Los que estáis siguiendo éstas
reseñas como una ayuda para recordar algunos eventos, o simplemente para daros
cuenta de detalles que habíais olvidado os habréis dado cuenta que en lo que va
de año sólo habían salido dos resúmenes de la Rueda del Tiempo. El motivo no es
otro que el tiempo que me lleva leer cada novela, por aquello de estar tomando
notas, algo que hace que la lectura no sea todo lo agradable que pudiera ser.
Pero bueno, siendo como soy es
evidente que tarde o temprano la serie de reseñas se completará, aunque sea al
ritmo mínimo de tres al año, así que, por favor, sed pacientes.
La novela que nos ocupa hoy es
ni más ni menos que El Pueblo del Dragón, sexta entrega en España y 3.2 en su
inglés original (ya conocéis la afición de la editorial a partir el libro en
dos).
Como siempre, os dejo un linkal pdf de la reseña para los que queráis leerlo en otro sitio, más cómodamente.
Y sin extenderme más, paso a
la reseña en sí.
Historia capítulo a capítulo:
Capítulo 1 – Una salida:
Empezamos la novela con un Mat que lleva ya dos días recuperándose, pero que no
por ello ha perdido el apetito consecuencia de la Curación.
En la única escena del
capítulos asistiremos a la visita de las tres chicas que quieren ser Aes Sedai:
Nynaeve, Egwene y Elayne. Ellas le intentan engatusar para que lleve una misiva
de Elayne a su madre, la reina Morgase, en Caemlyn; pero tras cierto estira y
afloja entre los dos bandos el joven admite que no puede salir de la ciudad por
orden de la Amyrlin, aduciendo que hasta que no esté recuperado del todo no
podrá salir (y sin mencionar su vínculo con el Cuerno de Valere).
En ese momento las chicas le
dan uno de los papeles con la autoridad de Siuan, a lo que Mat promete llevar
la carta y dice que queda en deuda con ellas.
El capítulo está bien para
empezar, ligerito pero entretenido por ver cómo ve Mat a las tres mujeres y
cómo es la relación con ellas (mezcla de lo que eran y lo que son). Es
interesante ver cómo se aparta de Nynaeve al pensar que puede usar el Poder en
él; y es interesante la conversación de las chicas como si Mat no estuviera
presente, hablando de cosas que nosotros sabemos pero el pobre Mat no.
Es gracioso ver cómo se cierra
en banda cuando intentan engatusarle, pero enseguida acepta cuando puede sacar
algo de ello.
Para terminar acaban hablando
de los viejos tiempos, de un Campo de Emond que no creen volver a ver.
Como curiosidad tenemos la
mención a huir tanto de la Amyrlin como de Selene (Lanfear), una frase de
pasada al final del capítulo pero que implica que ha estado recibiendo visitas
de ambas. Además conoceremos que sigue habiendo guerra civil en Cairhien (por
el asesinato perpetrado por Tom) y que los precios no dejan de aumentar.
Es un capítulo interesante,
para ir volviendo a colocar a los personajes y empezar a dar nuevos objetivos
para aquellos que no tienen; y hace pensar sobre el contenido de la carta.
Capítulo 2 – Una trampa que activar: Para el segundo capítulo seguimos en la Torre
Blanca, aunque en ésta ocasión veremos a Nynaeve y las otras dos chicas en las
cocinas cumpliendo el castigo por haberse ido sin permiso. Lo primero es ver el
trato en las cocinas y la imponente figura de Laras (la maestra de las
cocinas).
Pero enseguida la escena
cambia, y aparece la Amyrlin a pasar inspección, poniendo firme a todo el
mundo. La líder de las Aes Sedai se las apaña para quedarse a solas con Nynaeve
y recibir un informe de la misma: les han puesto una trampa, pero se disponen a
dejar la Torre y hacerla saltar. Siuan asiente y les da permiso para irse, con
lo que tendremos al grupo en camino de nuevo en breve.
Dejando de lado la
información, conoceremos algo más sobre Callandor: es el tercer sa’angreal más
poderoso jamás creado, se guarda en la Ciudadela de Tear (inexpugnable hasta
que la haga caer el Dragón) en el lugar donde se nombran a los Grandes Señores,
las del Ajah Negro han robado ter’angreal y es posible que intenten usarlos
allí, es una información que sólo conocen dos docenas de mujeres y los mismos
Grandes Señores.
Es curioso ver cómo la antigua
Zahorí intenta morderse la lengua pero es incapaz de controlar su genio,
sacándolo incluso ante la mujer más
poderosa del mundo, a la que llega a llamar “vieja bruja”. Por lo demás un
capítulo de choque de voluntades que da al grupo femenino un nuevo objetivo,
además de mostrar las sospechas que tienen sobre Alanna y Sheriam y cómo se
guardan información incluso ante la Amyrlin.
Capítulo 3 – Tentando la suerte: Volvemos a Mat justo tras
la partida de las chicas, allí vemos cómo está planeando la fuga, acaparando
comida y recibiendo la visita de una Aes Sedai para ver cómo está.
El bueno de Mat decide huir a
plena vista, para que piensen que es tonto y así escapar en barco con la ayuda
del documento. Pero siendo como es decide ir a unas cuantas posadas a ganar un
poco de dinero jugando a los dados. Gana siempre. Está durante horas jugando a
los dados, ganando sin parar hasta que acumula una fortuna y le dicen que tiene
la suerte del oscuro (algo que le enerva al pensar que puede quedar algo de la
Daga en él).
Para terminar tenemos una
escena donde intentan atracarle y él huye, hasta acabar delante de un asesino
(Hombre Gris por la descripción) y matarle por casualidad más que por
habilidad. Justo tras el forcejeo y para descansar se encamina a la posada más
cercana: “la Mujer de Tanchico”.
El capítulo hace hincapié en
la suerte de Mat, volviéndose sobrenatural hasta el punto de que le asusta
incluso a él. Una suerte que parece haber ido en aumento desde que salió de Dos
Ríos y que nos empieza a mostrar el poder de Mat como ta’veren (encauzar Rand,
los lobos Perrin y la suerte Mat). Fuera de eso sólo destacaría el capítulo por
lo agradable que resulta tener al fin a Mat sin vínculo con la Daga que tanto
gusta y que tanto se hace querer.
Capítulo 4 – La mujer de Tanchico: Como siempre que Mat va
en dirección aleatoria acaba por tener algún encuentro que cambia su destino
inmediato. En ésta ocasión sus pies le llevan a una posada donde está tocando
un viejo amigo. Thom Merrillin.
El viejo bardo está borracho y
tocando en la posada, pero al ver a Mat se acerca e él con aire hundido (por la
muerte de Dena y posterior asesinato del rey de Cairhien). La conversación de ambos
gira en torno a las mujeres que ha amado (Morgase y Dena) y qué hacen ambos en
la ciudad (marcharse). Tras un breve intercambio Mat consigue convencer a Thom
de que le acompañe al marcharse de Tar Valon.
Ya en la calle Thom comenta de
pasada que no hay asaltadores de la ciudad, a lo que debemos entender que eran
asesinos (probablemente Amigos Siniestros) aquellos que habían perseguido a
Mat. Ante ese descubrimiento y la desaparición del cadáver del Hombre Gris, mat
decide abandonar la ciudad en el primer barco que encuentre.
De nuevo un capítulo cortito
para dar un giro a un personaje, uniéndole con uno muy querido por todos al que
vemos que ha tocado fondo como poco.
Colorido y rápido.
Capítulo 5 – El primer barco: Empezamos con movimiento, con Mat
y Thom llegando a puerto y viendo un barco soltar amarras. El documento de la
Amyrlin convence al vigilante del puerto, y acto seguido corren por el muelle y
saltan al barco en marcha. Han conseguido subir al primer barco que zarpaba.
La siguiente escena nos
muestra lo que ha cambiado Mat y cómo es capaz de hacerse con las riendas de la
situación, en ella negocia un desorbitado precio por el camarote del capitán y
la mejor comida que le puedan proporcionar. Una proeza cuando el mismo capitán
estaba dispuesto a lanzarlos por la borda.
Durante las conversaciones con
el capitán se dan cuenta de que en el barco toman a Mat por un noble andoriano
en misión secreta para su reina, se mencionan unos cuantos países que
acabaremos visitando y queda claro la animadversión de los tearianos (como el
capitán) hacia sus vecinos de Illian. Como extra se nos hablará de un tal Gran
Señor Samon (al que Thom no conoce) que postula por la destrucción total de las
Aes Sedai.
Lo siguiente sucede ya al
rato, cuando Mat oye unas botas acercándose a su habitación (no puede dormir al
pensar en los que le perseguían y en que las chicas le pueden haber engañado
para cumplir una misión de la Torre Blanca)más adelante, en especial su odio
por Ilian (al ser teariano). La suerte o la habilidad hacen que noquee a los
dos asaltantes, tome por sorpresa a un tercero y Thom despache a un cuarto en
el último momento. Otros dos asesinos en potencia escapan lanzándose al río.
Para justificarse ante la tripulación dicen que eran bandidos, y la cosa queda
allí (salvo que Mat se come aún más la cabeza por no sabe quién le quiere ver muerto).
Para finalizar el capítulo
tenemos unas sorprendentes y escasas páginas con un Rand tocando la flauta a
solas en una hoguera, dirigiéndose a Tear por los sueños que le atormentan
sobre Callandor. Unos sueños en los que sus amigos le atacan, Selene le exhorta
a coger la espada y él se apena por la traición de Elayne y Min (especialmente
y en sueños). Son unas páginas donde vemos a un Rand acorralado, pensando en su
condición de ta’veren y con miedo que sigue adelante porque es lo que debe
hacer.
