dos chicas, así como las
reacciones de ambas (Nynaeve siempre temperamental) o la confesión de que
quería hacerlas Hermanas (por poder podrían perfectamente). Se ve a una mujer
entre la espada y la pared dispuesta a usar lo que tenga a mano, aunque no sea
su herramienta favorita.
Un capítulo corto pero intenso.
Capítulo 15 – El Hombre Gris: Éste es un capítulo cuanto menos
peculiar, ya que sólo tienen lugar un par de cosas en una escena continuada. De
entrada seguimos justo al final del capítulo anterior, con Egwene y Nynaeve
discutiendo qué hacer al respecto del Ajah Negro cuando una saeta se clava
justo delante de ellas, que la esquivan por pura casualidad.
Tras el ataque ven a alguien
huir, y Nynaeve le detiene con aire (un uso nuevo del Poder para ella) pero al
llegar a él se dan cuenta de que está muerto y de que no lleva la ballesta (con
lo que debe haber otro posible asesino).
Cuando están pensando qué van
a hacer la cosa se pone más rara, llegando Sheriam al lugar y encontrándoselas
con el muerto. Resulta que es un Hombre Gris, un sin Alma, hombres que han
vendido su alma para ser asesinos del Oscuro, seres muy difíciles de detectar
incluso mirándolos de frente, de los que no se veía ninguno de Tar Valon desde
la Guerra de los Trollocs. Sheriam se muestra comprensiva (le dicen que lo han
encontrado así) y les pide que no digan nada, que informará ella a la Amyrlin.
Es una escena extraña porque Sheriam llega a un sitio al que no va normalmente,
no las delata, no pregunta casi nada y ni tan sólo hace mención a la puñalada
que tiene el Hombre Gris (hecha por un compinche sin duda). Éste último dato no
se le escapa a Nynaeve, que sospecha durante un momento de Sheriam.
Quitando lo poco que recordaba
del capítulo y lo importante que es para conocer más a un personaje importante
como Sheriam, demuestra que las chicas están aprendiendo a marchas forzadas a
usar el Poder, siendo Nynaeve la más hábil de las dos. Un aprendizaje del que
nos dejan caer algo: el Poder se teje con cinco Poderes distintos, Aire, Fuego,
Agua, Energía y Tierra).
Me ha sorprendido mucho lo que
sucede, dándote una sensación de indefensión para con Nynaeve y Egwene muy
potente y presentando una criatura del Oscuro muy temible (con el que se pueden
hacer asesinatos de golpe en cualquier momento y sin previo aviso).
Capítulo 16 – El trío: Otro capítulo algo corto, y sucede
todo en la habitación de Nynaeve (más grande, ya que es Aceptada) en dos
escenas.
Durante la primera vemos cómo
están en la habitación Galad, Gawyn y Elayne (ésta última ya ha recibido unos
azotes) discutiendo sobre dónde estaba la heredera de Andor y qué estaba
haciendo. La conversación se vuelve más interesante cuando entran en ella Egwene
(embelesada por Galad) y Nynaeve. Se ve claramente que la antigua Zahorí lleva
la voz cantante, y les acaba echando tras ver que se preocupaban por su
hermana, que tienen órdenes de su madre y aceptar su ofrecimiento de ayuda. Es
curioso que los dos hermanos estén prendados de Ewgene, o que sean lo
suficientemente inteligentes como para saber que hay Ajah Negro en Tar Valon y
que éste asesinó a Aes Sedai, y también lo es el odio que le tiene Elayne a
Galad (por ser tan correcto que es capaz de hacerse daño a él o a otros por
cumplir con su deber).
Luego las chicas quedan a
solas, poniendo al día a Elayne (Nynaeve sigue con la voz cantante) y
añadiéndola a su grupo de caza para el Ajah Negro. Una conversación menos
fluida y que termina cuando las chicas deciden ir a Curar a Mat (están
convencidas de que le dejarán morir) cuando una Aes Sedai entra en la
habitación.
En general es un capítulo que
aporta más bien poco excepto ver a los hermanos de Elayne y su amor por Egwene,
de esos de reunir información e intentar hacer planes a futuro.
Capítulo 17 – La Hermana Roja: La Aes Sedai que entra en la
habitación no es otra que Elaida (ex consejera de Morgase, del Ajah Rojo,
vestida de Rojo y con el chal (algo poco usual), atractiva, severa y de
apariencia madura). Enseguida se explaya con Elayne sobre el enfado de Morgase,
y le advierte de que debe comportarse para conseguir ser la primera reina Aes
Sedai en mil años. La Roja también les pregunta por lo que han hecho durante
éste tiempo con el pretexto de proteger a Elayne (en la que tiene puestas
realmente muchas esperanzas), diciéndoles que sabe lo del Ajah Negro. Las
chicas se salen por la tangente al respecto, diciendo que la Amyrlin les ha
prohibido hablar del tema.
