Una de las cosas que tiene
Netflix es que acabas viendo series porque están allí más que porque hayas oído
hablar bien de ellas o simplemente te suenen de algo. Y ese ha sido el caso con
ésta primera temporada de Blue Mountain State.
La serie (de veinte minutos de
duración por capítulo) nos traslada a la típica universidad americana donde los
jugadores de Futbol Americano son los reyes del cotarro. Una de esas con una
gran historia y un montón de títulos a sus espaldas. Es allí donde el
protagonista y su amigo van, el primero con la esperanza de desfasar todo lo
posible como quarterback suplente y el otro, bueno, el otro para o que suceda.
Y ya está, con esto tenemos
una comedia al más puro estilo American Pie, con chicas semi desnudas, chistes
escatológicos, humor muy tonto, drogas, alcohol y un protagonista que sólo
quiere disfrutar rodeado de un grupo de gente que es de todo menos deportista y
sana.
Los capítulos son
autoconclusivos, con tramas bastante tontas que sirven de excusa para ver a los
personajes en distintas situaciones y cómo trata el campus a sus estrellas. Una
crítica muy evidente del star system en las universidades que se pierde por lo
brutos que son los personajes y lo tontos que son los capítulos.
Con todo, si habéis disfrutado
de cualquiera de las películas de American Pie, os encontraréis una serie muy
ligera, para ver con amigos (preferiblemente) y echarse unas risas con lo
imbéciles que son todos.
La recomiendo? Evidentemente
no, pero yo seguiré viéndola, ya que al menos ha conseguido entretenerme y dura
muy poquito.
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