En general es un capítulo
bastante movido, que pasa del tono más bien jocoso que rodea a Mat (esa
negociación o el que se le vaya la lengua al capitán del barco) a irse
oscureciendo con las opiniones del mismo capitán, el ataque de los asesinos y
el tramo final de Rand.
Capítulo 6 – Entre los hilos del Tejido: Tras cinco
capítulos centrados en lo que sucedía en Tar Valon, ahora saltamos al grupo de
Perrin, Loial, Lan y Moraine. Un pequeño grupo que persigue a Rand y que va
siguiendo el rastro que va dejando su presencia ta’veren (cosas excepcionales
en los pueblos, ya sean buenas o malas), así como una marca en la piedra que
parece dejada por un sabueso enorme, que deja además un olor sulfuroso
(sabuesos del Oscuro).
Como no puede ser de otra
forma Lan encabeza la marcha, mientras que los otros tres siguen sus
indicaciones. Aquí veremos que Perrin sigue con miedo a contactar on los lobos,
así como a soñar porque percibe que hay algo extraño en sus sueños (se da
cuenta de que no son sueños normales, algo que conoceremos en profundidad más
adelante pero de lo que ya hemos visto esbozos en el caso de Egwene). Además,
la influencia de los lobos se deja notar hasta el punto que piensa en los
distintos tipos de Engendros del Oscuro dándoles el nombre que les dan los
lobos.
Terminamos el capítulo con la
llegada a un pueblo donde evidentemente pasará algo, y donde tienen a un Aiel
encerrado en una jaula (recordemos que Min le dijo que dicha visión le
cambiaría la vida de forma fundamental). Dentro se enteran que aparentemente
dos nobles Cazadores del Cuerno junto con sus criados han luchado contra una
partida de veinte Aiel y les han derrotado, capturando con vida al de la jaula.
Evidentemente mienten, como se nota cuando Lan les pregunta un poco por lo
sucedido, pero tampoco le dan mayor importancia. Únicamente Moraine pregunta si
los Aiel (que a Perrin le siguen recordando a Rand) han causado algún problema
en la zona, y parece que no.
Para terminar tenemos a Perrin
fijándose en una joven de su misma edad y rasgos marcados de la que tiene un
pensamiento fugaz pero que es quien realmente le cambiará la vida. Su nombre
aún no lo pongo aquí pero para los que lo hayáis leído todo sabréis quién es.
Un capítulo entretenido, que
nos reubica al grupo perseguidor de Rand y nos recuerda quién lo compone. El
tema de las secuelas del ta’veren está muy bien llevado, y luego el salto a la
presencia Aiel hace que lo que está por venir interese más. Por cierto, el Aiel
encerrado también es un personaje importante de la saga, ya le iréis
conociendo.
Capítulo 7 – Una danza diferente: Seguimos con
Perrin, que yendo hacia la habitación descubre que hay una especie de Profeta
del Dragón, alguien que canta sus alabanzas (Masema). Una vez allí se pone
incómodo para no dormirse y empieza a darle vueltas al tema del Aiel y de la
chica. Hastiado de no encontrar respuesta va a la habitación de Moraine
esperando hablar con Rand.
Es curioso, pero la pilla
desnuda y cambiándose (y ni así pierde la compostura), hablan sobre Rand
(Moraine se refiere a viajar como si fuera un poder perdido y habla de su
sangre, como si conociera su procedencia). Sobre la chica le dice que no cree
que sea Amiga Siniestra, que quizá se siente atraída por él.
Tras la conversación Perrin
sale a la calle y libera al Aiel (que habla con formulismos entre los que se
incluye el nombre, el septiar (o clan) de procedencia y la asociación
guerrera). Éste dice llamarse Gaul y ser un Soldado de Piedra (organización guerrera
de los Aiel), además de confesar que está buscando al Que Viene con el Alba.
Ante ésta mención Perrin enseguida piensa en Rand, y le dice a Gaul hacia dónde
se dirige: a Tear. El Aiel acepta la información como algo normal, ya que sus
propias profecías hablan sobre Tear y que allí sufrirán una transformación.
Para terminar el capítulo
veremos a los dos jóvenes sorprendidos por un grupo de Hijos de la Luz, con los
que combates sin apenas tener tiempo a respirar y a los que derrotan
totalmente. Antes de irse Gaul le dice un par de formalismos más y desaparece
en la noche, dejando a Perrin ensangrentado, odiándose por haber matado y
descubriendo que la chica le ha visto y ha salido corriendo. Para rematar la
escena aparece Lan que, al ver el percal, decide marchar enseguida de la
población.
Éste séptimo capítulo es un
muy buen capítulo para ver cómo actúa Perrin: tras reflexionar hondamente sobre
el problema y sin tenerse en demasiada estima a sí mismo. Luego tenemos acción,
otra conversación con un Aiel (que da bastante información o que se entiende
mejor al conocer más a éste pueblo) y se precipita con la evidente huida en
plena noche que vendrá a continuación.
Capítulo 8 – El halcón: para la longitud que tiene éste
capítulo llama la atención lo poco que sucede y lo apresurado que se siente
todo. Lo primero es el título “el halcón” cuya idoniedad descubriremos al final
pero que hace referencia a las visiones de Min.
Todo empieza justo al terminar
el capítulo anterior, con lan y Perrin entrando a la posasda para buscar a sus
dos compañeros y saliendo por turnos los cuatro hacia los establos para partir
cogiendo una barca río abajo.
Lo curioso del caso viene
cuando en el último momento la chica de la posada salta a la barca y se pone a
hablar con perrin. Parece ser que es una cazadora del cuerno, una de entre 1000
y 2000. La chica dice llamarse Zarina Bashere (quedaros con el apellido), pero
quiere que la llamen Faile (que quiere decir halcón, de allí el título del
capítulo).
La chica parece inteligente, se
ha fijado y reconocido a Lan como Guardián y a Moraine como Aes Sedai y cree
que el grupo es algo lo suficientemente inusual como para seguirlo con la
esperanza de encontrar el Cuerno (aunque ella crea que está en Manetheren). La
conversación entre éstos dos personajes es entretenida, con Perrin más a la
defensiva y la chica tanteando en busca de información.
Como curiosidades del capítulo
están la actitud de Loial, que ya se toma una huida den plena noche de una
posada como algo normal y una nueva aventura que anotar en su libro; y luego lo
que llega a fijarse Perrin en Faile, de la que nos da una descripción mucho más
precisa e incluso nos cuenta su olor.
Creo que el capítulo tiene
como única finalidad mostrar al personaje de Faile y presentarle tanto por sus
recursos como por su inteligencia aparente; un personaje que parece salido de
la nada pero que tendrá una importancia capital en el futuro.
Capítulo 9 – Hija de la noche: Seguimos con Perrin en la
barca, buscando un sitio donde dormir con la esperanza de no Soñar al estar
lejos de los lobos. Va pensando en Zarina, en cómo Elyas pudo aceptar su parte
de lobo, como su hacha le parece algo repugnante. Hasta que encuentra un lugar
y se duerme.
Al otro lado se encuentra con
Saltador, que le lleva hasta un lugar para mostrarle algo. Allí ve una gran
sala llena de espejos en la que alguien de Tar Valon, de Tear y de Illian están
rindiéndole pleitesía a alguien al que llaman Gran Señor. Dicho personaje no es
otro que Ba’alzemon (incluso hace un gesto hacia la zona de la herida que le
produjo Rand), escena que cambia cuando Ba’alzemon mata al hombre de Tar Valon
por haber permitido la fuga de Mat.
Tras esto aparece un personaje
ya conocido: Lanfear, quien declara que el Mundo de los Sueños le pertenece y tiene
una discusión dialéctica con Ba’alzemon.
Acabado todo vuelve a una zona “segura” donde Perrin
aprende que todos los lobos muertos van al mundo de los sueños. Lo curioso
viene después, cuando pensando en sus cosas acaba topándose con un Rand en pleno
enfrentamiento con Myrddraal y trollocs a los que va eliminando usando el Poder
único. Digo que es curioso porque además de encontrarse, Rand le ataca con
poder al verle, a lo que Perrin despierta con una quemadura en el pecho y se
dispone a informar a Moraine.
Luego saltamos a la
conversación la Aes Sedai, otro tira y afloja en el que Perrin lo cuenta todo
sobre el sueño y Moraine apenas le cuenta algo a él: los sueños (de Perrin) son
reales y lo que sucede allí es real también, con lo que los Renegados deben
estar sueltos por el mundo, al menos algunos. También le dice que es por su
afinidad con los lobos, algo de lo que hablan antiguos tratados de las
Soñadoras. Para terminar le habla también de Zarina, de la que sólo aprende que
debe de Saldea por su nombre.
La parte de Perrin termina con
éste subiendo a cubierta y viendo tanto a Lan como a Zarina haciendo sus cosas.
Pero la parte de Perrin no es
el final del capítulo, tenemos también un nuevo salto a Rand, en ésta ocasión
despertando con dolor en el costado (donde tiene la herida de la batalla de
Fame) y recordando que ha estado a punto de matar a Perrin en el sueño. No se
dice explícitamente pero se ve que el protagonista está siguiendo camino por
tierra, no en vano se acercan a su hoguera una mercader y sus guardias. Lo más
raro del capítulo viene a continuación, cuando Rand los mata a todos con la
espada y el uso del poder, pensando (o sabiendo) que iban a por él, y
dejándonos la duda sobre su cordura. Sigue hacia Tear a por Callandor.
Hacía un tiempo que no
teníamos una escena de Sueño, y en ésta hemos aprendido alguna cosilla más,
pero sobretodo vamos viendo la relación entre Perrin y el mundo onírico, el que
los Renegados estén libres y el aparente poder de Saltador en dicho mundo.
