Hoy toca una de esas series
cuya primera temporada dejaba a las claras con lo que nos íbamos a encontrar:
una serie muy normalita que basaba su atractivo en la relación entre los dos
protagonistas y la situación “especial” del protagonista masculino.
Vamos, en el típico atractivo
de chico perfecto pero con secreto oscuro que le hace peligroso. Y que tanto
pone a la protagonista.
En ésta segunda temporada la
cosa sigue basándose más o menos en lo mismo, pero la inclusión de distintas
organizaciones que parecen enteradas de lo que le pasa al protagonista (y a
otros tantos) junto con un background de antepasados al más puro estilo
Crónicas Vampíricas han hecho que ésta segunda temporada sea mucho más
entretenida que la primera.
De entrada el prota no se
acuerda de nada, el malo es el padre de la prota (al menos al principio) y
parece que los actores se sienten más cómodos en sus papeles, lo que da como
resultado una serie de capítulos mucho más natural con algunos momentos que
incluso llegan a ser buenos.
Eso sí, la serie es lo que es:
un divertimento sin pretensiones para tener puesto mientras se hace otra cosa y
que sólo disfrutará aquella gente a la que le de igual lo que está viendo
mientras sea entretenido (lo que me hace pensar que a mi padre le gustará XD).
Yo seguiré viéndola, no
molesta y empiezo a cogerle cariño a ésta gente.
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