Acto seguido les pregunta por
Rand, por el que siente interés desde que lo viera en el palacio de Caemlyn y
del que está segura que es ta’veren. Pero antes de que puedan contestar aparece
Sheriam, a lo que Elaida recoge y se va.
La conversación con Sheriam es
más corta, en ella Nynaeve le pregunta por el Sin Alma, recibiendo por
respuesta que no es de su incumbencia y que ya se encarga ella de la
investigación, además de recordarles que no deben hablar con nadie de esto
salvo con ella y la Amyrlin. Cuando las tiene en su sitio les pide que la acompañen:
van a Curar Mat.
De éste capítulo me quedo con
un par de cosillas, de entrada el genio de Nynaeve, una mujer con mucho más
carácter que las otras dos (está acostumbrada a que se haga lo que ella dice) y
que de nuevo lleva la voz cantante en las conversaciones con las Aes Sedai,
teniendo que morderse la lengua y canalizando su rabia mediante constantes y
fuertes tirones de trenza. La otra es la conversación con Elaida, una mujer que
se nota ha puesto todas sus esperanzas y trabajo en que Elayne sea una reina
Aes Sedai y no puede soportar ver el trabajo de su vida roto; además de mostrar
un ¿inusual? Interés por Rand; aunque es cierto que tiene cierto Talento por la
profecía y es probable que haya visto algo sobre él, además de tener la certeza
de que es ta’veren.
Capítulo 18 – La curación: Como su propio nombre indica éste
capítulo se dedica en exclusiva a la curación de Mat, una curación que tiene
lugar bajo tierra y a un Mat que está demacrado y parece que vaya a morir con
cada respiración.
Lo primero que llama la
atención es que haya diez Aes Sedai para realizar el trabajo, entre ellas
Verin, Sheriam, Siuan, Leane, Anaiya, Alanna y Serafelle. Evidentemente de las
más poderosas que hay en la Torre. Por si fuera poco van a usar el más poderoso
sa’angreal del que disponen: una vara blanca que parece hecha de marfil.
Luego tenemos el ver cómo
todas encauzan a través de la Amyrlin, que absorbe su poder a través de la vara
(algo que entenderemos mejor más adelante, cuando sepamos cómo funciona el coligarse).
Entre todas mueven un nivel de poder tal que atrae a las chicas que lo están
mirando como la luz a las polillas.
Durante la curación (que acaba
con éxito al separar a Mat de la Daga y poner ésta en un cofre preparado a tal
efecto) Mat grita varias palabras en la Antigua Lengua, entre ellas gritos de
guerra de Manetheren, órdenes a soldados (de una batalla con más de dos mil
años) y la orden a las Aes Sedai para que le dejen libre.
Conretamente dice lo
siguiente:
-
“Muad’drin tia dar allende caba’drin rhaidiem!
Los Valdar Cuebiyair! Los! Carai an Caldazar! Al Caldazar!”
-
“Mia
ayende! Aes Sedai! Caballein misain ye! Inde muaghde Aes Sedai! Misain ye! Mia
ayebde!”
Al acabar de encauzar Mat cae
rendido pero vivo sobre la piedra en la que le tenían y Siuan envía a las
chicas a atender sus deberes en las cocinas.
Estamos ante otro capítulo
cortito y que va a lo que va, pero hay algunas cosas interesantes que vale la
pena destacar. La más evidente es que Mat también tiene alguna clase de
“poder”, aunque de momento sea hablar en la Antigua Lengua cuando no se da
cuenta. Luego tenemos el comentario de pasada de Nynaeve, que se ve capaz de
encauzar la mitad ella sola de lo que encauzan diez poderosas Aes Sedai usando
un sa’angreal (lo que nos da una idea del tremendo poder que tiene).
Me gusta que se haya dado un
capítulo entero para la curación de Mat, está bien desarrollado y se hace
interesante e incluso algo misterioso (porque aún no tenemos la información
necesaria para entender lo que hacen las Aes Sedai).
Capítulo 19 – El despertar: Ya iba tocando volver a tener a
Mat en todo su esplendor como protagonista de un capítulo. Un personaje que
hasta el momento ha estado marcado por la maldición que suponía la daga y que
desde éste capítulo empezará a ser él mismo.
El capítulo se inicia cuando
el protagonista despierta tras la Curación: consciente, débil y con recuerdos
borrosos de todo lo que le ha sucedido (incluso se le cuela algún recuerdo que
no es suyo, como el haber dirigido a las fuerzas de Manetheren contra la
invasión trolloc).
Poco a poco irá centrándose,
recordando elementos de su más reciente viaje (la Daga, Rand, las chicas) así
como a deducir dónde está y a hacer planes al respecto (hacer algo de dinero
jugando, visitar la ciudad, pero sobretodo mantenerse alejado de las Aes
Sedai).