En la conversación con Moraine
pasa lo de siempre, un personaje sincerándose para recibir frialdad y
distancia, con la manía Aes Sedai de guardarse información lo único que
consigue es que Perrin sea algo más desconfiado de aquí en adelante.
Y el remate es Rand, otro
pequeño vistazo a su viaje que nos deja con la duda sobre si está cuerdo o ha
empezado a volverse loco, nos recuerda lo que supone para él usar el poder y
vemos lo decidido que está a cumplir con su deber.
No diré que es de los mejores
capítulos, pero sí que es de esos en los que las escenas tienen tanta fuerza
que te atrapan desde el principio hasta que terminan.
Capítulo 10 – Incendios en Cairhien: De nuevo cambiamos de
grupo tras unos pocos párrafos centrados en Rand. En ésta ocasión empezamos con
Egwene en un barco a la altura de Cairhien mirando cómo en ese país hay aldeas
quemadas hasta donde alcanza la vista por culpa de la guerra civil. Mientras
mira la orilla va pensando en cómo les tratan los marineros, que las toman por
Aes Sedai al llevar el Anillo de la Gran Serpiente; pero sobretodo piensa en
sus Sueños y en lo que pueden significar (recordemos que es una Soñadora).
También se nos informa que han usado el ter’angreal de los Sueños todas las
noches, sin encontrar información útil más allá de la necesidad de ir al
Corazón de la Ciudadela.
En plena ensoñación aparece
Elayne, con la que habla un poco de los Cairhien, hasta que el barco en el que
van choca contra un barco hundido. Parece que las chicas tendrán que andar
hasta el pueblo más cercano para coger un barco (deciden ir por la orilla
cairhiena por tener el pueblo más cercano). Para su desgracia sólo pisar tierra
y alejarse un poco del barco les sorprende alguien (Aiel por la descripción)
tras salir de un arbusto.
En éste capítulo se ponen de
manifiesto algunas cosas interesantes. La primera el pique que hay entre Egwene
y Nynaeve, que no aceptan el cambio de rol sufrido desde que salieron del
pueblo, y no se tratan como iguales (a lo que Elayne debe mediar como puede).
Tenemos también varias
descripciones de los Sueños proféticos de Ewgene, que como se cumplen en su
totalidad no voy a enumerar por no hacer spoilers, si queréis verlos mirad el
libro y veréis que hay un montón. Entre ellos el único que descifra: a Mat le
persigue un Hombre Gris (algo que ya sabemos).
Nos encontramos de nuevo en un
capítulo de salto de grupo y reubicación, con las tres chicas libres de nuevo y
dirigiéndose a Tear, y con esa dinámica de grupo tan particular que tienen en
éste momento de la historia.
Capítulo 11 – Doncellas Lanceras: Como reacción de sorpresa
encauzan todas menos Nynaeve (no está enfadada, recordemos que tiene un
bloqueo); pero se dan cuenta que se trata de una mujer (Aiel), que por su
aspecto podría ser incluso prima de Rand.
La chica se presenta como
Aviendha y aparecen otras cuatro Aiel (Doncellas Lanceras) entre las que
destacan Bain y Chiad. Resulta que una compañera ha resultado herida y
necesitan la ayuda de una Aes Sedai. Nynaeve no se lo piensa y se disponen a
ayudar.
Durante el camino conversan un
poco con Aviendha y las otras, descubriendo algunas cosas de la cultura Aiel
que nos sonarán a chino a éstas alturas, pero que nos sacarán una sonrisa si ya
hemos leído la saga. Entre lo más destacable está que los Aiel tienen a unas
mujeres llamadas Sabias, que también pueden Curar (con lo que deben Encauzar),
que en el Yermo no hay corrientes que no se pueden salvar de una zancada (de
allí su miedo a los ríos o al concepto de nadar), que existen lazos de
parentesco elegidos y formalizados mediante riturales o que existe un lugar
llamado Rhuidean.
Ya con la herida, Nynaeve
consigue enfadarse para Curarla y dejarla incluso sin cicatriz alguna, en una
demostración de lo poderosa que es. Mientras se lleva a cabo la Curación las
chicas siguen hablando con Aviendha (para tranquilizarse mutuamente). En ésta
continuación de la conversación anterior descubren que los Aiel jamás dañarían
a una Aes Sedai, ya que creen que antes del Desmembramiento del Mundo eran sus
sirvientes, les fallaron y fueron desterrados a la Tierra de los Tres Pliegues;
ahora creen que si vuelve a fallar a las Aes Sedai serán destruidos. Lo curioso
del caso es que sólo las Sabias y los jefes de clan saben en qué fallaron, y
nosotros no lo descubriremos hasta la recta final de la saga.
Éste onceavo capítulo vuelve a
ser de esos que tanto me gustan a mí, uno en el que te sientes desubicado al
recibir tanta información, con un choque cultural entre dos pueblos que apenas
saben nada el uno del otro. Esto me gusta porque te sientes por un momento como
los personajes del libro, entendiendo a medias de qué están hablando, pero con
el plus de entenderlo todo si ya sabes de qué va.
Por si fuera poco descubrimos
retazos de información importantísimos (Rhuidean, el fallo a las Aes Sedai, la
existencia de las Sabias…) y a tres personajes que tendrán mucho recorrido, en
especial Aviendha.
Muy bien capítulo que sigue
introduciéndonos a los Aiel poco a poco, uno de los pueblos favoritos por los
lectores de la Rueda del Tiempo (y de los más profundos culturalmente de la
misma).
Como curiosidad final está una
momento en que Egwene Encauza y Aviendha intenta tranquilizarla, como si
hubiera notado algo.
Capítulo 12 – Hebras del Entramado: Encontramos el primer
capítulo largo del libro, que empieza cuando se separan de las Aiel y siguen
camino hacia un pueblo cercano a por una embarcación. Aunque no sin antes
recibir el tratamiento de Sabias y descubrir que buscan al que Viene con el
Alba, un hombre nacido de Doncella Lancera y con sangre extranjera que se
criará lejos de los Aiel (2+2=Rand).
Descubriremos también que la
Guerra de Aiel no fue tal para éste pueblo, fue simplemente una ejecución hacia
el rey de Cairhien por haber talado el árbol Avendoraldera, una muestra de
afecto entre los dos pueblos que durante 400 años comerciaron en paz, algo que
sólo hacen con los juglares, los buhoneros y los Tuatha’an. Así como de pasada
se dice que Rand se parece a Tigraine, desaparecida reina de Andor anterior a
Morgase, un dato que queda en el aire pero que se expandirá bastante en el
futuro. Y también se dice de pasada que hay países más allá del Yermo, algo que
también tendrá cierta importancia.
En plena discusión el grupo de
amigas es tomado por sorpresa y dejado inconsciente mediante el uso de hondas.
Tras despertar y recibir sendos golpes en la cabeza despiertan de nuevo en una
habitación dentro de un campamento de más de 100 hombres. Parece ser que las
han drogado y están esperando que venga un comprador a por ellas, alguien que
paga por las Aes Sedai. Mientras no llega el comprador Egwene despierta a sus
amigas y descubren con consternación que Elayne tiene la cabeza partida y que
está cerca de morir; por suerte Nynaeve consigue curarla incluso sin sus
hierbas, superando un primer bloqueo para usar el Poder.
Al rato, cuando las tres
chicas se disponen a salir y matar a todo aquél que se interponga en su camino
aparece el comprador: tres Myrddraal que parece reconocerlas por sus
pertenencias. La suerte o la previsión de Aviendha hacen que antes de que
empiece nada aparezca un grupo de Aiel y acabe en un suspiro con los soldados,
dejando acorralados a los tres Fados. Ése es el momento que usan las chicas
para destrozar con el Poder a los seres de la Sombra, llegando a usar Nynaeve
un fuego similar al que usó Rand en su momento y que Egwene cree que es Fuego
Compacto (otro dato a recuperar más adelante).
Entre los Aiel sólo quedan 19
supervivientes, destacando la muerte de la chica a la que había curado Nynaeve
y la presencia en el grupo de Aviendha, bain, Chiad y un tal Rhuarc, el primer
hombre al que ven las protagonistas y que parece ser un jefe de clan (del de
Aviendha), un hombre de cierta edad que está aquí por orden de cuatro Sabias
(Amys, Bair, Melaine y Seana), una de las cuales es su mujer.
Es de destacar el aspecto
letal que tienen los Aiel incluso en reposo, el que Rhuarc reconozca el anillo
Malkier de Lan que lleva Nynaeve o el que las Sabias sepan algo sobre los
Sueños. Los Aiel proporcionan caballos (de los bandidos) a las chicas y las
acompañan corriendo un tramo (aquí vemos que mantienen el ritmo de un caballo
durante más de treinta kilómetros). El grupo se despide antes de llegar a la
población cercana, deseándose buen viaje.
Una vez en el pueblo se
encuentran con una guarnición de soldados andoreños que no reconocen a Elayne)
enviados a la frontera para ayudar a los refugiados. Por suerte hay un barco
fondeado en la población, barco que no dudan en tomar.
Un capítulo largo y lleno de
acción en el que hacemos algunos descubrimientos (Rhuarc o el Fuego Compacto a
la cabeza), pero curiosamente vuelven a ser de esos datos que se nos escapan
por no tener aún toda la información necesaria y que será más adelante cuando
comprendamos en toda su magnitud.
Igual queda un poco ridículo
lo fácilmente que son reducidas las chicas, pero el resto del capítulo está
bien armado desde el punto de vista de Egwene. Dando la impresión de que el
mundo está lleno de peligros y no deben fiarse en ningún momento.
Buen capítulo, no se hace
largo en ningún momento y deja con ganas de seguir leyendo el viaje de las tres
amigas (sí, incluso con la tensión entre Egwene y Nynaeve las siento como un
grupo de amigas).
