Los que seáis asiduos os habréis dado cuenta
que el producto nacional tiene muy poco hueco en el blog, eso hace referencia a
unos gustos personales en los que a un servidor no le gustan ni las series ni
las películas españolas, e incluso los libros escritos originalmente en
castellano le tiran para atrás.
Pero eso no quita que cuando
algo tiene críticas favorables por parte de gente de la que me fío no le dé una
oportunidad. Y éste ha sido el caso del Ministerio del Tiempo.
Ésta serie de televisión
española de ocho capítulos (hora y diez cada uno) es un oasis en el desierto
dentro de la ficción nacional.
La serie nos cuenta la
historia de un ministerio secreto español que controla una serie de puertas que
van a momentos y lugares muy variados de la historia del país. Dicho ministerio
se ocupa de arreglar posibles fallos temporales para que la historia siga como
está, ya sea mejor o peor.
Nosotros entraremos al
ministerio a la vez que un nuevo grupo de personajes: un enfermero de nuestros
días, la primera universitaria española y un soldado de los tercios de Flandes.
Tan pintoresco grupo vivirá aventuras bastante dispares hacia distintos tiempos
de nuestra historia.
Lejos de centrarse en los
aspectos históricos, nos encontramos con una serie de aventuras auto
conclusivas bastante desenfadadas (y que se pasan por el forro gran parte de la
continuidad temporal) en las que los personajes harán frente a distintas
amenazas.
Los cuatro primeros capítulos
son un continuo crescendo en el que te haces con los estupendos personajes
(tanto principales como secundarios), una declaración de intenciones que te
atrapa y te hace engancharte a la serie.
Los cuatro últimos se vuelven
más oscuros, algo menos auto paródicos y bastante más dramáticos.
Personalmente prefiero la
primera mitad, pero el conjunto deja una primera temporada bastante buena con
cosas por pulir en futuras entregas.
Los puntos fuertes son
evidentes: los personajes, la riqueza histórica a la que ir (y su buena
recreación) y un humor muy saludable.
En el lado negativo tenemos
algunas escenas algo pobres por falta de medios, una dicción actoral mejorable
(la primera media hora me hubieran ido bien unos subtítulos) y una falta de
coherencia interna (y con las leyes temporales) flagrante.
Personalmente creo que a ésta
serie se le ha dado cierta cancha por el simple hecho de ser española. Ésta
misma ficción nos viene de fuera y le damos de palos hasta en el carnet de
identidad, en cambio, al venir de dónde venimos, hay que valorar de forma inequívoca
la valentía de sus creadores (y de televisión española) por querer hacer una
serie moderna y arriesgada y ya sólo por eso merece un voto de confianza.
De cara a futuro tiene mucho
que mejorar, pero a poco que cojan lo bueno y se vayan puliendo podemos tener
serie para años y años.
Antes de despedirme ya sólo me
queda recomendar su visionado: son sólo 8 capítulos, que aunque se hagan largos
(cuando aprenderemos a hacer duraciones más americanas?) no suponen una
hipoteca en tu vida, y son capítulos muy entretenidos y que vale la pena ver.
4 comentarios:
Una buena prueba de que la ficción española nos puede dar grandes alegrías.
Sólo es necesario que a los creadores no les impognan restricciones absurdas (que si adolescentes, que si actores de moda, etc...) y cierta confianza de los creadores en el producto. A ver la segunda temporada, porque las expectativas están muy altas.
Estoy esperando como agua de mayo la segunda temporada, espero que llegue al listón que dejo la primera temporada.
Sinceramente y oyendo al "showrunner" de la serie parece que la cosa está bien encaminada. Crucemos los dedos.
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