Por último recordará el Cuerno
de Valere, esperando fervientemente ser el único que recuerda que lo tocó en
Falme. Y antes de que pueda vestirse o hacer más planes la puerta de su
habitación se abre.
Es un capítulo que está bien
por recuperar a uno de los personajes más queridos por los fans: Mat vuelve a
ser el de siempre, y su proceso mental mientras se va dando cuenta de la
situación y hace planes, desdeñando lo que no le gusta es, hasta cierto punto,
hasta gracioso. Buen capítulo que espero tenga continuidad en los siguientes,
rehaciendo la imagen del personaje y empezando a verse que a él también le pasa
algo extraño (como el Encauzamiento de Rand o el hablar con los lobos de
Perrin).
Capítulo 20 - Visitas: Como su propio nombre indica ésta
capítulo girará en torno a las visitras que recibirá Mat en la sala donde se
recupera.
La primera será Lanfear (se
hace llamar Selene). La Renegada le
habla de gloria (dice que Mat es el único que responderá a la gloria) y le
propone trabar para ella y no fiarse de las Aes Sedai, contándole cosas que éstas
no quieren que sepa (que Rand ha huido de Moraine, que el Ajah Negro está en la
Torre y que tanto su padre como el de Rand han ido a la Torre Blanca a
preguntar por ellos). Son informaciones que no hay forma que sepa a no ser que
sea alguien que trabaje para el Oscuro, y durante la conversación tiene un
actitud melosa hacia Mat, y desdeñosa hacia el resto (Aes Sedai, Amigos
Siniestros, Ba’alzemon).
Antes de que llegue la
siguiente visita Mat hace inventario de sus posesiones, prestando especial
atención al dinero y a los dados, con los que cree poder multiplicar sus
monedas.
La segunda visita y última
visita viene por parte de la Amyrlin y su Guardiana, que ven a Mat recogiendo
los bártulos y le instan a echarse, diciéndole que estará unos cuantos días de
baja y que deberá comer la comida de cinco hombres o morir de inanición.
Durante la conversación Mat presiona un poco a la Amyrlin, mostrándose
descarado y confirmando la visita de su padre (aunque no la de Tam); es curioso
ver la elección de palabras de Siuan, todas cuidadosas para no decir nada
definitivo.
Antes de irse la Amyrlin
despide a su Guardiana y conversa a solas con Mat, que tras cerrarse en banda
acaba por ceder y recibir la advertencia de no hablar con nadie ni sobre Rand
ni sobre el Cuerno, además de decir que ahora es un objetivo del Oscuro, ya que
mientras siga vivo es el único que puede hacer funcionar el artefaco.
Al quedarse sólo Mat, al
sentirse acorralado empieza a pensar en un plan de fuga.
Lo curioso del capítulo es ver
cómo dos personajes tan dispares como Lanfear y Siuan intentan manipular a un
hombre que como más ve que le usan más se escabulle, un hombre que va sacando
la personalidad y la inconsciencia a medida que pasan las páginas.
Un buen capítulo, con
advertencias de los dos lados y Mat viendo que no le será fácil hacer que su
vida vuelva a ser suya.
Capítulo 21 – Un mundo de sueños: Dejamos a Mat
prematuramente para volver con una Egwene que también va ocupando su lugar. La
pillamos mientras va hacia la habitación de Verin Sedai (por mandato de ésta)
recordando lo que ha llegado a limpiar en las cocinas.
Antes de la conversación con
la Marrón se nos hacen dos descripciones interesantes para definir mejor el
carácter de las Aes Sedai del Marrón. La primera es de la zona del Ajah Marrón,
situada encima de la biblioteca, sin apenas luz y con una atmósfera muy polvorienta.
La segunda es el aposento de Verin, un lugar abarrotado de mapas, libros,
calaveras, tarros, mapas de las constelaciones…
La conversación empieza con la
entrega de Verin a Egwene de un listado con las Aes Sedai huidas y los
Ter’angreal que se llevaron, sigue con una mención a un texto que vincula a
Ba’alzemon e Ishamael y acaba con lo que le da profundidad al capítulo: la
sospecha de que Egwene es una Soñadora (la primera en cuatro siglos), algo que
hasta el momento no teníamos ni idea de lo que era pero que se nos describe
como la capacidad de entrar en el Ter’aran’rhiod o Mundo de los Sueños, el
único lugar junto al Oscuro y al Creador que existe en todos los mundos (ya
sean paralelos o completamente distintos). Para entender cómo interactúa dicho
mundo con el nuestro aún falta bastante, pero la explicación que da Verin viene
muy bien para empezar a entender la importancia que puede llegar a tener si se
le da más espacio en la saga.