Capítulo 13 – Un acto de heroísmo: Dejamos a las chicas y
volvemos con Mat, que ha llegado ya a la ciudad andoreña y amurallada de
Aringill. Su barco ha tenido una travesía tranquila, cruzándose incluso con el
que llevaba a las chicas.
Al bajar del barco se dan
cuenta que la ciudad se parece más a un campo de refugiados que a otra cosa,
con multitud de barcas yendo a la linde cairhiena y trayendo más y más gente.
Todos apiñados por la calle y con cara de hambre, un hambre que emporará cuando
los guardias andoreños por orden de la reina dejen de permitir cruzar a nadie
(algo impropio de ella según Thom, y una perlita sobre lo que puede estar
pasando en Andor).
En una de las posadas que
visitan consiguen algo de comer y un par de caballos, así como una cama en los
establos (jugándoselo a los dados, algo que Mat sigue haciendo y a lo que sigue
ganando de forma regular). En plena noche y cuando tanto él como Thom están a
punto de dormirse aparece una mujer aparentemente en apuros, a la que
inmediatamente sigue un grupo de cuatro hombres con intención de acabar con
ella. Mat no puede evitar intervenir y deja inconsciente al grupo, descubriendo
que la mujer se llama Aludra (10 a 20 años mayor que él y bastante atractiva) y
que el grupo de hombres son iluminadores que la siguen desde la noche en que
murió el rey de Cairhien, noche en la que Rand y los demás destrozaron los
fuegos artificiales que ella había preparado. Desde ese momento huye y intenta
ganarse la vida vendiendo fuegos artificiales.
Como muestra de gratitud les
regala suficientes fuegos como para bolar una casa, momento en el que se
despide (dirección a Lugard, la volveremos a ver) y Mat y Thom deciden dejar la
ciudad antes de meterse en problemas.
Llama la atención lo que ha
degenerado la situación, con gente pasando hambre por lo que sucedió en una
noche y que pasó algo desapercibido en su momento (muerte del rey y explosión
en la sede de los Iluminadores). Llama la atención también que Mat intenta
hacerse el duro, pero los actos hablan por él: da limosna a una madre y salva a
una damisela en apuros. Mencionar solamente ésta aparición de Aludra como una
buena introducción para otro personaje que será recurrente y el detallito de
Morgase haciendo cosas impropias.
Buen capítulo, con acción,
descripción de lo que está sucediendo y a Mat ya completamente en su papel.
Capítulo 14 – El juramento de un cazador: Tercer capítulo
consecutivo en el que damos un salto, haciéndose evidente el carácter más
introductorio o recordatorio de los capítulos anteriores (y el buen tino del
que decidió partir el libro oringal por allí). En ésta ocasión volvemos con
Perrin, que está llegando a Illian con el resto del grupo (una ciudad
construida sobre una marisma, con múltiples astilleros, de temperatura elevada,
muy bulliciosa, llena de torres y palacios y con los edificios blancos
coronados por tejados de colores). El joven rememora el viaje por río y la
animadversión entre Moraine y Zarina (que a Lan parece divertirle y que Zarina
lleva sorprendentemente bien), así como las continuas disputas de él con la
chica.
El antiguo herrero va dándole
vueltas a lo que puede significar Zarina respecto a las profecías de Min, y
quién será el azor. Además, parece que sigue soñando con Saltador, algo a lo
que se está acostumbrando.
Al bajar del barco se produce
una confrontación entre Zarina y Moraine en la que la primera acepta todas las
condiciones de la segunda con tal de seguir con el grupo (básicamente hacer
todo lo que diga Moraine y no preguntar ni decir nada a nadie). Para sorpresa
de Perrin acaba siendo el encargado del comportamiento de Zarina, con una breve
discusión entre ambos en la que recuerda a Rand y a Mat y acaba llegando a la
conclusión de que todos los hombres acaban claudicando ante las mujeres.
En ésta ocasión nos
encontramos con un capítulo agradable y relativamente corto que nos acaba de
unir Zarina (o Faile como insiste que le llamen) con el buenazo de Perrin. Una
unión que durará y de la que vemos ya ciertas particularidades (como que Faile
disfrute de una discusión).
Capítulo 15 – Aligerar el Tejón: En éste capítulo de
duración moderada (más de 15 minutos) seguimos con el grupo de Perrin
adentrándose en la ciudad, lo que nos da una mejor descripción de la ciudad y
de sus gentes (mucho ruido, sonidos de herreros que despiertan nostalgia en
Perrin, grandes canales a lo Venecia, olor a sal y agua; un lugar bonito donde
vivir).
Pero dentro de esa bonita
estampa el grupo está inquieto, parece que notan algo rato en el ambiente que
hace raro también el ambiente entre ellos. Loial por miedo a encontrar Ogier
que le lleven de vuelta al stedding, Perrin picado con Zarina (a la que ya encuentra
bonita) y Moraine y Lan con una tirantez poco habitual en ellos.
Al final llegan a una posada
donde su dueña es evidentemente informadora de Moraine. Allí descubren que hay
un nuevo lord en el Consejo de los Nueve al que nadie conocía apenas una semana
antes de que entrar en él; un lord con el que parece que mucha gente sueña
(lord Brend). Algo en éste hecho hace que Moraine se asuste.
Durante la cena descubren que
los Ogier dejaron la ciudad sin acabar el trabajo (algo impensable) y se
encierran todos en un silencio nada cómodo. Durante dicha cena Perrin huele un
olor a algo maligno, y descubre que entra un grupo de seis hombres al que nadie
ha mirado. Al ver que sacan armas y se dirigen hacia él da la voz de alarma y
se monta un combate rápido en el que matan a todos los agresores (y Moraine se
descubre como Aes Sedai). Parece que eran hombres Grises, y en todo momento han
ignorado al resto e ido a por Perrin.
Éste suceso tan inesperado
hace que Moraine tome una decisión, abandonado al grupo tras unas agrias
palabras con Lan y diciéndole que cuide de Perrin, que su condición como
ta’veren puede ser útil en el futuro.
Éste capítulo tiene bastante
información encerrada, como el miedo, la incertidumbre, la crispación y
posterior resolución de Moraine; unos sentimientos que empiezan al saber lo del
lord y los sueños. Por ir aclarando os diré que se trata de uno de los
Renegados, y que al haberse descubierto en la ciudad no le queda otra que hacer
algo al respecto.
Por lo demás es agradable que
Loial hable algo más, porque a veces da la sensación de ser más un paquete que
un auténtico compañero dentro del grupo; y cómo Zarina se va haciendo poco a
poco un hueco entre ellos (y más en la mente de Perrin).
La escena de acción final
sorprende porque se demuestra que las Aes Sedai y los guardianes no detectan a
los Hombres Grises, lo que les convierte en una anomalía entre los Engendros de
la Sombra.
Buen capítulo con emocionante
conclusión.
Capítulo 16 – Hermanos en la sombra: De nuevo el cambio de
capítulo es una pausa para seguir en el mismo sitio, con Lan preguntando cómo
ha percibido a los Hombres Grises (el olfato) y pidiendo ayuda para mirar los
alrededores de la posada (él no los percibe). Salen fuera.
En el exterior descubren
pisadas en la piedra (ya habían salido), pero ésta vez Lan le explica a Perrin
que se trata de los Sabuesos del Oscuro, unos seres que dejan rastro en la
piedra pero no en cualquier otra superficie, y que parece que éste ha rastreado
a su presa e ido a informar a su amo. Los Sabuesos del Oscuro son unos seres
temibles, que no se ven desde la Guerra de los Trollocs y que deberían haber
podido percibir (lo que implica que alguien los estaba escudando de alguna
manera). Ante ésta revelación decide marcharse a por Moraine para avisarla.
El resto (Loial, Zarina y
Perrin) vuelven a la posada, éste último con la intención de visitar el Sueño
de Lobo y aprender algo más de Saltador. Por primera vez accede al Sueño a
voluntad, percibiendo a Mat jugando con Ba’alzemon y a las chicas saltando
dentro de una trampa. Luego consigue hablar con Saltador, que al oír lo de los
Sabuesos del Oscuro (a los que llama Hermanos de la Sombra), le advierte que
huya, que son demasiado peligrosos, así como un signo de que la Última Cacería
está cerca.
Perrin despierta del sueño,
encontrando a Zarina en su habitación. La chica está harta de tanto secreto y
le pregunta sobre todo lo que ha observado desde que está con ellos, pero antes
de que Perrin pueda contestar aparece Moraine en la habitación, diciendo que
los Sueños de Perrin son commo los de una Soñadora y que un Renegado gobierna
en Illian.
Otra vez nos encontramos ante
un capítulo intenso incluso sin acción, que da respuesta a algunos
interrogantes planteados (lo de las huellas en la piedra o lo del nuevo Gran
Señor de Illian) y pone al grupo en una nueva situación: en una ciudad con un
Renegado y sabiendo éste que están allí.
Quitando el tema de la
tensión, empieza a hacerme gracia el brevísimo flirteo entre Perrin y Zarina,
con el primero sin saber muy bien cómo actuar y la segunda pinchándole por
diversión.
Capítulo 17 – Persecuciones: Tras la revelación de Moraine y
el especificar que el Renegado es Sammael el grupo se viste y se va. Es
sorprendente que Zarina decida acompañarles, al parecer por la gloria (aunque
Perrin seguro que tiene algo que ver).
Al parecer Lan ha matado al
sabueso del Oscuro, así que tardarán un poco en seguirles el rastro. Ensillan sus
caballos (Zarina es buena amazona) y van deduciendo que los Hombres Grises los
mandó otra persona, así que es posible que Sammael no sepa quién es Perrin. En
plena conversación a Perrin se le escapa que Rand es el Dragón Renacido,
momento en el que Moraine advierte a Zarina que ya no podrá echarse atrás.
