Como si no tuviera suficiente
con las películas de la sección hace un año, de vez en cuando también apetece
ponerse con alguna cosilla distinta, que te apetezca, y ese es el caso de Los
Mercenarios 3.
Vaya por delante que las dos
primeras entregas me gustaron, una saga que recupera viejas glorias del cine de
acción para hacer películas como las de antes, exageradas y con momentos en los
que los actores se ríen de sí mismos y de su edad no puede estar mal. Y tras
una primera película con momentos memorables y una segunda mucho más redonda en
su conjunto, esperaba que en la tercera entrega la cosa siguiera los cauces de
la segunda: acción autoparódica.
Pues bien, éste tercer film se
aleja de la parodia e intenta ser una cinta seria, cosa que hace que pierda
mucho respecto a sus dos predecesoras. Y no sólo eso, en los mercenarios 3
perderemos de vista a las viejas glorias durante una parte importante del
metraje, y sólo para presentar a un grupo de jóvenes sin ningún carisma que
sólo entiendo si les quieren aprovechar para la serie de Tv que quieren hacer
de la franquicia.
Éstos dos elementos: menos
humor y menos vejetes hacen que en conjunto tengamos una película mucho menos
disfrutable, que sigue teniendo acción a raudales pero que pierde gran parte de
lo que la hace especial.
Por si fuera poco Mel Gibson
también está en la línea seria de la película, con la de auto parodia que
podría haber hecho éste hombre… (el malo de la peli, muy inferior a Van Dame).
Con éstos elementos nos
quedaba una película de acción disfrutable, sin más, con un tramo final muy
bien hecho en el que los personajes que queremos ver vuelven a escena. Pero
había un personaje que no quería conformarse y que levanta la película
totalmente solo cada vez que aparece y al que merece la pena dedicar un poco de
tiempo: Antonio Banderas. Es increíble que el personaje de Banderas sea lo
mejor (y con mucha diferencia), hace el papel de un Mercenario que no se calla
ni debajo del agua y que derrocha carisma cuando se mueve y habla, un papel
espectacular y tremendamente divertido por el que vale la pena estar las dos
horas que dura la cinta.
Así que ya lo sabéis: la saga
de los Mercenarios sigue adelante en una cinta que pierde el humor (lo mejor de
la saga) para tener una acción más seria y a un banderas que le sube un punto
él solito a la entrega. Si queréis ver acción sin preocupaciones y con efectos
especiales de los de antes es una buena opción.
Valoración Personal: 6,5.
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