Y otro tomo más. Lo sé, estoy
siendo un pesado éstos dos días (y lo que os queda hoy aún), pero es que quiero
ponerme al día con ésta obra e ir finiquitándola, que no quiero estar aun
trayendo Rave al blog allá por el mes de agosto. Además, creo que por el
contenido de éstos tomos quedará todo más claro si lo comento del tirón.
Entrando en lo que es el tomo
en sí, nos encontramos con que sigue la absurda trama de la batalla de baile
que planteaba en el tomo anterior. Yo puedo entender que para hacer
paralelismos entre Elie y Resha puede funcionar estupendamente, pero no encuentro
necesario darle tanto espacio a una parida de éste calibre, y más cuando al
final te saltas las normas y haces lo que te sale del forro de los cojones.
En fin, que por lo menos tiene
la decencia de mezclarlo con un intento de asesinato, algo que queda un tanto
deslucido con el cambio de personalidad del malo de éste tramo y con la
aparición de uno nuevo para los siguientes tomos al estilo de Drew (relleno del
barato).
Creo que Mashima encontró el
camino correcto hace dos volúmenes, un camino que le dio tranquilidad pero que
ha decidido de forma voluntaria abandonar para irse a lo que le gusta a él:
historias chorras mezcladas con épica.
Al menos aquí vuelve el
personaje de Let, al que se echaba de menos, y se presenta a Julia.
Un tomo prescindible totalmente
pero que es a la vez un exponente claro de lo que os podéis encontrar si os
acercáis a ésta obra.
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