Evidentemente la joven está alucinando.
Ya fuera de la ciudad y con la
lluvia amainando deciden plantar cara junto a una estatua derruida (de un
Ogier), porque los Sabuesos no descansan nunca y su única oportunidad es
combatirles (les oyen desde hace un rato).
El combate es breve, pero les
da tiempo a ver que son diez perros enormes con olor a azufre que corren más
deprisa que un caballo. De los diez Perrin consigue abatir a uno con su arco,
pero los otros nueve los volatiliza Moraine con el Poder, usando algo que dice
que está prohibido, que lleva 2.000 años sin usarse y cuyo conocimiento podría
causarle la neutralización (evidentemente es el Fuego Compacto, algo que tanto
Rand como Nynaeve han aprendido a usar por sí mismos).
Tras el combate se les escapa
otro retazo de información: Mat tocó el Cuerno de Valere, así que es posible
que tenga sus propios perseguidores. Y como no podía ser de otro modo la pobre
Zarina empieza a darse cuenta de dónde se ha metido.
Cuando parece que el capítulo
finalizará así, tenemos un nuevo salto en el espacio para acompañar a Thom y
Mat en una agradable acampada junto al fuego (con Mat abriendo un fuego de
artificio, no ha podido resistirlo). Los dos están hartos de dormir al raso ya
que en ningún pueblo quedan camas libres (a causa de los refugiados
Carihienos).
Como no podía ser de otro modo
la fogata amistosa acaba en combate sangriento cuando una mujer y tres hombres
les atacan sin apenas mediar palabra. El combate vuelve a ser rápido (como lo
son todos en la realidad) y acaba con todos menos uno de los hombres muertos,
todos por la mano de Thom y sus cuchillos.
Antes de irse de nuevo al
camino Mat se da cuenta de que uno de los hombres era de los que le atacaron en
el barco, de lo que deduce que le persiguen a él para matarlo. El motivo? Cree
que la carta, aunque no contenga nada de importancia. El motivo real? Es
ta’veren.
Puff, la de cosas que pasan en
éste interesantísimo capítulo en el que no solo conocemos y ubicamos a un nuevo
Renegado (de trece que son), sino que sabemos más del Fuego Compacto y de los
Sabuesos del Oscuro, además de acabar de integrar del todo a Zarina en el
grupo. Y el remate del trocito de Mat ya acaba de dejarlo por todo lo alto (y
nos lo reubica antes de recuperarlo en el siguiente capítulo).
Capítulos como éste son los
que deberían leer aquellos que dicen que en ésta saga no hay acción, y es que
no solo la hay, sino que está en un nivel altísimo.
Capítulo 18 - Caemlyn: Al fin Thom y Mat llegan a la ciudad
de Camelyn, de la que tenemos otra buena descripción. Es curioso ver cómo Mat
no recuerda apenas nada de su anterior visita, y admite tener bastantes lagunas
en su memoria (por la Daga, sin duda).
Al llegar Thom se despide de
Mat y se citan en la Bendición de la Reina, la posada en la que estuvo con
Rand. Mat se va al palacio a entregar la carta y quitarse el peso de encima.
La escena del palacio no deja
de ser curiosa, con Mat intentando explicarse y recibiendo insultos por
respuesta. La tensión con los guardias llega hasta tal punto que tiene que
volver a la posada sin entregar la carta y amenazado por la guardia.
Ya en la posada se encuentra a
maese Gill (el dueño) jugando a las damas con Thom. Allí se entera que hay un
nuevo consejero en palacio, un tal lord Gaebril, alguien que se ha vuelto tan
cercano a Morgase que ha conseguido que desterraran a Gareth Bryne, cambiaran a
la mitad de la guardia de palacio y las relaciones con Tar Valon se tensen
hasta el punto de haber incluso rumores de guerra. Y Mat, visto que no le será
fácil llegar hasta Morgase decide colarse en palacio (siempre optando por las
mejores ideas).
En general es un capítulo en
el que sucede poca cosa, de reencuentro con Camelyn y algunos secundarios
entrañables (la relación de la cocinera con Gill, o que ésta recuerde a Rand
como un príncipe que se parecía a la desaparecida reina Tigraine). Pero
sobretodo es un capítulo para seguir reencontrándonos con Mat, con ese Mat que
en lugar de intentar volver a entregar la carta con el cambio de guardia decide
colarse en el palacio y llegar hasta la reina.
Capítulo 19 – Un mensaje de la Sombra: El plan para colarse
de Mat consiste en usar la misma pared por la que cayó Rand al jardín de palacio.
Una vez dentro, y mientras se encamina hacia donde quiera que esté la reina,
oye la conversación entre dos personas, a una la llaman Gran Señor (un
Renegado), y da órdenes de matar a Elayne y a sus dos compañeras. Dicho
Renegado sabe que Rand va a por Callandor, pero se lo dejará al renegado que
hay en Tear,
Saliendo por patas y sin saber
qué es el hombre al que ha oído hablar se dirige hacia el interior del palacio,
encontrándose con un joven teniente de la guardia de la reina (Tallanvor,
segunda vez que sale y no será la última). El joven ve el sello en la carta de
Mat y le lleva ante su reina.
Allí Mat le da la carta a la
reina, y cuando va a decirle lo del complot para acabar con Elayne se da cuenta
de que el consejero de la reina es el que ha mandado matar a su hija: lord
Gaebril. Durante la conversación parece cambiar el parecer de Morgase cada vez
que el hombre la toca, comportándose ésta más como una adolescente enamorada
que como la reina de genio pronto que se supone es. Por una vez Mat actúa
juiciosamente al hacerse pasar por otra persona, recibiendo dinero como premio
por llevar la carta y siendo escoltado por Tallanvor hacia el exterior del
palacio. Eso sí, antes de irse oye cómo Gaebril le va poniendo en la mente a
Morgase que debería reclamar el trono de Cairhien.
Estamos ante un capítulo
tenso, primero por si pillan a Mat colándose en palacio y luego al descubrir
que quien tira de los hilos en la capital andoreña es un Renegado. El ver que
hay uno aquí en Andor nos hace ver que se están distribuyendo por el mundo,
cada uno con sus planes e intentando evitar conflictos entre ellos, por ahora.
Por otro lado hace gracia ver
a Tallanvor, un personaje que tendrá su protagonismo y que ya a éstas alturas
se siente como algo más que un secundario de un par de frases.
Capítulo 20 – Una carrera contra la Sombra: Capítulo algo
más corto en el que Mat consigue salir de palacio con la ayuda de Tallanvor
(fiel siervo de Morgase, que no de Gaebril) y se encuentra brevemente con el
que no le dejaba pasar (no va más allá de un par de miradas).
Una vez en la posada habla
abiertamente con Thom y maese Gill, descubriendo que Gaebril dice venir de la
zona cercana a Dos Ríos y que apareció cuando Morgase estaba en Tar Valon,
sofocando una revuelta incipiente y poniéndose rápidamente del lado de la
reina. Morgase le dio el puesto de Elaida al volver. Para el posadero no es
trigo limpio, creyendo que los guardias que ha promocionado él no son de fiar,
y habiendo tenido algunos sueños extraños (parece que la presencia de un
Renegado causa sueños perturbadores, al menos en Andor e Illian).
Mat piensa que igual quiere
ser rey, pero parece que en caso de muerte de Morgase y Elayne debería haber
una reina, honor que recaería en Dyelin, prima de la actual monarca (y
personaje con cierto fondo para más adelante).
Antes de partir hacia Tear
para salvar a las chicas (con Thom) levantarán el rumor de lo que quiere hacer
Gaebril, con la esperanza que Morgase reaccione.
En general es un capítulo de
transición, que no va más allá de confirmarnos que es un Renegado y que a
Morgase le pasa algo raro. Bueno, y la frase final de Mat en la que considera
que tiene una apuesta con Gaebril (palabras proféticas que creo recordar no
llegan a cumplirse).
Capítulo 21 – En el mismo oficio: De nuevo volvemos con el
grupo de las chicas, que ha llegado ya a Tear tras un viaje lleno de mareos.
Han sido inteligentes, y usando un nombre falso han escondido los anillos de la
Gran Serpiente.
Antes de bajar Egwene hace
inventario de los sueños que ha venido teniendo, ya sea sola o usando el
ter’angreal (que parece provocar adicción). Destacan uno en el que los Capas
Blancas usan a maese Luhhan (el herrero de Dos Ríos) como cebo, uno en el que
Perrin va con un halcón en el hombro, otro en el que éste debe decidir entre
seguir con el hacha o volver al martillo, a Mat jugando a dados con el Oscuro,
al mismo Mat diciendo que ya va, o a Rand rodeado de seis hombres y cinco
mujeres intentando llegar hasta Callandor. Todos son bastante evidentes menos
el primero (que ya se verá) y el último, en el que los once personajes
misteriosos no son sino los Renegados que quedan con vida.
En la ciudad vemos una breve
descripción de los barrios exteriores, con zonas enfangadas, edificios de
madera, mal estado, con olor a pescado siempre presente, hombres y mujeres
usando una especie de zancos cortos y unos extraños gorros de paja cónicos. Pero
lo que más llama la atención es la Ciudadela de Tear, una construcción que
parece una montaña y que tiene cientos de kilómetros cuadrados. Una
construcción que fue la primera fortaleza construida tras el Desmembramiento
del Mundo y que se hizo usando el Poder Único.
Piensan en buscar a un
husmeador para encontrar a Liandrin y a las otras, y Nynaeve propone no
hospedarse en una posada, por si las del Ajah Negro las están buscando. Así, va
buscando entre las casas hasta encontrar la de una mujer que se dedica al
oficio de Zahorí.