Para finalizar la misma Verin
hace entrega de un ter’angreal vinculado con el Mundo de los Sueños y que fue
propiedad de la última Soñadora. Es curioso visto con retrospectiva el que
Verin tuviera las notas de dicha Soñadora y no se las entregara a Egwene, así
que sabía lo que pasaría a continuación.
Si no fuera por la explicación
de los mundos paralelos y el tema de la Soñadora estaríamos ante un capítulo
sosillo, pero con éstos dos elementos nos queda una introducción a algo mucho
mayor que será parte integral de la Rueda del Tiempo, tanto como el Poder
Único.
Capítulo 22 – El precio del anillo: Tenemos el capítulo más
largo de lo que va de libro entre manos, un capítulo que te atrapa de principio
a fin y que empieza con Egwene saliendo del estudio de Verin y siendo
interceptada por una Sheriam que la busca para pasar la prueba de Aceptada, una
prueba que Elayne ya ha pasado.
Al llegar al lugar y recibir
la descripción que vimos cuando pasó la prueba Nynaeve, vemos que en ella están
también Elaida y Alanna. La primera trata de miserable a Egwene y quiere
echarla de la Torre, mientras que la segunda nota algo rato (una vibración
provocada sin duda por el ter’angreal del sueño que lleva Egwene por causa de
Verin) en el ter’angreal que sirve para pasar la prueba, pero descarta sus
sospechas. Tras el ritual habitual Egwene pasa el arco.
Aparece en Dos Ríos, casada
con Rand y con una niña llamada Joiya, lleva una vida plena y será la futura
Zahorí. Por desgracia Rand tiene migrañas que preceden a fenómenos extraños, y
ella tiene un don parar curar que ni Nynaeve se explica; está en un mundo donde
llegan noticias de guerra contra los seanchan y donde se paga dinero por la
cabeza de una Aes Sedai. Cuando empieza a sentirse cómoda a Rand le da un
ataque fuertísimo de migraña (el Poder sin salida), un ataque en el que le
abandona y cruza de vuelta al presentarse la oportunidad. Una vez al otro lado
Sheriam le dice que lo que ve pueden ser mundos posibles, y que lo que sucede
allí puede tener consecuencias reales.
Al cruzar por segunda vez
aparece en un palacio de Caemlyn totalmente derruido, con gente muerta y
muriendo y las fuerzas del Oscuro entrando en tropel. Ella es Aes Sedai, que
huye para no caer en manos de los Myrddraal hasta que llega de nuevo a Rand. Es
un hombre atrapado por una viga, un hombre que le confiesa que no se atreve a
encauzar para no caer bajo la locura que mantiene a raya. Un hombre que le dice
que le mate para que la Sombra no pueda pasarle a su bando. De nuevo Egwene
niega el auxilio a Rand cuando el arco aparece. Ya en el mundo normal pregunta
por la posibilidad de ser pasado a la Sombra contra su voluntad, y Sheriam le
dice que es un secreto, un procedimiento para el que hacen falta trece
encauzadores (el número de Hermanas Negras que han huido de la Torre) y trece
Myrddraal, un procedimiento que sólo funciona con quienes encauzan pero que no
se ha hecho en cientos de años. Antes de cruzar por tercera vez se da cuenta de
que algo está funcionando mal en el ter’angreal.
Ésta tercera vez es la Sede
Amyrlin, con una guardiana llamada Beldeine proveniente del Ajah Verde. En ésta
ocasión sigue con el sentimiento de que algo va mal fuera, pero se ve atrapada
por la situación: tiene una reunión en la Antecámara de la Torre (su órgano de
gobierno, compuesto por veintiuna Aes Sedai, tres Asentadas por cada Ajah. Una
de ellas es Elaida, su némesis entre las Aes Sedai. Ésta hace entrar a un Rand
encadenado, un Rand que ya se ha proclamado el Dragón y que viene para ser
juzgado y amansado. Ante la imposibilidad de Egwene de amansarlo, Elayda grita
por su debilidad, Egwene recibe un golpe en la cabeza y cae inconsciente. Al
despertar ve que hay delante suyo trece Aes Sedai y trece Myrddraal, preparados
para pasarla al lado Oscuro; por suerte consigue encauzar y evitar que la
aíslen de la Fuente (colocando un Escudo) matando a los Myrddraal y huyendo en
el proceso. Va a por Rand, a rescatarle de una Elauda eminentemente Negra y el
Amansamiento. Por el camino se encuentra con su Guardiana, también Amiga
Siniestra. Cuando llega al sitio donde van a Amansar a Rand ve que hay trece
Aes Sedai a su alrededor (y que Elaida es la Amyrlin), pero antes de que pueda
encauzar (fuego compacto), aparece el arco de vuelta junto con palabras de
desesperación de las Aes Sedai al otro lado. Abandona a Rand y vuelve a cruzar.
