Últimamente me siento como si
sólo reseñara videojuegos que me han dado por ser suscriptor del PsPlus, pero
es que me está quitando de tener que comprar la morralla habitual para
distraerme mientras no llegan los grandes juegos.
Entre éstos está la edición
Dark Arisen del Dragon’s Dogma, una especie de edición definitiva del intento
de Capcom por meterse en el rol medieval que tan buenos resultados estaba
cosechando con cosas como Skyrym, Dragon Age o Demon’s Souls.
Historia: Somos un simple campesino (entenderse como persona de
clase baja) de un pueblo pesquero en un reino de fantasía medieval, en dicho
pueblo aparece un dragón enorme como no se ha visto nunca y que decide ponerse
a comer gente.
No sabemos muy bien porqué, pero
nuestro personaje decide enfrentarse al dragón, combate que pierde pero durante
el cual recibe una cicatriz que le conecta inexplicablemente con dicho ser, un
vínculo entre los corazones de los dos.
Como no podía ser de otro modo
esto hace que desarrollemos una serie de poderes especiales que nos capacitarán
para enfrentarnos a multitud de enemigos en nuestra búsqueda del dragón de
marras.
Por el camino asistiremos a
distintas tramas secundarias, multitud de encargos que nos dan los personajes
que pueblan el mundo y que nos harán investigar cada rincón del mapeado
buscando lo que nos piden y enfrentándonos a enemigos muy grandes.
Es una trama sencilla pero
bien hilada, al menos al principio, lo malo es que durante el largo tramo
central se queda un poco de lado para tenernos ocupados con otras cosas que
nada tienen que ver ni tienen la misma épica.
Apartado técnico: Por desgracia el apartado visual de Dragons Dogma
es su gran hándicap, en un intento de mostrarnos un mundo medieval amplio y
rico los programadores se olvidan de crear un motor vistoso, o simplemente
hacer unos diseños de escenarios llamativos.
Así que nos encontramos con un
motor cumplidor que nos muestra un mundo muy sobrio y bastante realista (por la
paleta oscura elegida) pero en el que se echan de menos elementos de diseño que
nos deslumbren con paisajes o construcciones.
El sonido tampoco es nada del
otro mundo, pero al menos los temas acompañan y los ruidos de los monstruos
están bien elegidos.
En general creo que es un
juego que se ve ya viejo incluso para una PS3, que no ha querido tener unos
valores de AAA en la producción pese a venderse como tal y que, sin embargo,
consigue un mundo bastante robusto y que se mueve sin problemas.
De 6 raspado.
Jugabilidad: En una época en la que los juegos de rol medievales
salían de debajo de las piedras, Capacom intenta distanciarse de los demás
mezclando un par de cosillas ya vistas pero que no se habían llevado hasta éste
punto hasta el momento.
Por un lado tenemos los NPC
que nos acompañan, personajes controlados por la IA y que podremos ir cambiando
a medida que subamos de nivel que nos ayudan en los combates y cuyas
habilidades deberían compensarse con las nuestras.
Y del otro está lo más molón
del juego: la posibilidad de subirse a los enemigos grandes para atacarles en
sus puntos más débiles al más puro estilo Shadow of the Colossus. La lástima es
que el sistema parece más un accesorio que algo obligatorio para acabar con
dichos enemigos, y encima no es todo lo ágil que debería, haciendo que lo
ignoremos en lugar de explotarlo para luchar contra los enemigos más difíciles
(so pena de morir en el intento).
Una muerte que vale la pena
destacar, ya que estamos ante un juego difícil y sin demasiadas ayudas,
recordando al ya mencionado Demon’s Souls (sin llegar a sus extremos). Son
combates donde la habilidad es lo que prima, unidos a tiempos de viaje a pata
(luego podemos arreglarlo con unas gemas) exagerados incluso para ir a entregar
una quest, teniendo que matar de nuevo a todos los bichos que haya por el
camino.
Creo que un simple viaje
rápido a los puntos más destacado hubiera quitado cierta sensación de tedio en
los desplazamientos, y un sistema más pulido contra los bichos gordos hubiera
redondeado un juego con muy buenas ideas y que en ocasiones recuerda a obras
como Berserk.
Opinión Personal: Estamos ante un juego largo (mucho), difícil y
que premia al jugador que sabe esperar y sigue adelante incluso con las trabas
artificiales que se encuentra en su viaje.
Si ese jugador consigue pasar
de las 10/12 primeras horas se encontrará con un producto que le dará muchas
horas de juego, con el que se picará para conseguir vaciar esa fortaleza o
acabar con ese Grifo que nos tiene hartos y que se sentirá realizado al crearse
su nueva armadura o acceder a una nueva zona.
Si encima se deja atrapar por
el mundo que le rodea se verá inmerso en varias tramas, desde la búsqueda del
dragón hasta distintas tramas palaciegas en la capital del reino. Unas tramas
contadas de manera algo tosca, pero que no por ello dejan de ser entretenidas.
En general uno se encuentra un
juego con muy buenas ideas y elementos de varios de los mejores juegos del
género pero que no consigue destacar con ninguna de ellas, quedando un poco
como algo que de haber tenido un añito más de desarrollo hubiera arrasado en
ventas (mejora de gráficos, cinemáticas, pulido de jugabilidad, etc…) y que se
siente más como un experimento para ver si crear una nueva franquicia que como
un producto con auténtica ambición para hacerse un hueco en el mercado.
Así que si os va el género y
sois veteranos que ya habéis acabado los juegos de referencia (mejores que éste
a todas luces) encontraréis una obra capaz de entreteneros si os sobreponéis a
sus defectos. Si no os va el género fantástico o medieval, dejadlo pasar porque
es una obra de fondo de armario jugón más que de un imprescindible.
Veremos si Capcom pule las
ideas y nos da una segunda parte a la altura de lo que debería haber sido la
primera; de momento hay un tal Deep Down que hace muy buena pinta y que parece
tener muchos puntos de conexión con éste Dragon’s Dogma.
Valoración Personal: 7.
Valoración Metacritic: 80.Dragon's Dogma: Dark Arisen
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