Como el nombre de ésta parte
de la trama indica, en ésta ocasión veremos cómo el grupo de Alexandria va
recobrando poco a poco la normalidad, en ésta ocasión teniendo claro que con la
experiencia y recursos que tienen puede que realmente haya un futuro para
ellos.
Durante éstos cuatro números
volveremos a meternos en la mente de los supervivientes, veremos cómo su nueva
situación (aparente seguridad) hace que partes de sí mismos que creían
olvidadas afloren de nuevo, creando algunos roces o haciendo que algún personaje
sufra un bajón.
Entiendo a los que dicen que
los Muertos Vivientes ha perdido frescura, éste tipo de números seguidos al
ritmo original pueden llegar a hacerse lentos o pesados, pero leídos en
conjunto ganan muchos enteros, dejando de lado esa espera para ver qué sucede
que puede ser matadora cuando no hay acción.
Sigo recomendando hacerse con
ésta serie en el formato ómnibus, dieciséis números americanos por volumen que
hacen la experiencia algo más rotundo, sabiendo que en cada volumen habrá de
todo: acción, introspección, movimiento, muertes… es cierto que haciéndolo así
llega un momento que tardas año y medio en recuperar la historia, pero qué
mejor manera de repasar todo la anterior que con la excusa de tener seiscientas
páginas nuevas por delante.
Personalmente disfruto mucho
de los números de reflexión y asentamiento, allí vemos cómo ha afectado la
acción a los que salen con vida de ella. Aunque repito que no sé cómo me lo
tomaría si para leer esto hubiera esperado cuatro meses… Seguiré con los ómnibus.
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