Hablar de adaptaciones al cine
del mundo de los videojuegos es hablar de productos por lo general malos y en
lo particular bastante mediocres. Así, las expectativas al enfrentarme a una
adaptación (la segunda) de la saga Hitman eran asombrosamente bajas.
Y no defrauda.
La cinta nos quiere contar la
historia de cómo el agente 47 recibe una misión y se ve involucrado con el
creador de los Agentes y la hija del mismo mientras hace frente a un
perseguidor que parece invencible. Y ya está, la película no es absolutamente
nada más allá de las escenas de acción y éste premisa básica.
Y podría haber funcionado, las
escenas no están mal rodadas, los actores no son malos y hay algo de dinero
metido en la película. Entonces, dónde falla? En un guion totalmente absurdo
que tiene más agujeros y absurdeces que casi cualquier cosa que haya visto
últimamente. En ocasiones incluso creo que no hay guion…
Y luego está una dirección que
brilla por su ausencia y que hace la película en piloto automático, sin ningún tipo
de intención ni ganas, por encargo y aplicando lo más básico.
Una pena, porque el personaje
hubiera podido dar para una buena película de espías, una máquina de matar con
grandes dotes para el sigilo (que aquí no se ven); incluso el tema de los
agentes y su creador es golosón. Pero no.
Una prueba más de que cuando
un estudio se decide a hacer una película basada en un videojuego lo hace para
arrastrar a la sala a los fans del mismo y ni tan sólo se preocupa en cuidar su
producto o en ponerle interés.
No la veáis.
Valoración Personal: 4.
Valoración Filmaffinity: 4,5.
Valoración Metacritic: 28.
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