Como excusa para entrar en
casa de la Zahorí usan los mareos de Nynaeve, y sin mentir en ningún momento le
cuentan a la mujer que les han robado y que están persiguiendo a unos Amigos
Siniestros. Tras una conversación sobre el oficio entre la Zahorí y Nynaeve
sobre hierbas y tratamientos parece que empiezan a tener cierta confianza,
hasta el punto que les deja hospedarse en su casa y les va a buscar a un
husmeador llamado Juilin Sandar.
Para terminar el capítulo
tenemos a Egwene portándose un poco infantil con Nynaeve, a lo que Elayne ya
harta le da un sopapo a ver si reaccionan.
Un capítulo algo largo que nos
sirve tanto para darnos una idea de cómo es Tear y sus gentes respecto a las
otras grandes ciudades (y esa descomunal Ciudadela) y ver que las chicas están
siendo precavidas en su búsqueda del Ajah Negro, haciendo pasos meditados y
prudentes.
Las menciones de los sueños
(proféticos todos), el que en Tear tengan pesadillas (por un Renegado), la
tensión entre las antiguas amigas o la Zahorí de Tear son el resto de elementos
a tener en cuenta dentro del capítulo.
La verdad es podría haber
contado lo mismo con algo menos de extensión, pero Robert Jordan escribe tan
bien que se hace interesante incluso leer sobre cómo la Zahorí les prepara el
té.
Capítulo 22 – Una tormenta en Tear: De nuevo nos encontramos
ante un capítulo largo (más de 20 minutos), que parece serán la tónica en éste
final de libro, cuando los personajes van convergiendo en el mismo punto.
De entrada tenemos a las
chicas en casa de la Zahoría (Ailhuin) recibiendo la visita del husmeador que
han pedido y contándole que debe buscar a trece mujeres, de las que le dan su
descripción. Juilin parece un hombre honrado, ya que, entre otras cosas, no
acepta más que su tarifa habitual por encontrarlas. Le dicen que son peligrosas
asesinas, y que no se arriesgue.
Antes de dejar a las chicas
tenemos a Nynaeve notando una tormenta inminente y a Egwene internándose en el
Tel’aran’rhiod. Allí ya ha descubierto cómo desplazarse: deseando estar en otro
lugar e imaginándolo; así que se imagina en la sala donde está Callandor, y se
queda mirando a Liandrin cara a cara, por suerte en ese momento aprende a
despertar por sí misma del Sueño. Al despertar empieza la tormenta.
En ese momento saltamos a Mat
y Thom jugando en un barco que acaba de llegar a Tear en plena tormenta
(uniendo las líneas temporales de los dos grupos). Mat ha dado prisa al capitán
de su barco, así que han llegado en tiempo récord.
Al llegar a la ciudad dejan
sus cosas en una posada (regentada por un tal Cavan Lopar) y se van a indagar
por las demás posadas de la zona. Tras mojarse y pasar por más de veinte
posadas aparecen en la puerta de una última (tras la cual irán a dormir), con
la Suerte de encontrar a Comar dentro (el asesino enviado a matar a las
chicas).
Comar está jugando a los
dados, unos dados que Thom enseguida reconoce como trucados. Pero Mat no puede estarse quieto, así que
apuesta con Comar y consigue ganarle incluso contra los dados trucados (su
suerte es ya extrema, doblando las probabilidades). Éste, al ver que ha perdido
y recibir una pregunta sobre las chicas de Mat, desenfunda y ataca al joven de
Dos Ríos, con tan mala suerte que en un forcejeo cae de espaldas y se mata.
Con un panorama tan dantesco,
Mat y Thom abandonan la posada y vuelven a sus aposentos, con la promesa del
posadero de que dará la descripción de otra persona, la de un joven con el que
ha soñado (cuya descripción es la de Rand).
Ya en su propia posada Mat se
da cuenta de que su suerte funciona mejor cuanto más aleatorias son las
condiciones, así que los tres días siguientes se los pasa dando vueltas sin ton
ni son, bajo la lluvia y llevando a Thom hasta el constipado. Sin encontrar a
nadie. No se da cuenta de que el lugar en el que desembarcó está enfrente de la
casa en la que se hospedan las chicas.
Un buen capítulo con dos
grupos protagonizando la acción, del lado de las chicas poco que destacar
quitando la aparición de Juilin y el encontrar a las Aes Sedai del Ajah Negro
en el mundo de los sueños, ahora ya saben que están en Tear.
Por el lado de Mat tenemos
funcionando a la vez el ser ta’veren con su suerte desmedida, pasando a su
alrededor fenómenos cuanto menos imposibles.
Hay un par de comentarios de
pasada bastante interesantes, como Thom diciendo que Mat podría tener ciertas
aptitudes militares o Mat soñando con Rand en los días que pasa en Tear (lo que
viene a querer decir que está cerca).
Un buen capítulo, bastante más
movido que el anterior, que se devora sin darte cuenta y te deja con ganas de
más.
Capítulo 23 – El martillo: Nuevo capítulo de cierta longitud
con Perrin de protagonista, ahora en tres escenas muy interesantes.
En la primera tenemos al grupo
llegando a Tear, preocupados por el paradero de Rand y con una nueva
descripción de la ciudad, en ésta ocasión poniendo énfasis en los olores.
Mientras buscan una posada para planear sus movimientos Perrin le da vueltas a
las profecíasd e Min: el halcón, el zaor y el gitano con espada. Siguen
haciendo hincapié en que busca a los lobos de forma instintiva, sintiéndose
vacío cuando no los nota cerca, y hacen hincapié también en que ocultan tanto
el Estandarte del Dragón como la Capa de Guardián o el Anillo de la Gran
Serpiente.
La segunda escena tiene lugar
cuando Perrin deja la posada para ir a una forja adyacente a la misma. En éste
nuevo escenario vemos cómo el joven se siente como en casa, entre las
herramientas y olores del oficio. En la herrería se pone a trabajar casi sin
mediar palabra para el hombre que la regenta, haciendo primero un cuchillo y
luego aceptando la oferta de ayudar al herrero hasta que cae la noche. Tras una
jornada de duro trabajo se da cuenta de que Zarina le ha estado observando (de
forma un tanto descarada). Y antes de volver a la posada recibe elogios del herrero,
así como un martillo de la profesión.
La última escena es la reunión
propiamente dicha. En la reunión Moraine informa al grupo que el Gran Señor
Samon no es ni más ni menos que otro Renegado, en ésta ocasión Be’lal (quien
según Loial fue conocido por la invidia que le inspiraban tanto Lews Therin
como Ishamael o Lanfear, además de ser un espadachín competente y un gran
general de la Luz antes de pasarse a la Sombra; en sus tiempos le llamaban el
Tejedor de Redes). La conclusión de la reunión no es otra sino la necesidad de
Moraine de acabar con Be’lal, ya que cree que está esperando la aparición de
Rand para robarle Callandor y matar al Dragón. Para ello dice que usará Fuego
Compacto, en una misión junto a Lan que empezarán en breve. Para terminar Lan apunta
que ha visto Aiel en la ciudad, escondidos en los tejados.
Es un capítulo bastante
completito, primero con la ambientación, luego con un Perrin relajado por
primera vez en tiempo, usando una forja y recibiendo un martillo bastante
importante para su vida futura. Y para terminar otra bomba, aderezada con la
noción de pasar a la ofensiva y dejar de huir.
Muy buen capítulo, lleno de
algún que otro detallito (Perrin enfadándose por ser llamado siempre campesino
o herrero en lugar de por su nombre), el saber que los Ogier viven más del
triple que los humanos, motivos por el que recuerdan mejor varias cosa de la
Era de Leyenda, el que Moraine le dé a elegir a Loial o el que ya estén todos
los del grupo original (menos Rand) en la ciudad.
Es de esos capítulos que se
disfrutan por lo pausado y exquisito de la narración, viendo cómo cada
personaje tiene su punto de vista (por ejemplo haciendo descripciones
complementarias de la ciudad según el punto de vista de cada personaje).
Capítulo 24 – Cebo para la red: En éste capítulo iremos de
menos a más, teniendo a Nynaeve como protagonista por primera vez en la novela,
la veremos comprando comida y enfadándose por lo abusivo de los precios, así
como por los derroteros que está tomando su relación con Egwene. Antes de
volver a la casa que ocupan le parece ver a Rand, pero lo descarta.
Durante el camino se encuentra
con Juilin Sandar, que le comunica haber encontrado a las trece mujeres que
buscan: se hospedan en la Ciudadela a cargo del Gran Señor Samon (Be’lal).
Lo que parecía iba a ser una
reunión con sus amigas para comunicarles la buena nueva se tuerza al entrar en
la casa: la Zahorí está atada con Aire y Nynaeve es escudada, cortándole el
acceso a la Fuente Verdadera. En la casa aparecen Liandrin, Rianna y más tarde
otras dos de las Hermanas Negras (Rianna se muestra como una sádica),
regodeándose en haber capturado a Elayne y Egwene y diciéndoles que enseguida
serán suyas, mencionando la presencia inminente de trece Myrddraal en la ciudad
(recordemos que con 13 Aes Sedai y 13 Myrddraal se puede pasar a alguien a la
Sombra contra su voluntad). Se las llevan a todas en un carruaje, Nynaeve
molida a palos y Egwene inconsciente.
Un capítulo muy intenso, con
el choque con el Ajah Negro que ha hecho saltar la trampa sobre ellas (usando
de alguna forma a Juilin Sandar) y las ha capturado para Be’lal. La
confrontación de Nynaeve con Liandrin, viendo el genio de la protagonista que
no se arruga en ninguna circunstancia es realmente bueno.
