Que en Pixar las películas se
cocinan a fuego lento se convierte en algo evidente cuando uno se da cuenta de
que han tardado trece años en sacar la secuela de la excelente buscando a Nemo.
Habrá quien cuestione la
necesidad de sacar una secuela tanto tiempo después, y habrá también quien diga
que la absorción por parte de Disney ha hecho que tengan que amortizar el
estudio de animación. A ninguno de los dos le faltará parte de razón, pero la
película está lo suficientemente bien como para olvidar todo esto?
Buscando a Dory empieza un
tiempo indeterminado después de la primera película, con los tres protagonistas
haciendo vida como una familia un tanto peculiar. Es un buen escenario y
parecen estar todos razonablemente cómodos… hasta que Dory recuerda a sus
padres y quiere emprender un viaje para encontrarles, viaje en el que la
acompañarán tanto Nemo como su padre Marvin.
Con éste punto de partida
tenemos una comedia de aventuras con más comedia que la entrega anterior, una
película un poquito más pasada de vueltas que llevará a los personajes por
varios escenarios hasta llegar al punto donde le llevan los recuerdos a la
buena de Dory.
Es una película con muy buen
ritmo, que se pasa en un suspiro; una película que, si bien, utiliza recursos
mucho más manidos que la original, no por ello deja de hacerlo con gusto y buen
humor. Y precisamente en eso es en lo que destaca la película: en tener un
sentido del humor mucho más afinado.
Puede que en ocasiones tome el
camino fácil, pero incluso así nos queda un producto muy disfrutable, con
ciertos momentos emotivos y que no desmerece para nada a Buscando a Nemo (y eso
es decir mucho).
Visualmente es evidente que no
hay nada que reprochar, un auténtico derroche de técnica, colorido y buena
animación, derroche acompañado por la buena banda sonora del siempre cumplidor
Thomas Newman.
Quizás en el tramo final la
película cruza la raya y se pasa demasiado a la comedia, pero entre que los
nuevos personajes gustan, que Dory sigue siendo un amor y que no te das cuenta
y ya has llegado al final, acaba por quedarnos una película 100% recomendable y
disfrutable tanto por los fans de la animación como por los de las películas en
general. Y también por grandes y pequeños (algo en lo que antes no me fijaba y
que ahora me parece evidente).
En fin, un producto excelente
que vale mucho la pena ver y que demuestra que Pixar sigue teniendo un buen
hacer tremendo, le echen lo que le echen.
Valoración Personal: 9 (misma nota que a la anterior, lo que pierde
en profundidad lo gana en ritmo y humor).
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