Cerramos hoy la segunda decena
de tomos de Rave, ese shonen típico a más no poder que lanzó a
Hasta el momento hemos tenido
un poquito de todo, con unos buenos tomos inciales y una serie bastante más
floja desde que pasamos la docena. Un mal endémico de los shonen que se alargan
porque sí y que acostumbran a darnos tomos de relleno.
Pues bien, éste tomo veinte
recupera la trama principal, terminando la lucha contra el miembro de Oration
Seis y llegando al fin a un sucedáneo de los tan ansiados recuerdos estelares.
En éste punto Mashima es fiel a su estilo, y nos da un personaje bizarro a más no der que encima intenta ligar (de
forma chapucera) con el padre del protagonista.
Por suerte tenemos un tomo en
el que la trama pega un sprint, probablemente dadas las malas ventas de los
tomos anteriores e intentando darle más punch a la historia.
¿Cómo lo hace? Metiendo al
malo final en combate directo con el protagonista y dándonos carnaza de la que
nos gusta. Un truco efectista pero que funciona, con una lucha que, por fin,
nos importa algo.
Por si fuera poco añade la
penúltima forma de la espada los diez poderes. Así que más épica para la saca.
En resumen, un tomo que
recupera el pulso épico de sus mejores momentos pero sin olvidar su vertiente
más comica. Así sí que vale la pena éste manga.
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