Para la película sesenta (tela
ya) que traigo a ésta sección he tenido la suerte de contar con una de la que
la mayor parte de la gente que la ve habla bien, una que tenía muchas ganas de
ver.
Whiplash nos cuenta la historia
de un chico que va a la escuela de música más prestigiosa del país, un batería
con talento que sueña con ser el mejor.
Sí, he puesto el mejor, no
solamente bueno, ya que es en esa diferencia donde la película se centra,
mostrando lo que es necesario tener para llegar a ser el mejor en algo.
De otro lado tenemos un
profesor muy exigente y con unos métodos algo brutales que no se conforma en
ningún momento con nada que no sea la perfección.
Ambos están condenados a
encontrarse, en una película que mantiene la tensión y el ritmo narrativo
durante todo el metraje pese a no contar nada más que eso: la historia de ambos
y de cómo intenta el chaval llegar al máximo.
Es sorprendente que con tan
pocos elementos argumentales se pueda armar una película que te lleva de la
mano hasta su estupendo final, haciéndote sentir una parte de lo que siente el
protagonista y tomando partido en ocasiones sobre si lo que hace el profesor es
lícito o no.
Tenemos la suerte de que los
dos actores que dan vida a los personajes están en un estado de gracia
excepcional, dándonos unas actuaciones simplemente magistrales y soportando
durante toda la película el peso de la misma sobre sus hombros.
Mención especial merece
también la banda sonora, una auténtica maravilla que hará que miremos con otros
ojos el jazz (al menos aquellos que no somos muy fans del mismo) .
Pero no todo es bueno en
Whiplash, tenemos también algún punto negativo que hace que no me haya sentado
tan bien como podría haberlo hecho. Lo primero es la exageración en el
sufrimiento del chico, en serio, hay algún momento en el que se han pasado de
rosca. Y luego está una falta de entorno para la trama, me explico: es cierto
que conoceremos algo de la familia y las relaciones del protagonista, pero
quedan tan difuminadas en favor de la música que se sienten simplemente
accesorias, y eso es una lástima, ya que la profundidad del drama hubiera
podido ser mucho mayor de haber habido algún personaje importante más.
Resumiendo: Whiplash es un muy
buen drama que decide dejar de lado ciertos elementos para centrarse en lo que
quiere contarnos, y lo hace de forma excelente gracias a dos actores
sobresalientes. Ésta obsesión tanto del director como del protagonista es lo
que llama la atención de la película y la hace algo distinto, pero también la
aleja (en mi opinión) de la excelencia.
Eso sí, vale la pena verla.
Valoración Personal: 8.
No hay comentarios:
Publicar un comentario