Tengo la sensación de que
últimamente no hago más que empezar a ver series por recomendación de algún que
otro podcast. En ésta ocasión le ha tocado a Fuera de Series, un podcast ya de
los veteranos que sale cada semana en formato de una horita y en el que van
informando/recomendando puntualmente sobre lo que va saliendo o lo que está por
salir.
La serie en cuestión es la
primera temporada de Bojack Horseman, una serie de animación americana hecha
por Netflix y que podríamos encuadrar dentro de la comedia.
La serie nos cuenta la
historia de BoJack, un antiguo actor de sitcom que hace treinta años tuvo un
pelotazo, y que desde entonces se ha dedicado a vivir una vida vacía con sus
múltiples millones.
La historia arranca cuando el
editor de BoJack le pide que haga una autobiografía, y visto que es incapaz de
hacerla le contratan a un “negro” con tal de la acabe de una maldita vez y la
editorial no se vaya a pique.
Lo primero que llama la
atención es la mezcla que se hace en la serie entre animales antropomórficos y
humanos normales, en éste mundo la gente puede ser de los dos tipos, y no hay
ningún problema en mezclarse ni ningún tipo de racismo. Para que os hagáis una
idea: el protagonista es un caballo, su agente una gata y su biógrafa una
humana normal.
El tener personajes con formas
animales da cierto juego, con algunos chistes basados en ello (la gata cayendo
de pie, el perro persiguiendo una furgoneta, etc…). Un detalle del que te
olvidas cuando llevas unos cuantos capítulos pero que siempre está presente
para hacer el chiste.
Ésta primera temporada son 12
capítulos, y debo decir que la he acabado de milagro. Me explico: los tres
primeros capítulos me parecieron flojos no, malos directamente; y no es hasta
el cuarto que se ve un destello de lo que puede llegar a ofrecer la serie.
Curiosamente el tramo final se me ha hecho hasta corto, síntoma de que, o bien
he acabado por acostumbrarme a la serie, o que realmente mejora. Éste mal
arranque ya hace que no os la pueda recomendar, y menos con lo que viene
después.
Al principio he dicho que se
trataba de una comedia de situación sobre el mundo de Hollywood con un
personaje bastante acabado, un elemento que da para hacer crítica social (y la
hay a raudales) pero también para convertir la serie en ocasiones en un drama
que te da patadas en el hígado cuando menos te lo esperas, con personajes
sufriendo cosas bastante duras o relaciones que no terminan con el happy ending
habitual, o directamente ni terminan.
Y posiblemente sea éste
enfoque tragicómico lo que me ha acabado enganchando, un tipo de serie que no
es demasiado habitual, y menos con la mala leche que te permite la animación.
Así que al final de la primera
temporada me queda un sabor algo agridulce, agrio por el inicio y lo duro que
es verla en algunos momentos; y dulce porque la serie parece haber encontrado
el camino para funcionar, lo que promete una segunda temporada infinitamente
mejor que ésta primera.
La recomiendo? No. Creo que a
día de hoy hay series mejores que ésta a patadas. Pero si buscáis algo distinto
dentro del mundo de la animación, cansados de padre de familia o similares,
puede que si pasáis del inicio de BoJack Horsman os encontréis una serie que
cumpla vuestras expectativas.
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