Probablemente el primer
producto con el que me animé cuando Netflix entró en casa fue la película
Beasts of no Nation. Primero porque me la recomendaba, y segundo porque salía Idris
Elba.
De qué va? Beasts of no Nation
es una película que nos cuenta la historia de Agu, un chico que vive con su
familia en un pueblo cualquiera de África cuando un buen día la guerra llega a
su aldea.
No diré qué sucede allí, pero
el resultado es que Agu acaba vagando sólo por la jungla, donde le encuentra
uno de los jefes de la guerrilla, que le proporciona un arma y le convierte en
un niño soldado.
Y eso es lo que nos
encontraremos, la historia de cómo un chaval cualquiera puede encontrarse
siendo un soldado en una guerra que ni le va ni le viene y qué supone para su
vida entrar en un conflicto armado.
Es una película muy dura de
ver, no porque esté mal rodada, sino porque trata un tema bastante sensible y
lo hace con toda la crudeza necesaria (nunca gratuita). Una de esas películas
que te remueve las tripas tanto por lo que te cuenta como por alguna de las
escenas que ves mientras te lo cuenta.
En lo formal tenemos una
película muy bien rodada, a veces cercana a un falso documental pero sin
descuidar nunca ni la fotografía ni la iluminación. Es de esas películas que entran
por la retina gracias a sus colores, pero luego acaban en el estómago por su
desarrollo.
Los actores están muy bien,
aunque hay que reconocer que salvo el niño protagonista e Idris Elba ninguno de
los demás personajes tiene un papel demasiado complicado (realmente parecen
extras contratados allí mismo en la jungla). Pero éstos dos hacen un trabajo
increíblemente convincente, el primero como niño que va evolucionando según
transcurre la película y el segundo como caudillo de la guerra.
Parece mentira que tenga que
ser un canal de video bajo demanda el que produzca ésta película, un auténtico
peliculón que da en ocasiones la impresión más de documental que de película,
tal es realismo que se alcanza en muchas de las escenas y personajes. Netflix se
apunta un tanto con ésta producción propia de calidad, de esas que vale la pena
ver y que van justificando una tras otra el pago de una cuota mensual.
Resumiendo. Una muy buena
película de la mano de Netflix, que sirve tanto como buen producto
cinematográfico como de película denuncia de una problemática que sigue muy
vigente y contra la que se hace realmente poco.
Y repito que es una película
no apta para todos los públicos, que uno cuando se acerca a ella debe estar
preparado para que le den una patada en el estómago y para ver sufrir a niños;
pero es lo que está sucediendo en la vida real, y ese es el problema que tan
bien retrata Beasts of no Nation. Así que ya sabéis: si creéis que no es
vuestro tema, no la veáis.
Valoración Personal: 9,0.
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