Me gusta cuando me acerco a
una película sin tener claro lo que puedo encontrarme, y es que con Perdida no
sabía demasiado a qué atenerme excepto a que era un thriller basado en una
novela, así que perfecto.
Todo empieza el día del
aniversario de bodas de una pareja aparentemente perfecta, cuando vemos que él
tiene ciertos problemas y no tiene muy claro cómo celebrarlo ni qué hacer con
su relación. Pero todo cambia cuando, al llegar a casa, se encuentra con que su
mujer ha desaparecido, y las pruebas que van apareciendo indican que la ha
matado él.
Al más puro estilo thriller
tenemos una película muy bien hecha que juega (durante la primera hora) con la
forma de presentar a los personajes y contarnos cómo ha sido su relación, para
dar un giro a los sesenta minutos y luego un segundo giro en el tramo final.
Vamos, que es de esas películas que sabe sorprenderte teniendo en todo momento
bien hilado el argumento.
Lo mejor de todo es que
engancha, y lo hace sin recurrir a escenas de acción ni a elementos manidos del
género, lo hace con la duda, el guion y la buena interpretación de sus actores
principales (con Ben Affleck demostrando que en su madurez elige mucho mejor los
papeles que decide interpretar y una Rosamund Pike simplemente soberbia).
Por si fuera poco la película
no se para en el thriller ni en el drama, también nos sirve para mostrar los
juicios paralelos que sufren algunos famosos en la prensa cuando se conocen
algunas informaciones, por sesgadas que sean. Una crítica a los medios de
comunicación y a una opinión pública muy fácilmente manipulable y que puede
hacer la vida imposible a un hombre sea éste culpable o no.
No diré que es la mejor
película que he visto éste año, pero sí que está entre lo mejorcito, un film
dirigido por el siempre eficaz David Fincher que no puedo dejar de
recomendaros. Son dos horas y media de buen cine.
Valoración Personal: 9.
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