A veces uno escoge películas
por los actores que salen (Gerald Butler y Morgan Freeman) y porque son
cortitas (menos de hora y media), así, si resulta ser un ñordo tampoco estás
tanto rato hipotecado.
Objetivo Londres es una
película que nos traslada a una hipotética muerte de un jefe de estado, cuyo
funeral aprovechan unos terroristas para intentar acabar con la vida del
presidente de los Estados Unidos. Con ésta premisa se nos trae una película de
acción que intenta darnos moralina americana en más de un momento y que no
tiene ningún tipo de fondo.
Es una película sosa, insulsa,
con una acción por momentos bien rodados mientras que en otros pasa a ser
sonrojante, con un CGi bastante ausente que cuando aparece está mal hecho.
Digamos que es una película que de salir en los noventa hubiera resultado ser
una película de acción del montón, sin desentonar demasiado, pero que a día de
hoy no tiene hueco alguno en el cine de acción.
Y mira que tiene momentos que
podrían haber resultado espectaculares, pero entre un presidente que parece un
héroe de acción y un Butler que interpreta al tipo duro habitual… al final nos
queda eso, un producto que pasará con más pena que gloria y al que las críticas
han machadado (con razón).
Sé que habrá a quien ésta
película le guste (mi padre, por ejemplo), pero objetivamente no se la puedo
recomendar a nadie. Es mala, sin más.
Y los actores no tienen la
culpa, simplemente está mal llevada y no tiene gancho suficiente para
mantenerte pegado a la pantalla, ni con la acción incesante ni con ningún otro
truco narrativo.
En fin, Objetivo Londres es una
película que no hay que ver y por de la que no vale la pena seguir hablando.
Valoración Personal: 3,5.
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