Antes de nada me disculpo por
las parrafadas densas de éste capítulo, pero me parecía de recibo intentar ser
conciso con lo que sucede y dividirlo en tres párrafos, uno para cada vez que
Egwene cruza.
Llama la atención que el
ter’angreal del sueño reaccione tan mal con el de la prueba, así como que todas
las visiones de Egwene tengan relación con Rand: la primera por el pasado que
podría haber sido si no hubiera llegado Moraine a sus vidas, la segunda de un
futuro posible si la Sombra gana, y la tercera uno en el que siendo Amyrlin le
falla a Rand de nuevo.
En cada uno de esos “sueños”
hay elementos proféticos del futuro de la saga, así como retazos de información
y elementos reales que es imposible que Egwene conozca en ese momento, lo que
apoya la teoría de los mundos paralelos respecto el lugar a donde va aquél que
cruza los arcos para pasar la prueba. Es una prueba muy definitoria del futuro
de Egwene, y de cómo éste tendrá relación con Rand y el hecho de ser Aes Sedai.
Un grandísimo capítulo que
vale la pena releer aunque sea en solitario si te has acabado la saga.
Capítulo 23 - Ligada: Acabada la prueba pasamos a un
capítulo más cortito, en él veremos a una Egwene enfadada y conmocionada por lo
que se ha visto obligada a hacer, pero que enseguida recibe un baño de realidad
al recibir el anillo de la gran serpiente (que como Aceptada debe llevar en el
tercer dedo) y se da cuenta de lo cerca que ha estado de morir por una mal
funcionamiento del ter’angreal (del que Alanna se culpa). Resulta que ha habido
una reverberación que sólo se había visto cuando dos ter’angreal similares se
usaban en la misma habitación (el del sueño de Egwene es evidente que tiene
relación con el visitar mundos posibles que se usa para la prueba); en ése
momento la chica se da cuenta de que ha sido culpa suya, pero no dice nada.
Antes de ir a la habitación de
Nynaeve y encontrarla con una Elayne desconsolada (lo que hace que Egwene se
derrumbe y Nynaeve prometa venganza), la chica de Dos Ríos aún debe recibir la
verdad de Elaida (no quiere que sea Aes Sedai por ser espontánea), las
disculpas de Alanna y Siuan por el mal funcionamiento del ter’angreal y la
discusión de Alanna para compartir el tiempo de cocinas con Egwene para expiar
su culpa (algo a lo que Siuan no cede para no avergonzar a todas las Aes
Sedai). Durante estas conversaciones Egwene sigue sospechando de todo el mundo
en lo que a su pertenencia al Negro se refiere.
Un capítulo en el que se
aclara qué pasaba en el ter’angreal durante la prueba y en el que vemos un
inusitado interés de Alanna por Egwene. Como curiosidad se nombra un rasgo
bastante definitorio de varios de los Ajahs: el Marrón busca el conocimiento,
el Azul las grandes causas, el Blanco el discernimiento lógico de la verdad y
el Verde es el de las batallas (está junto a los ejércitos y se prepara la gran
batalla contra la Sombra y sus Señores del Espanto).
Está bien, pero tras la
estupenda intensidad del capítulo anterior éste sabe a poco.
Capítulo 24 –Salida de reconocimiento: Dejamos por un tiempo
a las chicas y volvemos con Mat, que despierta en su habitación con mejor
aspecto y el mismo apetito. De hecho se encuentra mejor, lo que aprovecha para
dar un paseo y descubrir algunas cosas.
La primera es que los guardias
de los puentes han recibido órdenes de no dejarle salir, así como una
descripción detallada de su rostro.
La segunda es que la chica
campesina que se cruzó cuando él y Rand iban solos está de novicia en la Torre
y le rehúye.
Y la tercera y más importante
sucede cuando se encuentra con los Guardianes y sus estudiantes, entre los que
destacan Galad (observado por todas las mujeres) y Gawyn. Éstos se acerca a Mat
para sacarle algo de información sobre su viaje con Elayne y sobre Rand, pero
la conversación deriva a un Mat diciéndoles que sería capaz de vencer a ambos
(los más diestros estudiantes de los Guardianes) a la vez si contara con una
barra.
Lo que en principio parece una
fanfarronada que los dos hermanos no quieren aceptar (Mat está débil y es un
campesino sin entrenamiento) acaba siendo un combate con apuestas de por medio
gracias al maestro Hammar (Guardián maestro de ambos hermanos), quien les obliga
a luchar contra el joven. El combate es bastante rápido, Mat deja fuera de
combate primero a Gawyn y luego tiene un combate contra Galad (siempre atacando
y rezando por no quedarse sin fuerzas antes de ganar), el combate lo gana,
cobrando la apuesta y charlando con Gawyn (ahí se le escapa decir Manetheren
como su lugar de procedencia). Antes de que las Aes Sedai dejen a Galad (al que
manosean sin piedad) y se fijen en él decide irse (desplomándose agotado cuando
nadie le ve).