Para terminar destacar que vemos
el temperamento de Nynaeve en primera persona, ya sea en una discusión por un
trozo de carne, por el recuerdo de Egwene o al enfrentarse a una muerte
prácticamente segura. La acción se precipita, nos acercamos al final.
Capítulo 25 – En busca de un remedio: Saltamos a Mat, que
decide buscar a una Sabia para que cure a Thom de lo que ha cogido por tanto
buscar bajo la lluvia. Como no podía ser de otro modo acaba en la que acaban de
dejar las chicas (tres horas de diferencia), dándose cuenta primero de la
presencia de roderas en la puerta y luego de tres caballos de cierta calidad.
Al hablar con la mujer y tras
recibir Thom tratamiento, descubre que las chicas han estado allí, contándole
tras cierta reticencia la Sabia a Mat lo que ha sucedido y dónde están las
chicas.
Como no podía ser de otro
modo, a Mat se le ocurre la brillante idea de entrar en la Ciudadela a solas
(deja a Thom con la Sabia para que lo cure) y rescatar a Nyneve, Egwene y
Elayne. Oye rodar los dados en su cabeza.
Como pasa con todos los
capítulos desde que Mat se ha recuperado, en éste no podemos evitar estar con
una sonrisa en los labios mientras dura (que no es mucho). Su suerte y
desparpajo le hacen un personaje irresistible, que se propone hacer cosas y
pocas veces piensa en las consecuencias.
La longitud escasa del
capítulo ayuda a dar la sensación de que todo se precipita y acabará por
explotar en breve.
Capítulo 26 – Energía entrelazada: Volvemos con Perrin, que
ha hecho caso de las advertencias de Moraine y ha estado trabajando en la
herrería (observado por Zarina, a la que se le empieza escapar llamarla Faile).
La conversación entre ambos empieza a ser similar a un cortejo, con ella
diciéndole que se deje barba o él pensando en lo atractiva que le parece.
Tras el momento relajado,
ambos llegan a la posada para encontrarse con Moraine. La Aes Sedai les dice
que Rand ya ha llegado a Tear (como demuestran los sucesos inexplicables que
están pasando, entre los que destaca uno en el que se nombra a la Principal de
Mayene) o el que casi toda la ciudad esté soñando con Rand con Callandor en sus
manos.
Con esto ya ha tomado una
decisión: Lan y ella irán a por Be’lal esa misma noche, enviando a Perrin,
Faile y Loial a Tar Valon. Por desgracia, cuando Faile va a buscar sus cosas activa
una trampa puesta para Moraine por dos mujeres (Ajah negro, enviadas por
Be’lal), un hecho que la deja en un estado casi de hibernación y la envía al
mundo de los Sueños mediante un ter’angreal en forma de erizo (de los que
robaron antes de irse).
El ataque significa que Be’lal
sabe dónde está, pero si cree que ha caído en la trampa es posible que tengan
una posibilidad de pillarle por sorpresa.
En cuanto a Faile, Moraine no
puede hacer nada por ella, ya que si se acerca a la chica caerá bajo el influjo
del mimos ter’angreal. Pero Perrin no se rinde, y pensando que es posible que
desde el sueño de los lobos pueda ayudarla le pide a Loial que cuide sus
espaldas (aquí vemos cierta ferocidad en el Ogier) y entra en la habitación,
entrando de golpe en el Ter’aran’rhiod.
Ya en el mundo de los Sueños
se encuentra con Saltador, quien le intenta disuadir y enviarle de vuelta, pero
la resolución de Perrin es tal que ambos deciden ir en busca del halcón (Faile)
en forma de lobos.
Otro capítulo lleno de
tensión, que de forma similar al secuestro de las chicas pasa de una situación
normal y relaja a un momento inesperado. En él, además de conocer el paradero
de Rand o los planes inminentes de Moraine, nos daremos cuenta del incipiente y
evidente enamoramiento de Perrin hacia Faile, en una historia de amor que
llenará páginas y páginas.
Buen capítulo, dejando a otro
grupo de personajes encarado hacia el final de la novela.
Capítulo 27 – En la Ciudadela: Volvemos a Mat en plena
noche, dando vueltas a la muralla de la Ciudadela, mirando por dónde trepar ese
muro de 100 metros de alto y viendo que ya hay alguien a medio camino. En pleno
despiste se encuentra con cuchillos en el cuello y rodeado por cuatro Aiel
(entre los que nombran a Rhuarc y Gaul), un intenso intercambio de palabras, la
aparición de Juilin (arrepentido por lo que ha hecho) y los Aiel empiezan a
escalar el muro. Son más de 100.
Ya solos Mat y Juilin, hablan
brevemente y deciden que el husmeador le ayudará a entrar, haciéndolo pasar por
un prisionero. El plan parece bueno, pero Mat quiere una distracción para
entrar algo más tranquilo, así que pone todos los fuegos de artificio en una
aspillera del muro y los prende. La explosión es tal que Mat sale volando, y un
agujero se abre en la pared, por el que Mat decide entrar. Al otro lado
encuentra a diez guardias desorientados, de los que da buena cuenta junto a un
Juilin que se ofrece a guiarle hasta las mazmorras.
Luego tenemos un brevísimo
interludio donde vemos que el que subía la pared era Rand. Un Rand casi ido de
lo concentrado que está en llegar a Callandor y acabar con todo, un Rand al que
le duele el costado y ignora todo, desde los gongs que suenan dentro de la
Ciudadela hasta el dolor de su herida del costado.
Tenemos un nuevo salto, ahora
con un Egwene que despierta en una celda junto a Nynaeve y Elayne (con
evidentes muestras de haber sido golpeadas). Ninguna de las tres puede
encauzar, ya que hay una del Negro fuera manteniendo el escudo; y ya llevan
unas horas.
Parece que son un cebo para
Rand, con el que ha soñado Egwene (junto a Perrin y Mat). La joven decide usar
el ter’angreal de los sueños con la esperanza de encontrar algún modo de
escapar, así que se duerme y aparece en el Tel’aran’rhiod. Allí ve que puede
encauzar y se dirige al Corazón de la Ciudadela, lugar en el que se encuentra
con una Hermana Negra, a la que inmoviliza y escuda, atando los tejidos (algo
que va aprendiendo sobre la marcha). Al acabar se marcha en busca de un camino
hacia las mazmorras dejando a la Hermana Negra allí.
Nuevo salto de personaje,
ahora a Perrin convertido en lobo corriendo y matando soldados (enviados
físicamente allí) en la búsqueda de Faile junto a Saltador. Al fin la
encuentran, encadenada y desnuda, contenta de verle. Perrin vuelve a ser un
hombre y empieza a destrozar las cadenas con su martillo, desgraciadamente
Faile desaparece de nuevo, con lo que sigue le búsqueda.
Y tenemos un último salto de
personaje antes de terminar el capítulo, en ésta ocasión a Mat, luchando sin
cesar y abriéndose paso en una Ciudadela que parece haberse vuelto loca, con
Aiel luchando contra los Defensores. Él despacha a un Gran Señor tras un
combate igualado y termina con otro sin darse cuenta, al ponerse la barra al
hombro. Y cuando le dice a Juilin que le siga guiando (pensando que no quiere
ser un héroe) le parece ver a Rand escabullirse por un pasillo lateral.
Es necesario que diga que
estamos ante un capitulazo? Uno de esos en los que no paramos de saltar de un
personaje a otro en el mismo lugar pero viendo las cosas de modo distinto, cada
uno con sus problemas y su forma de solucionarlos, sin acabar de cruzarse.
Perrin a lo suyo, intentando
encontrar a Faile, Mat en plan héroe total buscando a las chicas, Egwene
buscando su propia salvación y de fondo Rand a su puta bola. Y por si fuera
poco en pleno ataque Aiel contra las murallas!
Tenemos de todo: acción,
tensión, alivio cómico, descubrimientos sobre el Poder, etc… así que poco que
decir en contra de éste capítulo. A disfrutarlo.
Capítulo 28 – Lo escrito en las Profecías: Empezamos con
Rand tomando el protagonismo y llegando al fin al Corazón de la Ciudadela,
donde le esperan Be’lal y Callandor. El primero le pica sin parar para que coja
la espada, mientras que Rand se resiste. Le habla del pasado, le llama Lews
Therin, le amenaza con las chicas… pero Rand tiene dudas y empiezan a luchar
con espadas de Poder. Be’lal es mejor que él, y entre combates entre Defensores
y Aiel parece que Rand perderá. Hasta que aparece Moraine y desintegra al
Renegado usando Fuego Comacto.
Cuando parece que todo está
bien y Moraine le pide que coja la espada, aparece Ba’alzemon de una especie de
agujero en la realidad (Viajar), a lo que Rand hastiado coge a Callandor,
sintiendo una cantidad de Poder inconmensurable, tal es el Poder que encauza
que su enemigo huye tal y como ha venido. Pero Rand pliega la realidad y le
persigue.
Ahora toca volver con las
chicas en una escena cortita, Egwene sigue buscando las celdas, hasta que
encuentra a la Hermana Negra que las mantiene escudadas (se está durmiendo con
el ter’angreal del sueño en las manos) y la Escuda (algo muy difícil si el otro
está Encauzando), además de atarla con Aire. Egwene despierta sorprendida de no
poder Encauzar, aunque los escudos estén más flojos. Las tres deciden que
vuelva al mundo de los Sueños y siga buscando.
La escena de Mat llegando a
las mazmorras, encontrando a la Hermana Negra (Sandar la reconoce) y librando a
las chicas no tiene precio. Ellas parecen no agradecerle nada y él está
indignado, hasta el punto de echárselo en cara. Pero el trío de mujeres, una
vez libres (con Egwene recuperando el ter’angreal del Sueño) y Curadas por
Nynaeve deciden internarse en la Ciudadela para encontrar al resto de Hermanas
Negras. Mat las sigue resignado junto con Juilin.
