Nueva semana, nueva película, y en ésta ocasión le toca a
una cinta de origen japonés titulada una pastelería en Tokyo (aunque su título
original haga referencia a la pasta de judías que rellena los dorayakis).
Es uan película que nos cuenta la historia del cocinero de
una pequeña tienda de Dorayaki, un hombre sin ilusiones que simplemente se
dedica a ir a trabajar cada día, hacer la masa de los pastelitos japoneses y
rellenarlos con una masa comprada por encargo. Una vida gris.
Hasta que un buen día aparece por su tienda una mujer
mayor (74 años) en respuesta a un anuncio en el que el cocinero busca empleado
para que le ayude con la tienda. Ese día empieza una relación entre ambos
personajes la mar de entrañable y que cambiará su forma de ver el mundo, y su
vida.
Tenemos además otro personaje, una chica que tiene problemas
en casa y que pasa por la tienda a menudo y que tendrá cierto peso durante la
trama, pero en mi opinión se la podrían haber ahorrado y todo hubiera
funcionado exactamente igual.
La película es un drama de personajes, una película
pequeña con un ritmo muy japonés (lento para algunos) y unas ideas muy claras
sobre lo que quiere contar. Así que nadie se espere un ritmo vertiginoso o una
super producción. Aquí tenemos un drama intimista, con unos escenariso muy
pequeños (los alrededores de la tienda en algún momento y su interior la mayor
parte del tiempo) y con pocos personajes secundarios.
Por suerte el gusto por el detalle y el buen hacer de los
dos actores protagonistas hacen que lo podría haber sido un tostón de casi dos
horas se convierta en una película muy bonita, con una sensibilidad especial y
que bien merece un visionado.
Eso sí, todo aquél que no esté habituado a la forma de
contar historias de los japoneses o no esté familiarizado con su cultura puede
que encuentre éste producto un drama lento y sin gracia. Repito que no es mi
caso.
Valoración
Personal: 7,5.
Valoración Filmaffinity:6,7.
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