Otro capítulo que me encanta,
con Mat totalmente a su aire y dejándose llevar por su gran boca, un capítulo
muy simpático que nos muestra las aptitudes de un chaval que no había tenido
tanto protagonismo en ningún momento de los libros anteriores. El combate con
los dos chicos es muy bueno, pero no más que la conversación que mantiene con
ambos antes ni las observaciones que hace durante.
Como curiosidad queda la
anécdota que cuenta Hammar sobre el mejor espadachín de la historia: solo
perdió una vez y fue contra un campesino con una vara.
Capítulo 25 – Interrogantes: Parece que el capítulo de Mat
ha sido un paréntesis, ya que volvemos a Egwene en su despertar al día
siguiente de la prueba. Dejando a un lado sueños intrascendentes, la joven
también tiene una serie de sueños que siente proféticos (y que parecen serlo al
tratarse ella de una Soñadora y soñar con ta’veren) sobre los tres chicos de
Dos Rios. Son los siguientes:
De Rand:
-
Alargando la mano hacia una espada que parece de
cirstal sin darse cuenta de la red que cae sobre él.
-
En una sala llena de polvo donde hay mucho
viento.
-
Con dos tatuajes de dragones.
-
En el agujero de una montaña.
-
Luchando contra los seanchan.
De Perrin:
-
Con un halcón y un azor, ambos hembras.
-
Con una gran barba y guiando una manada de lobos
que ocupa todo el terreno hasta donde alcanza la vista.
De Mat:
-
Con su ojo en una balanza.
-
Colgado de un árbol.
-
Con los seanchan.
Todos y cada uno de los sueños
tienen un evidente significado a futuro para aquellos que os estéis releyendo
la saga, y nos vuelven a mostrar lo bien atado que lo tenía Robert Jordan ya
por éstas alturas de la misma.
Luego la vemos en la
habitación con Nynaeve y Egwene (acto seguido al despertar, cansada), ambas
están estudiando los papeles de Verin, a los que creen inútiles (salvo por
llegar a la conclusión de que sigue habiendo Hermanas Negras en la Torre) y en
los que se detallan cosas como que Rianna tiene el pelo negro con una mecha,
que Chesmal es una gran curadora o que Marillin adora los gatos (elementos
intrascendentes pero que veremos cuando reaparezcan y nos ayudarán a
identificarlas rápidamente) o que la mayoría de ter’angreal robados no se sabe
para que sirven y fueron estudiados por Corianin hace mucho tiempo (me llama la
atención una vara que produce fuego), ésta segunda lista nos da una idea de lo
variados y desconocidos que pueden ser los efectos de los ter’angreal.
Para finalizar las discusiones
les interrumpe la chica campesina que vimos en el capítulo de Mat, dándoles
mensaje de la Amyrlin y diciéndoles que las pertenencias que dejaron atrás
Liandrin y las suyas están guardadas en cierto almacén subterráneo. La joven ha
visto los papeles, a las chicas hablando sobre el ter’angreal del sueño (que,
por cierto, usará Egwene) y ha salido corriendo, tanto que al salir Egwene a
buscarla no la ve, y en su lugar tiene un encuentro fugaz con quien
evidentemente es Lanfear.
Más allá de ver las secuelas
emocionales de lo sucedido en la prueba o que Egwene es evidentemente una
Soñadora, el capítulo nos sirve para ver que no acaban de fiarse de nadie y que
se toman completamente en serio su tarea de investigar al Ajah Negro.
Lo de los sueños proféticos ya
lo he comentado más arriba, pero es un gusto ver cómo hay información
importante ya a éstas alturas de la saga (mucha de la cual se olvida con el
paso del tiempo).
Y lo de Lanfear simplemente
queda en anécdota, y nos muestra que la Renegada está por la Torre de forma
habitual.
Capítulo 26 – Tras una cerradura: De nuevo justo en el punto
donde acababa el capítulo anterior, con Egwene sorprendida de la desaparición
de Elsa y de Lanfear, pero enseguida se repone y va con sus compañeras al
almacén que les ha dicho Elsa (que huele a trampa a la legua).
Una vez allí (oscuro y
apartado) se dan cuenta que todas las Aes Sedai del Negro tenían algo que
señalaba a Tear, ya fuera un libro, un mapa o una lista de posadas; una pista
demasiado evidente como para pasarla por alto, con lo que no les queda claro si
se trata de una trampa o no.
