Posiblemente si hay dos comics
que en los últimos años han acaparado premios y buena crítica han sido Fábulas
y Saga. Siendo el segundo del que os voy a hablar hoy, concretamente de su
cuarto capítulo.
Éste tomo empieza tras el
salto temporal que sufrió la serie en el anterior, un salto que nos sitúa unos
años hacia delante (pocos) con la familia a la que tanto cariño le cogimos en
una nueva situación. Y
no sólo son ellos los que están distintos: todos los
demás personajes relevantes también han sufrido algunos cambios.
Lo primero que llama la
atención del tomo es que sigue siendo igual de políticamente incorrecto que antes:
la primera imagen es la de un nacimiento, con la cabeza saliendo. Vale que es
una raza extraterrestre un tanto peculiar, pero el impacto sigue siendo
importante. Es una imagen que nos recuerda que ésta serie rompe las barreras de
vez en cuando, y eso que no deja de ser una historia familiar en un entorno
espacial con una guerra de por medio.
Y es que luego lo que nos pasa
a interesar es en qué ha cambiado la vida de los protagonistas y cómo
sobreviven, cuáles son sus problemas actuales y en qué derivan. Sí, drama
familiar.
El tomo no se olvida de
recuperar a otros personajes (como el príncipe Robot) ni de añadir algunas
tramas nuevas que vienen a refrescar la historia.
El dibujo sigue siendo muy
bueno, distinto y acorde con la historia. Y los personajes lo mejor de todo.
El tomo me ha encantado, y me
ha dejado con ganas de más, pero no por ello diré que me parece demasiado
pronto para usar un recurso como el salto temporal: llevamos muy pocos números
aún de la historia, y siento que ésta sigue desplegándose ante mí, que no
conozco todo lo que quiero conocer… y me cambian el escenario. Supongo que será
algo que le ha ocurrido a más gente, y algo que olvidas cuando llevas unas
pocas páginas, pero no deja de ser curioso.
Con todo, sigue siendo una
obra muy recomendable. Quizá no imprescindible (con lo que llevo leído) pero sí
recomendable.
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