Salto a Perrin, que ya ha
liberado a Faile dos veces más, y sigue la búsqueda guiado por Saltador (que le
advierte que lleva demasiado tiempo dentro del Sueño). Al final encuentran una
sala llena de halcones, y mientras éstos le atacan, Perrin consigue romper las
cadenas que atan al único halcón cautivo. Allí se despiertan en la habitación
de la posada, con Faile llorando por las heridas de Perrin y éste diciéndole:
“Faile, mi halcón”.
El última tramo del capítulo
es de Rand, un Rand cuasi todopoderoso mientras empuña a Callandor, capaz de
deshacer todo lo que le manda Ba’alzemon, de vaporizar a cientos de Myrdraal o
de cortar Fuego Compacto. Un combate con el Renegado con Rand imparable
persiguiendo a su presa, hasta que le atraviesas el pecho con Callandor y
vuelve al mundo real.
Allí le espera Moraine, y el
cuerpo sin vida de Ba’alzemon. Al darse cuenta de lo que ha hecho, Rand levanta
la espada y proclama que es el Dragón Renacido, en ese momento todos los
combates paran y los Aiel se arrodillan ante él proclamándole como el auténtico
Dragón.
Otro capitulazo de finales,
acabamos con la búsqueda de Faile por parte de Perrin (y el reconocimiento del
amor entre ambos), el rescato o huida de las chicas por de Mat y el combate
entre Rand y Be’lal, o entre Rand y Ba’alzemon. Un montón de emociones que se
vuelven en espectáculo puro cuando Rand empuña a Callandor y hace prácticamente
lo que quiere (casi arrollado por el torrente de Poder que maneja, funcionando
y haciendo cosas sin apenas darse cuenta).
Un capítulo digno del final de
ésta tercera novela (aunque todavía queda otro) y nos deja con un muy buen
sabor de boca cuando pensamos lo que hemos pasado hasta llegar aquí. Y abre
unas cuantas preguntas de cara a futuros libros (como la presencia de los Aiel,
qué hará el grupo, etc…).
Capítulo 29 – El pueblo del Dragón: Terminamos con el
capítulo que da nombre al libro, un capítulo desde los ojos de Mat y que tiene
lugar en la sala del Consejo de los Señores de Tear.
La ciudad sabe que la
Ciudadela ha caído, el Estandarte del Dragón ondea en ella y todos han soñado
con su combate contra Ba’alzemon (quien creen que era un Renegado llamado
Ishamael). El mismo Rand anda por la fortaleza seguido de una escolta Aiel (de
los que murieron 100 en combate, matando a 1000 Defensores de la Ciudadela).
Mat intenta abstraerse de la
conversación entre Nynaeve, Elayne, Egwene y Moraine, ya sea observando leer a
Rhuarc o pensando lo raras que son las mueres Aiel, con las que ha intentado
ligar ya (al menos Aviendha, Bain y Chiad).
Durante la conversación
descubren que el Pueblo del Dragón son los Aiel, cuyos jefes de clan reciben un
tatuaje dorado con la forma del Dragón al ir a Rhuidean a por su título (la
ciudad de los Jenn Aiel). Un lugar al que van también las Sabias antes de
recibir su propio título.
Por otro lado han encontrado
un sello intacto de la prisión del Oscuro, con éste son cuatro bien y tres
rotos; lo que junto a un mínimo de nueve Renegados vivos hace que la amenaza
aún no haya pasado. Y si a eso le sumamos once Aes Sedai del Ajah Negro huidas
ya no hace falta pensar en seguridad.
Es curioso que Mat no para de
pensar en huir de las responsabilidades, pensando en encontrar a Perrin y
olvidarse de todo. Pensamientos como que no es un jodido héroe no paran de
pasar por su cabeza, pero en cuando le recuerdan que él tocó el Cuerno de
Valere enseguida se presenta voluntario para hacer lo que deba hacerse.
Para terminar el capítulo
irrumpe en la sala una mujer que se presenta como la Principal de Mayene, quien
trae un mensaje (sin recordar de quién). En él podemos leer lo siguiente: “Lews
Therin fue mío, es mío y siempre será mío. Os lo dejo a vuestro cargo para que
me lo guardéis hasta mi llegada. Firmado: Lanfear”.
Y así, con éste última
mensaje, muestra inequívoca que aún no ha terminado nada, finalizamos la
novela.
Pensando que el final
propiamente dicho de las tramas estaba en el capítulo anterior, éste funciona
muy bien a modo de epílogo, dando algo de información sobre lo sucedido y
pistas sobre lo que está por suceder, además de dejar clarísimo que las
amenazas no han terminado y que aún queda mucho trabajo por hacer.
Personajes: En ésta novela se hace evidente la evolución de muchos
de los personajes, que van pasando de ser dirigidos por los acontecimientos a
tomar las riendas de los mismos.
Primero destaca Mat. En ésta
novela tenemos al pícaro de la saga en todo su esplendor, ya recuperado de todo
el tema de la Daga de Shadar Logoth y demostrando una y otra vez su particular
visión del mundo, así como que cuando es necesario se puede contar con él. Se
ha hecho patente también uno de los “poderes” principales del personaje, con no
es otro que una suerte desmedida, algo que le servirá en el futuro, con esos
míticos dados sonando en su cabeza antes de que suceda algún evento importante
para su futuro. Y por si fuera poco es el quien recupera a la figura de Thom
Merrillin para la saga, protagonizando una especie de road movie la mar de
entretenida.
De otro lado tenemos al trío
de amigas compuesto por Egwene, Nynaeve y Elayne. Tres personajes del mismo
rango que, sin embargo, rozan sin parar por culpa de las relaciones previas
(Egwene y Nynaeve), comportándose a menudo como niñas mal criadas. Por suerte
ésta tirantez no se refleja en sus actuaciones en la búsqueda del Ajah Negro,
aquí destacan por haber madurado bastante y empezar a mostrar los personajes
que acabarán siendo a medida que sus tramas avances.
Como personajes con capítulos
tenemos también al grupo de Perrin, Moraine, Lan y Loial. En éste grupo enseguida
se suma la figura de Zarina (Faile), un personaje que se convierte en alguien
muy importante para Perrin, quien no para de darle vueltas a sus sentimientos
hacia la chica. Tenemos la suerte de no ser un romance empalagoso el que
protagonizan éstos dos en su persecución del desaparecido Rand, más bien es una
de esas relaciones que empiezan con pullas y poco a poco van cimentando en
confianza y amor. Para mí uno de los aciertos de la saga, la relación entre estos
dos personajes que le da a Perrin algo más de profundidad, siendo el primero en
empezar a desarrollar una relación seria.
Dentro de éste grupo tenemos
una relación entre Lan y Moraine algo maltrecha, con la segunda convencida de
su muerte en breve y el primero que no se resigna a perder a la mujer que juró
proteger. Es una tirantez que se hace patente en ciertos momentos puntuales,
pero que está erosionando lo que parecía una amistad de muchos años.
Por otro lado sigue destacando
la ausencia de Rand excepto para párrafos muy puntuales, y eso que el clímax y
lo que hacen algunos de los otros grupos es por él. Éste Rand solitario y
obsesionado por cumplir las profecías puede que empiece a mostrar signos del
Rand endurecido que veremos más adelante, pero démosle tiempo para ver en la siguiente
novela cómo le ha afectado su experiencia en ésta.
Del lado de los personajes
nuevos tenemos unos cuantos, entre los que destaca el grupo Aiel (Rhuarc,
Aviendha, Bain, Chiad, Gaul…), la Principal de Mayene, Julin Sandar y unos
cuantos Renegados que se muestran libres y con sus propios planes. Es cierto
que ninguno de ellos ha dado un paso al frente aún, pero son personajes
imprescindibles para comprender todo lo que vendrá en un futuro, así que
siempre hace gracia ver sus primeras apariciones.
Como he dicho al principio, es
una novela que nos sirve para ver crecer a unos cuantos personajes, además de
cumplir una de las partes más importantes de las Profecías del Dragón.
Opinión Personal: El Pueblo del Dragón cierra la primera trilogía
de la Rueda del Tiempo, siendo el último punto de inflexión en el que una
novela podría haber sido cierre de la saga. A partir de éste punto se hace
mucho más evidente el formato de novela río que tiene la Rueda del Tiempo.
La novela en sí sigue con la
estructura de tener a varios grupos en distintos puntos dirigiéndose por
separado al lugar donde sucederá todo al final. Y lo hace con viajes y
aventuras varios para cada uno.
Por suerte el tono de la
novela y lo que va sucediendo se va apartando del típico viaje del héroe,
notándose a cada capítulo que pasa la profundidad que tiene la saga, ya sea por
el crecimiento de sus personajes, las distintas culturas, su profundidad o la
gran “historia antigua” que esconde. El caso es que se pasa sin apenas darte
cuenta, y sienta ciertas bases futuras.
En mi opinión, si en éste
punto no te ha gustado la saga es el momento de dejarlo. Puede que no haya sido
un final tan épico como el de la batalla de Falme, o que no hayamos tenido
tantas revelaciones durante el camino, pero el caso es que ya conocemos
suficientes elementos del mundo como para saber si nos va a gustar o no. Y lo
que es más importante, si empatizamos con sus personajes o directamente no nos
caen bien.
Una pieza más en ese gran
engranaje que es la saga en sí misma, pero una pieza importante y una novela
más redonda que la anterior, con más elementos aventureros y más “magia”.
Simplemente imprescindible.
Valoración Personal: 10.
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