Es un capítulo cortito, con
poca chicha argumental y que sólo nos sirve para señalar a Tear, que Nynaeve se
enfada voluntariamente para poder encauzar y que Egwene aprende cosas de forma
espontánea (además de recordarnos que es afín al elemento Tierra). Se echa algo
de menos que Elayne hable, ya que la tenemos en tan segundo plano que por
momentos incluso olvidamos que se encuentra en la habitación.
Capítulo 27 – Tel’aran’rhiod: Último capítulo de libro, en
el que al fin entramos en el famoso Ter’aran’rhiod (o mundo de los sueños),
aunque no sin antes constatar que tanto Verin, como Alanna, Elaida, Sheriam y
Anaiya han encontrado tiempo para pasar por las cocinas a controlar a las tres
Aceptadas.
Luego, todas en la misma
habitación (para vigilar a Egwene mientras duerme) veremos que están paranoicas
con el tema del Ajah Negro y los Hombres Grises, y como dato curioso está que
Elayne piense en hacerse del Ajah Verde y vincular a Rand como Guardián (no
sabe lo que es).
Pasada la introducción
asistiremos al sueño en sí, un mundo igualito al nuestro (aparece en un prado)
en el que se puede Encauzar, al dar un paso pensando en buscar información
salta a una posada en la que a Perrin le está vigilando un lobo (Saltador),
lobo que ataca a Egwene que huye de nuevo al prado.
Desde allí vuelve a saltar a una hoguera que
quema sin madera, donde Rand (más fuerte y peligroso) está harto de que el
Oscuro le envíe gente con el aspecto de sus seres queridos, escuda a Egwene (ha
aprendido algo) y la ataca, la chica no tiene más remedio que saltar de nuevo
hacia el prado.
Por último tenemos un salto a
la sala donde aguarda Callandor, un lugar donde una anciana llamada Silvia,
mujer que habla sobre Ishamael, el Señor Supremo o los Grandes Señores de Tear;
es evidentemente una Amiga Siniestra, aunque no sabemos en éste momento de qué
nivel. La mujer le dice que la espada sólo la puede tocar aquél que se
proclamará el Dragón, la vuelta de Lews Therin y está protegida por Saidin y
Saidar. Alguien se acerca durante la conversación, momento que aprovecha Silvia
para devolver a Egwene a su cama (con mucho dolor y de golpe).
Ya en su habitación las chicas
llegan a la conclusión de que en Tar Valon no podrán hacer nada salvo
preocuparse por el Ajah Negro, así que deciden partir hacia Tear al día
siguiente. Antes de irse esperarán a ver si la Amyrlin se digna a visitarlas
(para comunicarle su decisión) y piensan en Mat como hombre de confianza para
mandar una carta a Morgase (la madre de Elayne) para que no se preocupe tanto.
El último capítulo no hace
sino abrirnos un mundo de posibilidades con el mundo de los sueños, un lugar donde
tanto Perrin como Rand aparecen contra su voluntad y que parece obedecer a las
necesidades de aquellos que transitan por él.
Está bien que las chicas
decidan enfrentar el peligro y dejar la ciudad, pero su plan es bastante
ingenuo de entrada, supongo que la juventud, la inexperiencia y el miedo les
hacen tomar la determinación.
También es curioso el estado
de Rand, un hombre que parece acosado por visitas constantes de emisarios del
Oscuro con las caras de sus seres queridos, alguien que parece estar
aprendiendo por su cuenta a usar el Poder Único.
Como punto de corte hasta el
otro libro es algo brusco, pero al menos hace un ligerísimo repaso de los
protagonistas de la novela (Rand, Perrin, Mat, Egwene, Elayne y Nynaeve) y
plantea un curso de acción a seguir en la siguiente.
Personajes: Siendo una de las novelas más finas de la Rueda del
Tiempo nos encontramos que el número de personajes con protagonismo a lo largo
de la misma es muy escaso, con un Perrin y una Egwene que copan gran parte de
los capítulos.
El primero sigue intentando
aceptar su naturaleza de lobo, con un miedo atroz a perder su personalidad y
una inmersión en el mundo de los sueños en contra de su voluntad. El personaje
paciente, meticuloso y que mira las cosas desde múltiples puntos de vista es el
primero que se ha hecho a la idea de que no podrá cambiar su destino, y está
dispuesto a afrontarlo lo mejor que pueda.
La segunda es la que nos abre
la puerta a las interioridades de la Torre Blanca, centrada más que nada en la
investigación primigenia de las Aes Sedai del Ajah Negro y en la posibilidad de
ser una Soñadora (lo que nos abre todo un nuevo mundo a futuro). Al contrario
que Perrin con éste personaje se siente algo menos maduro psicológicamente,
teniendo que recorrer mucho camino aún hacia la madurez (y eso que entre la
Prueba y su cautiverio con los seanchan ya ha recibido varios palos).
