Os habréis dado cuenta que soy
asiduo oyente de podcast. En su momento escuché mucha radio, pero el poder
escuchar lo que yo quiero y cuando quiero ha hecho que al menos escuche unas 16
horas de podcast a la semana. Y por qué digo esto? Básicamente porque cuando
uno escucha sobre temas que le gustan, siempre acaba por apuntarse productos
recomendados, y éste es el caso de Making a Murderer.
En ésta serie documental de
Netflix (cómo no) veremos el trabajo de dos mujeres a lo largo de unos cuantos
años, dos mujeres que se acercaron a un caso curioso del sistema judicial
americano y acabaron con una historia bastante interesante entre manos.
Sabemos que la justicia falla,
y éste fue el caso de Steven Avery, el típico paleto de la América profunda con
ciertos problemas con la justicia. Un hombre que fue sentenciado a una larga
pena de cárcel por violación y que tras 18 años en prisión fue exonerado
gracias a una prueba de ADN.
El documental empieza con
dicha exoneración, mostrándonos lo irregular tanto de su detención como del
juicio, para que vayamos viendo lo que pasó el hombre. En el primer capítulo
del documental se nos cuenta su caso y lo que hizo al salir de prisión, para
concluir con el detonante de la serie: pocos años más tarde Steven vuelve a ser
detenido (ésta vez por asesinato), empezando un juicio que seguiremos incluso
con grabaciones reales.
Y eso es lo que vamos a encontrar
en la serie, un documental a lo largo de diez años, desde que le sueltan hasta
donde nos lleve la batalla legal, con las aparentes pruebas, los testigos… un
montón de información que no dejará de sorprendernos según avancen los
capítulos y veamos hacia dónde va todo.
La serie intenta no tomar
partido ni por la inocencia ni por la culpabilidad (al menos al principio),
pero son tantas las pruebas que iremos viendo que no creeremos lo que está
sucediendo.
Ni el rodaje ni la calidad de
las imágenes es destacable, tendremos mucho rato voz en off, lectura de
documentos, entrevistas, imágenes de los implicados… sin dramatizaciones ni
cosas extrañas, lo que demos es lo que hay. Esto hace que en ocasiones el
desarrollo sea un poquito duro en lo visual.
Por suerte lo que se nos
cuenta tiene la suficiente sustancia y nos dejará lo suficientemente
interesados como para que valga la pena seguir capítulo tras capítulo, a poder
ser con alguien al lado para ir comentando la jugada. Si encima no conocéis el
caso ya se convierte en algo bastante recomendable.
Es un must see? Creo que no.
Me explico: éste largo documental es algo lento y no hay acción propiamente
dicha, sólo exposición de hechos, pruebas, testimonios, conversaciones
telefónicas, cartas… un trabajo de muchos años condensado en unas diez horas
que pueden hacerse largas. Pero si el tema os interesa sí que vale la pena
hacer el esfuerzo y ver el caso de los Avery, una demostración de que ni la
justicia americana se salva de los errores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario