Marco fue una de las primeras
series de Netflix que nos pusimos en casa, y también ha sido la que más hemos
tardado en terminar.
A lo largo de 10 capítulos
asistiremos a los primeros años de Marco polo bajo la tutela del nieto de
Gengis Kan, un hombre que dominaba gran parte de Asia pero que seguía teniendo
una ciudad amurallada de China como gran piedra en el zapato. Así, veremos cómo
éste italiano se va haciendo un hueco entre los hombres de confianza, y eso que
empeiza siendo poco más que un esclavo curioso.
Además de ver lo que le sucede
a él (y como principal foco de atención) tenemos la ya mencionada guerra entre
chinos y mongoles, una batalla que no sólo se libra en el campo y entre ellos,
sino que también contará con traiciones internas o con problemas políticos.
Tanto el planteamiento como la
puesta en escena de la serie son fantásticos, se nota que le han puesto cariño
y podremos ver culturas tan distintas a la nuestra con todo lujo de detalles
(vestuario y localizaciones).
Pero no nos ha enganchado por
algo, no?
Lo primero es un ritmo lento,
donde las tramas avanzan cuando les apetece y donde hay muchos elementos que
nos dan igual.
Lo segundo son unos personajes
con los que es difícil empatizar. No porque sean malos actores, sino porque el
papel es tan contenido que en ocasiones ralla en lo inexpresivo. Por no hablar
del protagonista, un actor que no muestra un mínimo de carisma hasta el último
capítulo, y hace que la serie produzca cierto rechazo sólo con sus escenas
(donde se lo comen los demás).
Pienso que es una serie digna,
pero que no ha conectado conmigo debido a esos dos aspectos que puede que otra
persona no le encuentre. Por lo menos ha conseguido una renovación para la
segunda temporada (la vida de Marco Polo da para mucho) y puede que en ella se
corrijan los errores de ésta primera.
Una temporada que se deja ver,
pero que no deja ningún tipo de huello incluso teniendo elementos para
conseguirlo. Así que diría que ha sido fallida.
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