Por otro lado llama la
atención la desaparición de Rand del primer plano, el protagonista de la saga
desaparece de la narración y nos enteramos de lo que le sucede desde los ojos
de otros personajes, un personaje cansado, con miedo (similar al de Perrin) y
resuelto a acabar con todo lo antes posible.
Tenemos también a un buen
grupo de personajes en la Torre, que entre Aes Sedai sospechosas (o no), las
dos compañeras de Egwene y los momentos en los que salen los hermanos de Elayne
hay suficiente fauna como para que estemos preguntándonos quién será del Negro
(o buscando indicios los que ya lo sabemos). Son todos personajes que parecen
más prototípicos que los principales, pero es porque hasta el momento apenas
hemos visto algunos trazos de su personalidad (como la manía de Siuan de hablar
con términos náuticos, el aparente despiste de Verin, la hostilidad de Elaida o
el atolondramiento de Galad y Gawyn); grandes personajes que no han tenido
demasiado espacio en la novela pero que ayudan muchísimo a dar vida al mundo de
la Rueda.
Del grupo de Perrin poco que
decir, Moraine y Lan siguen a lo suyo, aunque con cierto pique por lo que sea
que ha hecho Moraine previendo su muerte en poco tiempo. Un grupo que está al
inicio seguido por ciertos personajes interesantes (como Ino o Masema) e
incluso por el gran Loial, pero que está en un segundo plano cuando es a través
de los ojos de Perrin que lo vemos todo.
Por último destacaré la vuelta
del Mat más gamberro y similar al del inicio de la saga, aquél cuyas
gamberradas eran famosas a lo largo de todo Dos Ríos y que era el principal
sospechoso siempre que sucedía algo. Por suerte ha quedado libre del influjo de
Shadar Logoth y empieza a ver un posible futuro. Lástima que tenga tan poco
espacio, pero entre su cada vez más evidente “poder propio” y el derroche de
personalidad que tiene se hace querer.
Opinión Personal: Camino a Tear vuelve a ser la primera mitad de un
libro completo original, lo que implica que tiene un planteamiento más de
arranque que de velocidad de crucero, algo mucho más patente en éste que en
libros futuros porque venimos de los dos primeros libros de la saga, los únicos
que se puede pensar son autoconlusivos.
Es una gran novela, con todos
los elementos (incluso tics) que tiene su autor para meternos en un mundo que
se vuelve más y más rico a medida que pasan sus páginas, ya sea por ver lo que
puede pasarle a Perrin, conocer algunas profecías, aprender sobre Tear y
Callandor, conocer más de los Ajahs y la Torre Blanca o, sobre todo lo demás,
meternos por primera vez de forma consciente en el Tel’aran’rhiod.
Se hace evidente para
cualquier lector que haya llegado hasta éste volumen que el mundo no para de
crecer, los personajes se cuentan ya por decenas y lo que sucede va cogiendo un
cariz mucho menos típico y tomando un camino propio, alejado del viaje del
héroe que veíamos en las dos primeras novelas (si es que apenas sale el
protagonista).
También es cierto que tiene
algunos capítulos algo más lentos, aunque no por ello menos interesantes, de
esos que exasperan a los que no disfrutan con ese tipo de lectura, más
reflexiva y centrada en detalles aparentemente intrascendentes (tirones de
trenza, tejidos de la ropa, expresiones, etc…) detalles que enriquecen la
lectura y que normalmente cuentan mucho más de lo que se ve a primera vista.
Aquél que en éste libro aún no
esté convencido de meterse en la saga puede ir pensando en dejarla (yo
recomiendo leer al menos el siguiente) porque es evidente que el estilo de
narración del autor no está pensado para él.
Para los que hayáis disfrutado
de la novela deciros que esto sólo va a mejor durante las siguientes entregas, con
lo que si os ha atrapado podéis seguir sin miedo: os conquistará sin lugar a
dudas.
Personalmente pienso que
estamos ante uno de esos libros que se me hizo un poco durillo de leer en la
primera lectura, pero que cada vez que releo me gusta más y aprecio muchísimo
mejor todos los detalles y elementos que ya están aquí y que pensaba no se
desvelaban hasta mucho más adelante: Jordan no deja de dejar pistas, ya sea
sobre la personalidad de un personaje, el pasado del mundo o eventos futuros
que aún no han sucedido; y lo hace en tal cantidad que la impresión de estar
leyendo una novela gigante compuesta por veinte libros no puede ser mayor.
El mejor de la saga? Sin duda
no. No hay ninguna de esas escenas que se te quedan grabadas a fuego, un libro
de nivel medio para la saga pero excepcional para el género: pocos libros me lo
hacen pasar tan bien como éste (y mira que leo) incluso siendo la tercera vez
que paso por él, y eso debe querer decir que es bueno, no?
Valoración Personal: 10.