Sin saber de qué iba la
película, su principal atractivo era la presencia de Hellen Mirren junto a Ryan
Reynolds, dos actores de carreras un tanto dispares pero que juntos tenía
curiosidad para ver cómo funcionaban.
La Dama de Oro nos cuenta la
historia de una mujer que tuvo que huir de Austria por culpa de los nazis y que
contrata a un joven abogado (también de origen austríaco) para pedir la
devolución de unos cuadros que pertenecían a su familia (entre ellos uno de su
tía) y que tiene el gobierno austríaco expuestos como tesoro nacional.
Y eso es lo que nos
encontraremos, los problemas de los dos personajes para hacer frente al sistema
judicial, problemas que les hacen plantearse dejar el caso. Y los recuerdos de
la mujer de su juventud y lo que para ella supuso abandonar su país.
Es una buena película,
sencilla en su concepción y planteamiento, pero con fuerza suficiente en su
historia y actuaciones (Hellen Mirren a la cabeza) como para ser agradable de
ver. Un ritmo bien medido, problemas personales, avances, retrocesos,
flashbacks… un buen coctel para una película sin pretensiones que consigue
hacer llegar la historia a quien se acerque a ella.
Evidentemente no es un
peliculón, no tiene tensión narrativa suficiente para serlo, aunque tampoco es
que lo pretenda. Ryan Reynolds está simplemente correcto, y el resto de
secundarios son accesorios por decir mucho. De esas películas que están más
cuidadas que un telefilm pero que tampoco tiene unos grande valores de
producción.
Vale la pena verla? Si os
llama la trama de la película bien podéis darle una oportunidad, es agradable
de ver y te deja un buen regusto al terminarla.
Valoración Personal: 7.
No hay comentarios:
Publicar un comentario