Una de las series de
televisión más raras que vi el año pasado fue Utopía, una serie inglesa que se
metía con la idea de un virus capaz de esterilizar a la raza humana con tal de
controlar la sobrepoblación actual. Esto a priori no parecería raro, pero no es
en el argumento donde ésta serie es peculiar, es en las formas.
Estamos ante una serie
visualmente un tanto extraña, con un tratamiento de la imagen distinto al
habitual y una predilección por los colores vivos (en especial el amarillo).
Tenemos también escenas con un ritmo extraño, aderezadas por una música algo
desquiciante, lo que nos da como resultado un producto raro de ver, que no es
amable con el espectador pero que sin lugar a dudas supone una experiencia
especial.
La segunda temporada nos
ofrece más de lo mismo a nivel formal: sangre exagerada, esos tonos extraños,
actuaciones perturbadoras… pero la trama no engancha tanto como la primera y
queda todo sin los mimbres que hicieron de esa primera temporada algo especial.
El argumento tampoco avanza demasiado, apoyándose en algo sucedido en el pasado pero que carece de la fuerza que tuvo la primera temporada. Por lo menos los flashbacks están bien, y los actores siguen a la altura de lo que se espera de ellos.
Creo que como experimento de
una sola temporada podía llegar a funcionar éste tipo de serie, o cambiando
argumentos (como Black Mirror) y que al alargar para una segunda tanda la
cagaron.
Utopia sigue siendo un
producto particular, con partidarios acérrimos o detractores que no pueden ni
verla. En mi caso he ido pasando de los primeros a los segundos según avanzaba
la temporada, y me alegro sobremanera que haya llegado su cancelación ante de
que pierda el recuerdo de los buenos momentos que me ha proporcionado.
Sólo para mentes abiertas que
soporten el primer capítulo y se sientan cautivados por su ambiente extraño y
perturbador.
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