Supongo que podría haber
partido antes, pero me parece que lo correcto es considerar éstos ocho tomos
como un todo, una historia que nos cuenta desde que el dúo protagonista
consigue su nueva serie en la shonen Jump hasta que están lo suficientemente
maduros como para intentar colar una segunda con la que cumplir sus sueños.
Uno de los puntos fuertes de
éste manga es que el tiempo va transcurriendo, con lo que en ocho tomos
asistimos a algún que otro añito en la vida de los personajes, algo que se nota
al ver desde bodas hasta personajes deteriorados físicamente; incluso cambios
de editor, gente nueva que entra en la revista, etc… éste paso del tiempo te
permite introducir de forma natural un montón de conceptos, hacer que las
series tengan ya hasta ocho años o ir haciendo entrar o salir series del grupo
protagonista.
Todo esto viene para decir que
incluso tratándose de una serie que cuenta la vida de dos mangaka tiene un
dinamismo muy alto, piques con otros autores, enemigos acérrimos, ránkings para
saber cómo van, dramas personales… como es ingente la cantidad de cosas que
suceden en éstos ocho tomos por culpa de lo que ya he comentado (que pasa el
tiempo) sumado a la gran cantidad de texto por viñeta, comentaré los tramos que
más me han gustado (y los que menos, que también los hay).
Lo primero es que siguen
aplicando en Bakuman los elementos que aprenden los protagonistas, humor serio,
mejora de dibujo, batallas atípicas… elementos que incrementan el metalenguaje
hasta límites insospechados.
Luego que seguimos
descubriendo facetas de la Jump, y no todas la dejan bien (el cómo tratan a
autores que hace tiempo que no publican). Interioridades que puede que no
interesen a demasiada gente, pero a mí me gusta saberlas.
El elenco de secundarios
también merece un aparte, personajes que se vuelven tan importantes como el dúo
protagonista y de los que vemos sus vidas y sus sueños a medida que van pasando
los años. La sensación de estar ante un grupo de gente viva es abrumador,
personajes como Hiramaru y su edito o un Nakai venido a menos son simplemente
épicos.
Por último tenemos las siempre
importantes obras ficticias que crean éstos mangaka: la mayoría de ellos
acabarían en mi estantería, incluso llega a darte la sensación de que existen
de tanto que oyes hablar de ellas (o ves sus páginas o diseños).
En el lado negativo tenemos
una narración en ocasiones farragosa, ese exceso de texto puede cansar al menos
paciente, echándose de menos más narración gráfica y menos explicación. Y luego
está el enemigo; el “malo” de la serie que va apareciendo con un ideas curiosas
pero que se hace odioso y cansino más que carismático.
Como podéis ver pesan mucho
más los pros durante el tiempo en que nuestros autores maduran haciendo Pcp; un
grueso de la serie (ocho tomos de veinte) que deja encarrilada la serie para su
tramo final (tres tomos que supongo que comentaré juntos).
Y con ésta relectura se
confirma: Bakuman es una obra imprescindible para cualquier aficionado al
comic, tanto por su buen guion como por su excepcional dibujo, una obra en mi
opinión superior a Death Note (de los mismos autores) aunque el impacto no sea
tan exagerado cuando empiezas a leerla.
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