Tomo quince ya de Saint Seiya
en edición kanzenban, y en ésta ocasión tenemos un nuevo cambio de saga,
dejando todo el tema de Poseidón atrás y centrándonos en Hades, el auténtico
villano de los Caballeros a lo largo de los siglos.
Me gusta que la saga empiece
con un montón de antiguos caballeros resucitados por Hades y atacando el
Santuario, un Santuario que sigue acusando los estragos de la guerra de la
primera saga y que hace frente como puede a la amenaza de sus antiguos miembros.
Porque esto es lo que veremos,
antiguos conocidos luchando contra los caballeros de oro supervivientes en una
batalla en la que no se echa para nada a los caballeros de bronce (aunque
acabarán por aparecer) y que recuerda sobremanera a la saga con la que empezó
la serie: dice horas para cruzar, pero en ésta ocasión lo que queremos es que
se consuma el tiempo y no lo consigan.
Y lo mejor es que ésta amenaza
no es sino una avanzadilla de lo que vendrá en un futuro próximo: las 108 constelaciones
al servicio de Hades junto con el mismo Dios del Inframundo.
Creo que es el tomo con el que
mejor me lo he pasado en lo que va de manga, y no sé si ha sido porque parece
una saga mejor planteada o porque dejan descansar a los protagonistas habituales,
pero el caso es que lo he disfrutado mucho y no pienso tardar demasiado en
comprarme el tomo siguiente.
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