Hoy se pasa por el blog una
nueva serie (al menos para mí), de esas que acabas por ver más por insistencia
de Netflix que porque tengas realmente ganas, pero te queda un agujero de
veinte minutos y acabas por llenarlo con una comedia.
La primera temporada se
compone de nada más y nada menos que de veintidós capítulos que nos llevan a la
comisaría número noventa y nueve de Nueva York. Y lo hacen para traernos una
sitcom en la que veremos cómo los agentes de la ley pasan su día a día (con
salidas esporádicas a la calle).
La gracia del asunto está en
lo de siempre, es decir, en crear un grupo de personajes bastante variopinto y
ponerles en situaciones ridículas o que inciten al humor.
El detonante de la serie es
que, en una comisaría donde el comisario no se metía en absolutamente acaba por
llegar un nuevo jefe, un hombre que tiene por objetivo conseguir convertir su
comisaría en la mejor, aunque por desgracia se topa con un grupo de gente que
es de todo menos normal.
El protagonista sería Peralta,
un buen detective pero que tiene el problema de tomárselo todo a cachondeo,
contagiando a los demás. Irrespetuoso y hostiable serían los adjetivos que le
definen cuando le conoces.
Por suerte tenemos un buen
grupo de secundarios, desde el amigo que le dice que sí a todo, a la chica que
compite con él, la tipa dura, los dos inútiles, la secretaria loca, el subjefe
cachas que tiene miedo de salir a patrullar o el recién llegado comisario gay,
negro e inexpresivo.
La serie empieza en un punto
bastante malo, de esos que te dan de todo menos ganas de seguir viéndola, pero
poco a poco va encontrándose a sí misma, lo que unido a que el espectador se
hace tanto con el tono como con los personajes acaba por dar un tramo final
bastante bueno que te deja con ganas de seguir viéndola.
No es ninguna maravilla, los
medios son escasos y los actores tampoco es que hagan el papel de sus vidas,
pero al final te queda una comedia resultona, que se deja ver y que te deja con
un buen sabor de boca al terminar la primera temporada. Veremos qué tal siguen
con la segunda.
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